+ Miedosos, prepotentes y buenos para nada; infractores hacen lo que quieren
+ Semáforos que no hacen falta y topes a lo buey; patrulleros retrasados mentales
Por Fabiola González Ontiveros
¿A quién no le ha sucedido que mientras más prisa tiene, más trafico hay? O que en esta ciudad de Tepatitlán vemos a un bestia cometiendo cualquier falta en las calles con su vehículo y decimos: “Cómo no hay un tránsito cerca para que se lo frieguen al méndigo”.
Bueno eso me ha sucedido a mí muchas veces. Y eso que yo sólo soy copiloto porque apenas aprendí a manejar, mi mamá es la que todos los días me dice: “¡por qué fregados no cargas la cámara todos los días para tomarles fotos a todos estos!"
Tiene tiempo diciéndome que un día de estos nos vamos a dedicar una mañana completa con cámara en mano para captar este tipo de cosas, para que escriba yo de esto porque siempre se queja, y esta vez decidí hacerle caso.
Ver a gente mal estacionada en el pueblo (ah no, perdón, quise decir ciudad) es cosa de todos los días. Desde que tengo uso de razón ha sido un triunfo bjar por la calle Morelos, porque parece un campo minado y hay carros mal parados por todos lados; el único lugar que no molestan es frente a la Cruz Roja, porque siempre puede haber alguna emergencia y así no cómo quejarse.
Y no hay ni un miserable agente de tránsito cuando se le necesita para mover a los carros que estorban. Ah pero eso sí… no lo vaya a hacer mi mamá o yo porque entonces sí como por arte de magia llega alguno a echarnos bronca, la mala suerte siempre termina tocándole a uno.
Amenazaron con multar a quien no usara el cinturón de seguridad, y nadie lo creímos… Hasta que multaron a una amiga de mi hermana porque su copiloto no llevaba puesto el famoso cinturón. Ya nos lo ponemos, se nos hizo costumbre traerlo e incluso en lo personal no me siento cómoda si no lo traigo, pero he visto como les pasan vilmente en las narices a cualquier tamarindo, bien contentos y sin cinturón y nada.
En una ocasión un baboso hasta se paró en la esquina del sinaloense solamente para platicar con un uniformado, y era el puro chisme porque el oficial hasta se recargaba en la ventanilla para estar más a gusto. Y al momento de pitarles para que siguieran cotorreando en otro lado y dejaran pasar, el desgraciado agente del tránsito voltea con nosotros y nos ve con desprecio, a ver quién se atreve a interrumpir su plática entre viejas...
Pero se sienten con todo el derecho del mundo de ver feo a la gente, y de meter el desorden en las calles principales, sobre todo al mediodía, cuando perfectamente bien que funciona el uno y uno.
También me ha tocado ver cómo a la gente le encanta hablar por celular mientras maneja, aún cuando no se debe, y la cereza del pastel son los agentes ignorando estos casos, igualito que con los cinturones.
Una vez casi me atropellan, estuve a un pelito de rana calva de que me aplastaran, traía audífonos pero eso es un detalle irrelevante, porque cuando traigo audífonos es cuando más cuidadosa voy, no vaya a ser que por estar a cante y cante no vea a algún carro en la esquina. Esa vez el problema fue que el bestia chofer no puso las luces direccionales, así que crucé la calle tranquilamente pensando que seguiría derecho el animal ese, pero casi se me sale el corazón cuando veo que da la vuelta muy decidido y yo a media calle... frenó en seco y todavía se enojó y me gritó que me fije por donde voy. Yo no soy de las que recibe un regaño agachando la cabeza si no me lo merezco, así que toda histérica le grité: “¡Esto no pasaría si usaras tus luces! ¡para qué te sirven las direccionales, estúpido!"
