Comenzaron las campañas


Por Rubén Arias Barajas


Vaya para ustedes el saludo semanal de costumbre.

Con cierta indiferencia parcial de la sociedad, han comenzado las campañas de los candidatos de diversos partidos políticos que aspiran tanto a la Diputación Local como a la Alcaldía del Municipio de Arandas.

Y es que no ha desaparecido completamente la psicosis de la epidemia del virus que ha cambiado 3 veces de nombre. Ahora suena menos agresivo u obvio “A H1N1”, como si cambiándole de nombre pudiera modificarse el riesgo que representa todavía para la población una enfermedad viral que todavía los científicos no han logrado encontrar una vacuna efectiva que lo ataque eficientemente. En tan poco tiempo, pues se entiende que es imposible, pero bueno probablemente el cambio de nombre logre impactar en menor grado el miedo provocado en gran parte de la población, sobre todo al inicio de la epidemia.

Las campañas son tan diferentes como lo son los propios candidatos. Es decir, la estrategia de cada uno de ellos trata de ser original, de ser creativa y sobre todo, claro, que penetre en la conciencia de la clientela electoral que se ve todavía dispersa y poco motivada a darse por enterada de las propuestas que tengan los candidatos.

Nada fácil la tienen ninguno de ellos en cuanto a convencer a la gente de que les favorezca con su voto. Con excepción de los grupos que integran el voto duro de cada uno de los Partidos Políticos, el resto de la gente camina frenéticamente para un lado y para el otro buscando conseguir lo necesario para la manutención de su familia o para sus necesidades mas urgentes.

La crisis económica está golpeando y fuerte los bolsillos de la gente de la Región. Si a eso le sumamos que muchas actividades económicas y fuentes de empleo se paralizaron temporalmente por órdenes del Gobierno para evitar la propagación del contagio del Virus, pues resulta que muchos comerciantes y empresarios tuvieron que enfrentar la parálisis de sus actividades.

A los empleados les afectó en sus ingresos cotidianos para satisfacer sus necesidades diarias. A los comerciantes y empresarios así como a los industriales, por supuesto que también les representó pérdidas económicas muy importantes.

Por eso, el consumo se vino abajo y los pocos que pudieron continuar con sus actividades, pues vieron mermadas sus ganancias a las que estaban acostumbrados. El desempleo y los bajos sueldos que se pagan en muchas fábricas, son problemas que deben tener en mente los candidatos para formular proyectos viables, factibles, que ayuden a reactivar la débil economía de los habitantes de éste Municipio que ya no sienten lo duro sino lo tupido.

Asuntos como la seguridad pública, el agua potable, la educación, asombrosamente pasaron a segundo término por lo menos en los últimos días, pues la preocupación principal en este momento, es la de tener empleos para que la gente acerque los alimentos que se consumen diariamente en sus hogares.

Total, que temas tienen y muchos, para que agarrándose de ellos, puedan los candidatos formular proyectos que convenzan a las personas a otorgar su voto a determinado representante, pero en mi muy particular punto de vista, el enemigo a vencer para ellos no serán ellos mismos, sino la falta de fe, de credibilidad de la gente en los políticos.

La percepción de una gran cantidad de personas, padres de familia, madres, obreros, auto-empleados del comercio informal, es de poca confianza en los que pretenden regir los destinos de este Municipio. Por ello, lo primero que tendrán que ganarse, aparte de su atención, será su confianza que está seriamente afectada por las situaciones que se viven diariamente.

Les cuento como anécdota algo que decía una ama de casa común y corriente inclusive con un nivel bajo de educación, que ella no tenía necesidad de leer las noticias ni escuchar mentiras de los políticos o gobernantes para saber cómo estaba pegando la crisis económica. Que ella se daba cuenta fácilmente cuando iba con su canasta a la tienda o al mercado para comprar con su billete de cien pesos lo necesario para su casa y que dijeran lo que dijeran otros, ella notaba las cosas mal cuando con el mismo billete, regresaba a su casa con la canasta más vacía cada día.

Sentido común, ¿no cree usted? Pero dicen que es el menos común de los sentidos.

Nos leeremos en la próxima entrega.

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