La atención en el IMSS de Tepatitlán.

Por Flavia Bustamante

Días antes había querido tocar este tema, tal vez porque me sentía muy molesta por la atención que recibí en varias oportunidades en la unidad de medicina familiar número 168 de esta ciudad. Y lo dejé por la buena porque se me había pasado el enojo, pero fue hasta esta semana cuando una señora se me acercó para contarme su historia que decidí tratarlo, o al menos exponerlo, tanto su caso como el mío propio.

El año pasado, durante mi embarazo asistí a las clases o reuniones para mujeres embarazadas en el Centro de Salud de Tepa a cargo de las enfermeras, allí nos explicaban cómo cuidarnos durante esta etapa, y cómo debíamos cuidar nuestros hijos una vez que nacieran, pero también nos preguntaban cómo sería nuestra planificación familiar, más específicamente, cómo íbamos a cuidarnos para no quedar nuevamente embarazadas tan pronto. Las clases eran excelentes, uno se daba cuenta de la importancia de aprender a ser padres, no es sólo tenerlos y ya.

Recuerdo el caso de una señora que había tenido un hijo por parto natural y dos partos por cesárea, y en ese momento, iba por el tercero, entonces una de las enfermeras le preguntó cómo se cuidaría, que qué método elegiría. Y la señora no supo qué decir y ante esto, la enfermera le dijo, “usted sabe que tiene un riesgo alto de que algo malo suceda durante el parto, puede hasta morir y si quedara nuevamente embarazada su riesgo aumentaría enormemente. ¿No piensa que es mejor ser mamá de 4 hijos y no dejar 5 hijos huérfanos?”.

¿Qué tiene que ver todo esto con el IMSS? ¿Alguna vez oyó usted sobre el riesgo reproductivo? Yo no, hasta el día en que me sucedió lo siguiente:

En los primeros días de febrero, en la primera consulta con mi médico familiar luego del parto, mi médico atendió a mi niño y también me hizo varias preguntas a fin de completar mi historial clínico. Algo normal y rápido. Dijo que luego sacara cita con las enfermeras de EMI, que allí llevarían el control del bebé y que en Medicina Preventiva se encargarían de sus vacunas, etcétera.

Hasta ahí, todo me pareció algo común. Fui a EMI a sacar mi cita para dentro de un mes y otra cita para mi hijo a los dos meses.

Sin embargo al salir de esa primera consulta, me preguntó una amiga que si me habían dado las latas de leche para el niño, le dije que no, que no sabía que me correspondían. Ella dijo – sí, ¿acaso el doctor no te dio la receta? No, no sabía yo, le volví a decir y me pregunté: ¿Por qué el doctor no me dijo nada?, ¿cómo iba yo a adivinar eso? Y para pedirle que me diera la orden, tenía yo que sacar nuevamente cita con él, siendo que tranquilamente podría haberse evitado eso y no andar perdiendo tiempo otro día.

Así fue que me dieron la receta. Pero al pasar el mes, cuando fui a EMI para que me controlaran el dispositivo intrauterino que me habían colocado el mismo día del parto, me encuentro con que la enfermera no podía acceder a mi historial porque el médico no había completado “el riesgo reproductivo” y sin esa valoración, las enfermeras no pueden escribir allí si al revisarme encontraron todo bien o mal.

La señora que me atendió, como dicen acá, mis respetos para ella, dijo que fuera con mi doctor, que era cuestión de que él me hiciera una serie de preguntas que no llevan más de 10 minutos.

Fui al consultorio 3, que es el que me corresponde, en el turno matutino y la encargada habla con mi doctor. Este le respondió que sacara cita, que no podía atenderme sin ella. Otra vez me dio mucho coraje porque nuevamente podría haberse evitado todo este contratiempo. Y más aún, al sacar cita con él, estaría yo quitándole tal vez la oportunidad de que una persona con alguna dolencia fuera atendida mientras yo nomás estaba en un consultorio “respondiendo” las preguntas que bien se podrían haber hecho antes. ¿Acaso les exigen a los médicos del IMSS que no atiendan a sus pacientes por más de 10 minutos? ¿O les piden tal vez que atiendan a equis cantidad de personas por día y por ese motivo se “les olvidan” hacer las preguntas de rigor?