En otra ocasión hace poco, por obra del Espíritu Santo agarré de buenas a mi hermana, quien sin pedírselo me ofreció su auto para que regresara yo a la casa al salir de trabajar, dijo que lo había dejado en una esquina para que no se me pusiera nadie adelante y así salir fácilmente. Antes de que se arrepintiera le saqué la llave y esperé con ansia a que dieran las 7 para poder manejar sola por primera vez. Tenía todo el ánimo del mundo por esto, así que en cuanto pude salir me dirigí hacia donde me dijo que estaba el coche, llegué e inmediatamente volví a la tierra, había un carro estacionado delante de mi, aun con raya amarilla, donde se supone que no debería de haber nadie, tanto el de adelante como el de atrás estaban cuando mucho a 3 centímetros del automóvil que debería yo abordar. ¡Qué suerte tan jodida!, muy apenas sé manejar, pero no está incluida la estacionada. Me subí y esperé, pensé que tal vez el bruto de la línea amarilla no duraría mucho por saber que quedó mal estacionado, pero después de 20 minutos tuve que rendirme y hablarle a mi hermana para que fuera a sacarme de ahí. Todo esto fue justo a la vuelta de las oficinas de Tránsito y Vialidad, y los mordelones ni en cuenta. No hay nadie que vigile estas cosas, y aunque ocurran literalmente les vale madre.
Pero la mera máxima de todas las burradas que me han tocado, fue ver salir a un gandaya del estacionamiento de la calle Morelos, no sé cómo se llama pero es el que está contra esquina de la plaza de armas. El caso es que salió y el muy vivo como vio que no venía nadie se fue en sentido contrario durante una cuadra para dar vuelta en independencia, y todo porque quería ir al banco y le daba flojera volver a dar la vuelta. ¿Y el tránsito?, enfrente, nomás viéndolo.
Mi mamá estaba que trinaba de coraje, y más conmigo porque no traía la cámara. Decía que era yo demasiado chafa, que porque ¿qué clase de persona trabaja en un periódico y no carga la cámara para todos lados?
En varios puntos de la ciudad el tráfico es un total desorden, hay semáforos donde no deberían de estar, y donde sí hacen falta ni un mugre tope hay, pero sí hay otros muchísimos topes construidos a lo puro pendejo como diría mi papá. Por ejemplo, el semáforo para entrar al núcleo de feria me parece inservible en tiempos que no son de fiestas, en abril está perfecto, pero el resto del año no sirve más que para quemar llanta por los que van rápido y ni se acuerdan que hay que hacer alto ahí. En cambio para entrar a Plaza Galerías viniendo del centro, hay que esperarse a ver a qué horas dejan de pasar los carros. Ahí sí que hace falta por lo menos un topecito, porque ahí sólo funciona la ley de la selva y el que se apendeja pierde.
Qué barbaros, casi nunca traigo la cámara, pero aún sin tanta foto estoy totalmente segura de que todos han visto por lo menos una cosa de estas, o la han hecho (nadie se salva). Y los de tránsito, en lugar de estar marcando llantas, deberían de ponerse a trabajar en lo que realmente se necesita.
Y ya había terminado de redactar esto, cuando este jueves por la tarde había dos vehículos mal estacionados en la esquina de Amado Nervo y Gómez Morín afuera de un negocio de carnes en su jugo, los cuales no permitían la circulación de otros vehículos que querían salir por la callecita que está a la orilla del río, los conductores de estos últimos les pitaban pero los prepotentes ni en cuenta, pasó por ahí la patrulla de Vialidad número 297, se les pidió a los agentes que hicieran algo al respecto, pero estos ignoraron la queja y se fueron riéndose como retrasados mentales.
¿Y el jefe de ellos y director de esa dependencia, Alejandro Solano? También bien, gracias, mientras esté bien parado (o bien sentado, vaya usted a saber...) con su amigo Nacho Pérez, de quien dicen que es muy influyente en el gobierno de Tepa, pues... se la puede pasar rascándose la barriga mientras su gente se dedica a marcar llantas y a platicar.
+ Semáforos que no hacen falta y topes a lo buey; patrulleros retrasados mentales
Por Fabiola González Ontiveros
¿A quién no le ha sucedido que mientras más prisa tiene, más trafico hay? O que en esta ciudad de Tepatitlán vemos a un bestia cometiendo cualquier falta en las calles con su vehículo y decimos: “Cómo no hay un tránsito cerca para que se lo frieguen al méndigo”.
