México y el Papa

Sabías tú que en el siglo XIX con motivo de la revolución romana, el Papa tuvo que abandonar Roma y buscar refugio en Nápoles. En México se conoció esta situación y en 1848 el Congreso envió una carta al Papa Pío IX, invitándolo a que estableciera su residencia en nuestro país, en el castillo de Chapultepec. La carta fue firmada por el presidente José Joaquín Herrera, electo el 2 de febrero de ese mismo año. En esa época no había dos cámaras, por lo que el escrito representaba al poder Ejecutivo y al Legislativo.

El escudo del Papa muestra dos llaves y dos colores. Las llaves recuerdan las palabras que Cristo le dijo a Pedro: “A ti te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que ates en la Tierra será desatado en los cielos”. La llave dorada significa el poder en el cielo y la llave plateada el poder en la Tierra. Los colores oro y plata se pueden reducir al amarillo y blanco. En ocasiones el escudo se enriquece con la tiara, corona triple utilizada por el Papa hasta Pablo VI.

El Papa como obispo utiliza en su cabeza dos especies de sombreros. Uno se llama solideo, es pequeño, circular y cubre la coronilla de su cabeza. El otro se llama mitra, es alto, con terminación en forma de punta y cuelgan en su parte posterior dos tiras ínfulas. Como pastor, al igual que todos los obispos, lleva en su mano un báculo, especie de bastón semejante al que utilizan los pastores de ovejas. Alrededor de su cuello y sobre sus hombros se coloca en las celebraciones una tira blanca llamada palio. Como todos los obispos, lleva un anillo que en la antigüedad servía como sello y que es signo del vínculo que lo une a la Iglesia, esposa de Cristo. En el caso del Papa, el anillo recibe el nombre de anillo del pescador, en recuerdo de San Pedro, el pescador al que Jesús llamó para hacerlo “pescador de hombres”, Pastor de su rebaño.

Actualmente estamos acostumbrados a ver al Papa con su característico atuendo blanco, pero no siempre fue así. Durante muchos años quien gobernaba a la Iglesia utilizaba distintos colores, materiales y prendas. Sólo en las celebraciones litúrgicas o culto se ponía “el alba”, túnica blanca que utilizaban todos los sacerdotes en el culto. Para que el Papa utilizara como atuendo ordinario el color blanco fue necesaria la presencia de un Papa dominico.

Como miembros de la orden de predicadores, popularmente conocidos como dominicos, los tres primeros utilizaron el hábito blanco de la orden, pero cuando morían su sucesor volvía a utilizar colores distintos. Fue hasta el tiempo de San Pío V, en el siglo XVI, cuando él utilizó el hábito dominico. Después sus sucesores, aunque no fueron dominicos, lo siguieron utilizando hasta que se convirtió en una tradición.

La mayoría de sus restos están en la parte inferior y superior de la basílica de San Pedro. Otros fueron sepultados en otras basílicas de Roma o en iglesias de Italia, España y Francia. En las catacumbas de San Calixto, en Roma, hay una capilla con varias tumbas de pontífices. También en Roma hay cementerios comunes que guardan sus restos. Finalmente, tenemos que decir que algunas reliquias de los Papas se encuentran en diversas partes del mundo. El cráneo de uno de ellos venera en la Capilla de las Reliquias de la Catedral de México.

Al celebrar la fiesta de San Pedro, recordemos que el Papa es sucesor suyo y representante de Cristo en la tierra.

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