Papá de Paraguay



Me decía mi papá el otro día a manera de broma, que si Felipe Calderón, era, según el alcalde Miguel Franco, el papá de todos los mexicanos, pues el ex obispo Fernando Lugo de Paraguay se estaba convirtiendo en el papá de todos los paraguayos, pues cada vez le salen más hijos por todo su país; en unos cuantos días ya van tres que supuestamente los engendró el ex religioso y ahora presidente de aquella nación.

Este Fernando Lugo es todo un personaje, pues durante gran parte de su vida abrazó la vocación eclesiástica y llegó hasta obispo y recientemente, a pesar del poder –y me imagino que también dinero- que había logrado como prelado, decidió aspirar a convertirse en presidente de aquel país, para lo cual primero pidió al Vaticano dejar de ser obispo.

Logró lo que quiso y ahora le están saliendo varios hijos de los cuales por lo menos uno ya reconoció como suyo. Pobre de don Fernando, si por lo menos siguiera como obispo la iglesia le hubiera echado una mano con este asunto, pero como ya no lo es, pues que se rasque con sus propias uñas; aunque ahora es presidente y eso le da acceso a varias maneras de resolver este problema, sólo hay que echarle un poco de imaginación, total, si no le importó ser obispo y engendrar hijos y luego buscar un cargo público y remunerado pues no creo que tenga una moral tan rígida como para ponerle una solución poco correcta pero efectiva a sus deslices.

Lo que sí es que Fernando Lugo es uno más de los que por su culpa la Iglesia Católica sufre de uno de sus males más recientes y exacerbados por sus detractores: el escándalo por curas pederastas y con amantes e hijos. Este problema no es nuevo para la iglesia, pues en la Edad Media se observaba esta situación con mayor gravedad, lo que sí es nuevo es el inusual interés que algunos le han dado a este asunto, como si nomás en el clero se dieran este tipo de cosas.

¿Habrá una solución? Creo que sí la hay, no definitiva pero que sí evitaría la mayoría de los casos estos que mencionamos, pues la solución que yo pienso se aplica en otras iglesias (o sectas, como se les quiera llamar) y no sufren estas penosas situaciones como sí lo hace el catolicismo.

En un viaje que hice a Argentina, conocí a un sacerdote carismático –que no sé qué tenía de eso y olvidé preguntarle si sabía qué significaba ser carismático-, la cosa es que este cura decía que los sacerdotes de su grupo eran casados y tenían trabajos comunes y corrientes pues su iglesia no les daba para su manutención, mucho menos la de sus familias. Por esto es que digo que no sé qué tenían de carismáticos.
Lo que sí es que estos sacerdotes, fuera de que eran casados y tenían algún modo de vida completamente normal, siguen exactamente los mismos preceptos y mandatos de la Iglesia católica.

Me explicaba ese padre que si estaban casados era precisamente para evitar que tras una vida de obligatoria castidad los padres flaquearan y terminaran cometiendo algún acto deleznable con algún menor de edad o una mujer, con las consecuencias que se ven en el catolicismo. Y el hecho de que tuvieran que ganarse la vida con un trabajo normal y no de lo que les pudiera dar la iglesia era porque consideraban indignante que el pueblo o el gobierno mantuviera a los sacerdotes cuando hay mucha gente sin hogar ni alimento.

Estos curas no eran improvisados pues obligatoriamente se preparaban durante algunos años en un seminario.

Estuve pensando varios días en lo que me había platicado el padre argentino y llegué a la conclusión de que no son tan descabelladas sus ideas. Si el Vaticano permitiera a los curas casarse como lo hacen la mayoría de las religiones, estoy convencido que casi se extinguirían por completo los problemas de pederastia y relaciones carnales e hijos no permitidos. Si esto se llegara a dar creo que a mí no me molestaría tanto esa disposición pues creo que al final de cuentas ayudaría al mismo catolicismo, sus sacerdotes y creyentes.

La Iglesia tiene sus razones para oponerse a esto y son muy válidas, es más, si yo fuera un miembro de la alta esfera católica me opondría al principio a permitir que los curas se casaran y formaran una familia, pero sería más grande mi amor y cariño a Cristo y su iglesia que si viera que es la única solución pues entonces haría lo necesario para evitar más escándalos y lastimaduras a las creencias sagradas de miles de millones de humanos.

Y aquello de que los curas trabajen, me veo en la necesidad de aclarar que en Argentina la iglesia católica vive una situación distinta a la de México, pues en aquel país sudamericano el catolicismo es nombrado religión oficial y por eso goza de ciertos beneficios, entre ellos económicos, que hace que los curas vivan bien a costa del erario, lo que es mal visto por mucha gente y eso hace que en aquel lugar se observe un alto índice de deserción religiosa, pues los pastores son más bien percibidos como burócratas mantenidos por el pueblo que como guías y orientadores espirituales.

Y eso no sucede acá, pues en primer lugar el país es oficialmente laico y en segundo lugar el gobierno no ayuda a la católica ni a ninguna otra iglesia (con excepción de algunas administraciones panistas), y ciertamente los padres son mantenidos por la iglesia con recursos que la gente da en el diezmo y otras aportaciones, pero normalmente los curas son gente con muchas limitaciones y pocos bienes materiales; por el contrario, muchos sacerdotes viven muy pobres pues se la pasan haciendo caridad cuidando huérfanos, ancianos, madres solteras, etcétera, y si no lo creen pueden preguntarle al padre Miguel Ángel (por poner un ejemplo) de cuando le tocó andar haciendo esas labores en otras épocas.

Lo que sí es que ignoro cómo harán algunos obispos y arzobispos para vivir con tanta opulencia, pues se supone que hicieron votos de pobreza…

Publicar un comentario

0 Comentarios