Bueno eso me ha sucedido a mí muchas veces. Y eso que yo sólo soy copiloto porque apenas aprendí a manejar, mi mamá es la que todos los días me dice: “¡por qué fregados no cargas la cámara todos los días para tomarles fotos a todos estos!"
Tiene tiempo diciéndome que un día de estos nos vamos a dedicar una mañana completa con cámara en mano para captar este tipo de cosas, para que escriba yo de esto porque siempre se queja, y esta vez decidí hacerle caso.
Ver a gente mal estacionada en el pueblo (ah no, perdón, quise decir ciudad) es cosa de todos los días. Desde que tengo uso de razón ha sido un triunfo bjar por la calle Morelos, porque parece un campo minado y hay carros mal parados por todos lados; el único lugar que no molestan es frente a la Cruz Roja, porque siempre puede haber alguna emergencia y así no cómo quejarse.
Y no hay ni un miserable agente de tránsito cuando se le necesita para mover a los carros que estorban. Ah pero eso sí… no lo vaya a hacer mi mamá o yo porque entonces sí como por arte de magia llega alguno a echarnos bronca, la mala suerte siempre termina tocándole a uno.
Amenazaron con multar a quien no usara el cinturón de seguridad, y nadie lo creímos… Hasta que multaron a una amiga de mi hermana porque su copiloto no llevaba puesto el famoso cinturón. Ya nos lo ponemos, se nos hizo costumbre traerlo e incluso en lo personal no me siento cómoda si no lo traigo, pero he visto como les pasan vilmente en las narices a cualquier tamarindo, bien contentos y sin cinturón y nada.
En una ocasión un baboso hasta se paró en la esquina del sinaloense solamente para platicar con un uniformado, y era el puro chisme porque el oficial hasta se recargaba en la ventanilla para estar más a gusto. Y al momento de pitarles para que siguieran cotorreando en otro lado y dejaran pasar, el desgraciado agente del tránsito voltea con nosotros y nos ve con desprecio, a ver quién se atreve a interrumpir su plática entre viejas...
Pero se sienten con todo el derecho del mundo de ver feo a la gente, y de meter el desorden en las calles principales, sobre todo al mediodía, cuando perfectamente bien que funciona el uno y uno.
También me ha tocado ver cómo a la gente le encanta hablar por celular mientras maneja, aún cuando no se debe, y la cereza del pastel son los agentes ignorando estos casos, igualito que con los cinturones.
Una vez casi me atropellan, estuve a un pelito de rana calva de que me aplastaran, traía audífonos pero eso es un detalle irrelevante, porque cuando traigo audífonos es cuando más cuidadosa voy, no vaya a ser que por estar a cante y cante no vea a algún carro en la esquina. Esa vez el problema fue que el bestia chofer no puso las luces direccionales, así que crucé la calle tranquilamente pensando que seguiría derecho el animal ese, pero casi se me sale el corazón cuando veo que da la vuelta muy decidido y yo a media calle... frenó en seco y todavía se enojó y me gritó que me fije por donde voy. Yo no soy de las que recibe un regaño agachando la cabeza si no me lo merezco, así que toda histérica le grité: “¡Esto no pasaría si usaras tus luces! ¡para qué te sirven las direccionales, estúpido!"
En otra ocasión hace poco, por obra del Espíritu Santo agarré de buenas a mi hermana, quien sin pedírselo me ofreció su auto para que regresara yo a la casa al salir de trabajar, dijo que lo había dejado en una esquina para que no se me pusiera nadie adelante y así salir fácilmente. Antes de que se arrepintiera le saqué la llave y esperé con ansia a que dieran las 7 para poder manejar sola por primera vez. Tenía todo el ánimo del mundo por esto, así que en cuanto pude salir me dirigí hacia donde me dijo que estaba el coche, llegué e inmediatamente volví a la tierra, había un carro estacionado delante de mi, aun con raya amarilla, donde se supone que no debería de haber nadie, tanto el de adelante como el de atrás estaban cuando mucho a 3 centímetros del automóvil que debería yo abordar. ¡Qué suerte tan jodida!, muy apenas sé manejar, pero no está incluida la estacionada. Me subí y esperé, pensé que tal vez el bruto de la línea amarilla no duraría mucho por saber que quedó mal estacionado, pero después de 20 minutos tuve que rendirme y hablarle a mi hermana para que fuera a sacarme de ahí. Todo esto fue justo a la vuelta de las oficinas de Tránsito y Vialidad, y los mordelones ni en cuenta. No hay nadie que vigile estas cosas, y aunque ocurran literalmente les vale madre.