Así andaba ese día, como bola sin manija y toda encorajinada me fui a ver al Director, quien me mandó a su vez con la jefa de enfermeras. Efectivamente, me atendieron, pero ¿por qué no se les exige a los médicos que completen el riesgo reproductivo?

Estando en el consultorio, la enfermera, la señora Evelia, me mostró unas lonas con las que ellas explican, supongo que a las nuevas enfermeras, qué es el riesgo reproductivo.

Resulta que decía algo así como: Es la valoración del riesgo en la producción a fin de evitar que la paciente contraiga una enfermedad o muera.

¡Ah, claro! No es tan simple como sólo responder preguntas. El problema está cuando se trata de pacientes por ejemplo, menores de 17 años o mayores de 35, alguna enfermedad hereditaria, analfabetismo, etcétera. El médico debe hablar con la paciente y ponerla en conocimiento de que si en base a sus resultados es aconsejable o no la concepción, tanto por su salud como la del nonato.

Es por eso, que les pongo una perla negra bien grande, a los médicos que no se toman la molestia de valorar a las pacientes e informarlas, si siguen así, cualquier estrategia de planificación familiar queda en el aire, por así decirlo, ¿cómo es posible que gente “preparada” se preste a esto?

También la perla negra va para el director del IMSS, quien sabiendo que esto sucede no pone un hasta aquí a la situación, me consta que él mismo me haya dicho que fuera con las enfermeras para que me revisaran y que luego sacara mi cita con mi médico y le dijera los resultados que las enfermeras obtuvieran.

Si ese programita de la computadora les dice que primero debe el médico hacer tal cosa, ¿por qué no lo respetan?

Pero no todo es malo, les pongo una perla blanca mucho más grande, a la enfermera Evelia, que a pesar de todo, se preocupa por informar a las mujeres, educarnos. También a las enfermeras del Centro de Salud de Tepatitlán, que en sus clases nos enseñan cómo prevenir las enfermedades de nuestros niños, cómo alimentarlos, bañarlos, estimularlos para que el día de mañana sean niños sanos, fuertes, desenvueltos. Es un trabajo de hormigas, pero peor es no hacer nada.

El otro caso, por si pensó que esto era todo, lamento recordarle que hay más.

Esta semana se me acercó una señora para contarme su infortunada historia en el IMSS. Como antecedente puedo decirle que tiene un dolor crónico en uno de sus codos y en una de sus rodillas. Para aliviar un poco este dolor, va a terapia dos veces por semana en el DIF.

Fue a ver al ortopedista de la UMF 168, dijo que sólo recuerda que se apellida Padilla, y éste le dijo de manera despectiva que sus problemas ya no tienen solución, y que le duele la rodilla porque “está gorda”, así tal cual. Sin pesarla, siquiera. Ella le preguntó apenada que como cuántos kilos debería bajar según él, y éste le respondió: “no sé, pero así como está, está gorda”.

He podido ver a la señora y puedo decirles que es de estatura media, y contextura “normal a simple vista”, yo no entiendo de estas cuestiones, pero se ve normal para una mujer de 50 años y que va al gimnasio todos los días. Ella se sintió muy apenada mientras el doctor le decía eso.

Sigo sin entender ¿cómo es posible que gente en teoría “preparada” pueda decir algo así?, ¿se imaginan estas mismas palabras pero dichas a una adolescente un tanto acomplejada?

Perla negra para los profesionales de la salud que no tienen “tacto” para decir las cosas aunque me salgan con el cuento de que tienen que atender a 30 pacientes por día y a veces no andan de humor.

Si como en mi caso, me hacen sacar cita por cosas que “se les olvidan a ellos”, es obvio que van a estar atiborrados de pacientes diariamente.

Y la perla blanca va para esta señora, y le digo que siga así, que se ejercite en la medida de lo posible, que así se ve muy linda. No sé si le curará su rodilla y su codo pero al menos trate de que no cualquiera lastime sus sentimientos porque más de una mujer quisiera tener su estado físico.

A estos doctores les digo: ¡ya van a envejecer ustedes también!

Y recuerden, los comentarios los pueden mandar a bustamante.flavia@hotmail.com