Autodestrucción



¿Qué orillará a la gente a suicidarse? Siempre se habla de problemas como depresión, trastornos mentales, etcétera, pero, ¿dónde estará la línea que divide al pensamiento de entre hacerlo y no hacerlo.

Todo mundo alguna vez en la vida ha tenido problemas donde no se ve ninguna salida en ese momento y la mayoría encontramos un punto de retorno o de desviación pero algunos no lo hallan y llegan hasta la determinación de quitarse la vida.

Observando los casos de suicidio en esta región se puede observar que la mayoría han sido gente de campo, de no mucho poder adquisitivo y poca instrucción escolar, por lo que podría asegurarse que la ignorancia y la pobreza de alguna manera hacen propensa la tendencia al suicidio.

Otra cosa que se observa es que gran parte de los casos corresponden a gente, ya sea muy joven, de no más de 30 años o personas que ya rebasan los 60 años y la mayor parte de las veces son personas del sexo masculino las que atentan contra su vida.

En la zona urbana de Tepatitlán se presentan en menor medida los suicidios y mucho menos entre gente preparada o con buena posición social.

Entonces, si se pudiera hacer algo por evitar estos casos de muertes inflingidas por la propia víctima, sería atacar en los sectores donde más se dan estos sucesos, que es entre la gente de campo y con pocos estudios y poder adquisitivo, también podrían observarse y combatir estas tendencias en la gente de ciudad pero con las características antes descritas.

Otros factores que saltan a la vista estudiando los expedientes que proporcionan las autoridades, es que el consumo de drogas y alcohol potencian en poca o gran medida la tendencia a autodestruirse.

Ahí está, no se puede garantizar que cuidando esas circunstancias se detengan los suicidios, pero sí se podrían disminuir. Hay quienes hablan que este tipo de muertes es resultado de una sociedad enferma y de pocos valores morales, pero eso no es del todo verdad y sería muy cómodo atenerse a eso. Un suicidio puede tener varias causas probables y todo es cuestión de números: si se encuentran 10 factores recurrentes en los decesos de este tipo, abatiendo al menos dos de las causas se estaría hablando de una reducción del 20%, lo que no está mal, ya que trasladándolo a grandes magnitudes se hablaría de 20 suicidios menos por cada 100 casos o 200 menos por cada mil.

A cualquiera le puede cruzar por la cabeza el querer suicidarse pero un criterio bien formado haría la diferencia entre sólo ser una idea descabellada a una tragedia en el seno de una familia.

Lo mejor es hablar frontalmente del asunto, no se gana nada con ocultarlo y mucho menos a los menores. Este Semanario ha dado cuenta de casos de suicidio y luego familiares del occiso reclaman a este Semanario por la publicación de la nota, pues a los niños pequeños de esa familia se les disfraza el hecho y les dicen que la persona murió de una enfermedad o accidente.

Con eso se pierde la oportunidad de detectar posibles tendencias suicidas en los miembros más pequeños de la familia y tratarlos a tiempo. Se les quiere evitar un trauma y solamente se logra ignorar algo peor.

En opinión del que esto escribe, el suicidio no debe verse como algo vergonzoso y que deba ocultarse ante la sociedad; ciertamente esto se presta mucho al morbo pero la verdad siempre es la mejor respuesta y solución a los problemas.

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