Pero la mera máxima de todas las burradas que me han tocado, fue ver salir a un gandaya del estacionamiento de la calle Morelos, no sé cómo se llama pero es el que está contra esquina de la plaza de armas. El caso es que salió y el muy vivo como vio que no venía nadie se fue en sentido contrario durante una cuadra para dar vuelta en independencia, y todo porque quería ir al banco y le daba flojera volver a dar la vuelta. ¿Y el tránsito?, enfrente, nomás viéndolo.
Mi mamá estaba que trinaba de coraje, y más conmigo porque no traía la cámara. Decía que era yo demasiado chafa, que porque ¿qué clase de persona trabaja en un periódico y no carga la cámara para todos lados?
En varios puntos de la ciudad el tráfico es un total desorden, hay semáforos donde no deberían de estar, y donde sí hacen falta ni un mugre tope hay, pero sí hay otros muchísimos topes construidos a lo puro pendejo como diría mi papá. Por ejemplo, el semáforo para entrar al núcleo de feria me parece inservible en tiempos que no son de fiestas, en abril está perfecto, pero el resto del año no sirve más que para quemar llanta por los que van rápido y ni se acuerdan que hay que hacer alto ahí. En cambio para entrar a Plaza Galerías viniendo del centro, hay que esperarse a ver a qué horas dejan de pasar los carros. Ahí sí que hace falta por lo menos un topecito, porque ahí sólo funciona la ley de la selva y el que se apendeja pierde.
Qué barbaros, casi nunca traigo la cámara, pero aún sin tanta foto estoy totalmente segura de que todos han visto por lo menos una cosa de estas, o la han hecho (nadie se salva). Y los de tránsito, en lugar de estar marcando llantas, deberían de ponerse a trabajar en lo que realmente se necesita.
Y ya había terminado de redactar esto, cuando este jueves por la tarde había dos vehículos mal estacionados en la esquina de Amado Nervo y Gómez Morín afuera de un negocio de carnes en su jugo, los cuales no permitían la circulación de otros vehículos que querían salir por la callecita que está a la orilla del río, los conductores de estos últimos les pitaban pero los prepotentes ni en cuenta, pasó por ahí la patrulla de Vialidad número 297, se les pidió a los agentes que hicieran algo al respecto, pero estos ignoraron la queja y se fueron riéndose como retrasados mentales.
¿Y el jefe de ellos y director de esa dependencia, Alejandro Solano? También bien, gracias, mientras esté bien parado (o bien sentado, vaya usted a saber...) con su amigo Nacho Pérez, de quien dicen que es muy influyente en el gobierno de Tepa, pues... se la puede pasar rascándose la barriga mientras su gente se dedica a marcar llantas y a platicar.
7 Comentarios
Seria una buena idea comenzar una campaña donde se diera a conocer el numero de telefono de la oficina de los tamarindos para que todas las personas que vean algun conductor cometiendo una falta llamen a la oficina de trancito y proporcionar el numero de placas del vehiculo, y que los medios estubieran al pandiente de que sean atendidos. Hoy dia todo mundo tiene un telefono celular con camara y seria buena idea pedirle a las personas que tomen fotos de los vehiculos infractores para luego entregarlas a los periodicos para que sean publicadas y pedirle cuentas a los ratas de los de transito.
ResponderBorrarMuy buena idea. Si alguien toma fotos y se las envía al 7 días, o a un servidor a ggonzalezgodina@hotmail.com yo me comprometo a pedirle al periódico que las publique, y si le hace falta espacio pediré que las pongan en el lugar que le corresponde a mi comentario semanal, porque sí la verdad cómo molestan los infractores prepotentes y la ineficacia de los agentes de Tránsito, si no van a meter el orden por lo menos hay que exhibirlos.
