La calidad de la justicia en México

Por David Alberto Jaúregui Ascencio

En México, a diferencia de otros países latinoamericanos que de alguna manera han alcanzado cierto grado de civilidad legal y democrática, lo concerniente a la justicia o de la verdadera legalidad sufre de evidentes fallas y manipuleos tendenciosos y una clara inequidad.

No existe una verdadera separación de poderes de la mal llamada unión. Ha sido característico, de siempre, desde tiempos del PRI y más notorio ahora con el PAN en el gobierno federal y en algunos estados la aplicación facciosa de la ley, la aplicación simulada y torcida de la misma, la argucia legaloide en contra de la constitución y de la justicia, el perdón y la complacencia para los allegados y la aplicación firme, arbitraria e inflexible para el opositor y para el que se atreve a manifestar su inconformidad ante los malos gobiernos.

Existen casos muy publicitados y conocidos de sucesos en donde no nos podemos explicar en base a qué se han sentenciado a luchadores sociales o simples bloqueadores de calles con sentencias extremas y por otro lado la complacencia y permisividad (impunidad) en otros hechos de mayor repercusión como: genocidio, corrupción, autoritarismo, represión, tráfico de influencias, etc. Mucha gente permanece en prisiones por delitos menores que en su momento los gobernantes en turno judicializaron y reprimieron en acciones totalmente prepotentes y autoritarias, casos sobran, desde protectores del medio ambiente en ciertas zonas del país, movimientos sociales en contra de la injusticia social y laboral en varias partes de la republica resaltando el movimiento de Oaxaca y el de Atenco en el Edo. De México, globalifóbicos aquí en Guadalajara, maestros, etc.

Un caso que tuvo mucha resonancia fue el de Atenco, en donde se reprimió y encarceló a simples ciudadanos que tuvieron la desgracia de vivir cerca del lugar de los hechos, existe evidencia de que, sin ninguna orden judicial, muchos fueron sacados de sus viviendas para ser llevados a prisión acusados de múltiples delitos, a algunos de ellos les aplicaron sentencias de más de 50 años de prisión; hay delincuentes como el “mochaorejas” en que su sentencia no pasó de 40 años, casos como el de Lidia Cacho, en donde se pone en evidencia la corrupción y contubernio entre gobernantes y autoridades judiciales y la determinación de la SCJ de minimizar este hecho tan demostrativo, las casas adjudicadas del FOBAPROA y regaladas en 3,000 pesos a los hijos de Martha Sahagún, el enriquecimiento de la familia Fox y Bribiesca Sahagún, de Francisco Gil, sentencias a favor de pederastas aquí en el estado, autorización de casas de juego y sorteos autorizadas por el anterior secretario de gobernación, Santiago Creel a Televisa, obras públicas con un costo final que rebasa en más del doble al presupuesto original y no pasa nada, indemnización millonaria a invasores fantasmas en un predio en Puerto Vallarta a cargo de Pensiones del Estado y por otro lado regatean indemnización a víctimas de policías, del transporte público y de obras publicas mal hechas, asignación de millonarios recursos públicos a empresarios relacionados con los actuales gobernantes, entre ellos a camioneros, y a bancos para rescatarlos de sus malos manejos y muchos otros sucesos claramente ilegales y arbitrarios. Mencionar casos como la elección del 2006 en donde el mismo tribunal electoral reconoce delitos electorales que afectaron el resultado final y aún así valida a favor de un gobierno espurio e infinidad de casos de flagrante injusticia e impunidad.

Por otro lado en lo que indica la Constitución de México, en varios de sus artículos relativos a la seguridad y garantías de los mexicanos referentes a un salario digno, educación gratuita, asistencia medica, etc. ¿Dónde quedaron?, se habla de salarios mínimos de chiste cruel en sus aumentos, de una pésima educación publica, de nula responsabilidad en funcionarios públicos que se equivocan en sus acciones o que claramente delinquen, obviamente esto en contra del erario publico o de los contribuyentes, protección e impunidad evidente de “líderes” sindicales que continúan con el corporativismo a favor del gobierno en turno, ¿y el poder judicial dónde está?.

El día en que el país sea gobernado, en los tres niveles de gobierno y en los tres poderes de la unión, por verdaderos servidores públicos, que realmente sirvan a la población, a la mayoría y se dejen de componendas, cambios de favores, beneficios económicos directos entre unos y otros, argucias legaloides que sólo fomentan la impunidad, nuevos millonarios de riquezas “inexplicables”, el día que los gobernantes dejen de dilapidar y regalar el dinero que no es de ellos, el día en que los legisladores realmente representen a la población y no a su partido político, el día en que las instituciones publicas como PEMEX, CFE y otras realmente beneficien en forma directa a la población y no a políticos corruptos coludidos con seudo empresarios para hacer los grandes negocios, el día en que la casta política deje de mentir, de simular que sirve a la población, el día en que el poder judicial se atreva a aplicar la ley al parejo a todos, a gobernantes y población, ese día el país como tal funcionará, dejara de ser un gobierno fallido, un país subdesarrollado, simplemente mientras que sigan existiendo corruptos impunes enquistados en todos los niveles de los gobiernos, México seguirá en su eterno subdesarrollo y hundido en su propia mierda moral y ética.

Lo que no prevén estos malos gobernantes es que tanta corrupción e impunidad acumulada, tarde o temprano se les va a revertir, ya que el mismo gobierno al ser en la practica un gobierno fallido sólo va a provocar movimientos sociales que, en su momento, van a ahuyentar del país a todos estos corruptos, muchos de ellos no podrán disfrutar sus grandes fortunas mal habidas.

Algunas personas que se dicen periodistas, en alguna ocasión me calificaron de subversivo, sí el estar conciente de la podredumbre que esta invadiendo al país y atreverse a manifestarlo, sí eso es ser subversivo, lo acepto, también acepto que soy ácido y en algunas ocasiones hasta ofensivo, lo acepto, lo único que no acepto es a los cobardes que se escudan en anónimos, a los políticos corruptos, a los gobiernos espurios y a los “periodistas” frívolos.

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