ResponderBorrarBIENVENIDOS A TOPETITLAN digo perdon Tepatitlan... jejejeje les voy a ser honesto. poco mas de 3 años viviendo entre este pueblo grande (casi rancho) aunque dicen que es ciudad... y guadalajara enorme diferencia ven??
ResponderBorrarpues en fin, circular por las calles de este pueblo bonito es mas que un verdadero sacrificio, ya que hay que "pendejo" manejando en las calles que ni hablar, NO RESPETAN NADA... ni siquiera un alto en una esquina, mucho menos a los transuentes... he estado a punto de chocar contra alguno de estos bueyes, ya que se paran en los altos ni para mirar que viene.. sobre todo los cruces de colosio y la avenida que baja hasta jardines que la verdad no recuerdo el nombre, pero ahi donde esta el vivero japones... y por las otras calles, es muy comun ver carros en doble sentido (sobre todo los repartidores) algunos palticando, otros haciendose mas pendejos que lo acostumbrado. y los de vialidad??? ni sus luces... unicamente los conozco en el centro, pintando llantas y revisando parquimetros, y de ahi en fuera vagabundeando por las calles en sus flamantes tsurus jejeje... el colmo de todo es cuando veo una patrulla de la policia municipal PASANDOSE EL ALTO¡¡¡ digo si ni siquiera ellos ponen el ejemplo a los demas nos vale gorro...manejar en guadalajara totalmente otro rollo y creo que muchos de ustedes lo saben... y sabe que? me cuido mas aqui de los demas que van manejado por inutiles que en la propia ciudad de guadalajara... simple comentario... pero pinches mordelones huevones... y mucha gente sin cultura vial... aducacion para todos!!! jejeje
Y les duele a los de Tepa que le digan que esto sigue siendo un pueblo.
ResponderBorrarUn pueblo donde se los conductores se paran para subir o bajar pasajeros y le importa un carajo que detrás de ellos haya una fila de carros esperando, y luego cuando avanzas un poquito te das cuenta de que ese mismo conductor podría haberse orillado porque había un espacio.
O se paran a platicar o a saludar a un amigo.
Nadie coopera, menos los de tránsito que ahí los ves abriendo la boca en vez de trabajar, ahí lo ves al director de tránsito en campaña con su cuñado Arturo.
¡qué tipo tan inútil, bueno para nada!
Ahí andaban en Las Colonias preguntándole a la gente qué es lo que necesitaban en materia de vialidad, ¿para qué? si no hay personal que pueda echarse una vueltita, si no señalizan las calles, dejan que sus amigos se pasen los reglamentos por el arco del triunfo.
Bola de inútiles!!
DEBEN DE SABER EL PORQUE DE LA GRAN AMISTAS ENTRE NACHO PEREZ Y SOLANO, Y MAS QUE AMISTAD ES UN GRAN AMOR JAJAJA SON GAYS Y VIVEN JUNTOS, QUE VERGUENZA CON LA ESPOSA DE SOLANO A VER SI NO SE ENTERA.......
ResponderBorrarese drbom, si no le gusta como vivimos en tepa, LARGUESE A LA CHINGADA a su pueblo de mierda donde todo se vida y dulzura, quien chingados lo invito eh?
ResponderBorrarjajajaja no es que no me guste el pueblo, como dije es muy bonito, de hecho yo mismo soy de un pueblo en nayarit... lo malo de aqui es que no hay respeto, no respetan altos, no respetan a los transuentes que se paran en una esquina a cruzar la calle, van a exceso de velocidad en las flamantes avenidas, lo peor de todo es que los propios representantes de la ley lo hacen (los policias municipales) que por cierto les sone el claxon y solo voletaron y se rieron los muy kbrones... y si al anonimo LE FASCINA VIVIR EN ESTE TIPO DE ANARQUIA pues felicidades, se nota que NO DESEA QUE MEJORE todo el entorno... vivo muy feliz aqui con mi familia, es muy tranquilo en general, solo que manejar es un caos... y no necesito invitacion a vivir aqui mucho menos a opinar, si en alguna menara se siente ofendido que pena me da su poco criterio... ojala y todos los que leen el post tengan en mejorar su habito de conducir... respeto a las leyes... punto...
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