Mitos electorales



Pensaba que ya no se usaba eso, pero el otro día me tocó ver a alguien por la calle que evitó pasar por debajo de una escalera y prefirió rodearla. Ese tipo de creencias para un servidor son divertidas de observar a quien las practica y quizá no haya ninguna víctima en este tipo de situaciones, pero hay otras creencias, o más bien mitos, los mitos electorales, que terminan afectando nomás al que se los cree y lo peor es que casi siempre los que se las creen son los mismos candidatos.

Centro para uno, orilla para el otro

Está muy extendido aquello de que en Tepatitlán, la gente del centro prefiere y vota por un partido y la gente de las orillas vota por otro. Y tanto el uno como el otro partido creen ciegamente en esta máxima, y no se ponen a pensar que la gente que vive en las orillas va a trabajar a algún lugar en el centro, termina el día y se invierte la operación, ¿estas personas qué son, del centro o de las orillas? si no son ni de uno ni de otro lado, ¿entonces por quién votan?

Capilla no votará por nadie

Otro mito que escuché hace apenas unos días es que en Capilla de Guadalupe nadie votará por partido alguno y lo único que pondrán en la boleta electoral es: “Capilla de Guadalupe municipio”. ¿Cómo saben esto, ya le preguntaron a todos y cada uno de los capillenses? Y aquí se implica algo más, que todos en Capilla quieren ser municipio. Con esto se curaron en salud los partidos, sobre todo al que le oí esto que es alguien muy pero muy cercano a un candidato.

Así, será muy fácil decir: “es que en Capilla ya sabíamos que no iban a votar por ninguno y si perdimos fue por el voto duro del otro partido… si hubieran votado los de Capilla”. A mucha gente le gusta pensar por los demás, sobre todo en los partidos políticos y ya pensaron qué es lo que quiere aquella delegación. Suponiendo que todos los capillenses fueran así, ¿pensarán que anulando el voto se les concede la municipalidad?, ¿de verdad serán tan tontos como nos quieren hacer creer, todo para ocultar que en aquel lugar solamente pinta un partido y el otro ni chance tiene?

Voto blanco o nulo

Este mito hasta miedo les da a algunos políticos. Que hay que anular el voto o votar en blanco para que “los partidos se enteren del descontento de la sociedad”. Lo anterior no es más que una ocurrencia más de los grupitos de revoltosos que casi ni existen pero que misteriosamente algunos medios de comunicación y hasta periodistas “notables” se encargan de propagar y agrandar ese mitote.

La abrumadora mayoría de los que normalmente votan, piensan hacerlo como siempre en las elecciones de mañana (tranquilícense mis políticos); sólo es una fracción de proporciones risibles los que harían esto de anular el voto –según encuestas-. El que no tiene ganas de votar simplemente no lo hará mañana, como siempre pasa cada tres años, pero eso de que una gran cantidad de electores no se presentará a sufragar y los que lo hagan, un gran número anulará su voto, pues no es más que un sueño marihuano de los que así quisieran que pasara.

Los únicos que deben preocuparse son los partidos chicos, que cada voto que obtengan será fundamental para su permanencia como organización política y así poder seguir mamando del presupuesto. Para esto sí será eficaz el voto nulo, voto blanco y la abstención.

De lo otro, que para que los políticos se den cuenta de que la gente ya está harta de ellos, es una pésima estrategia (más valdría hacer plantones como el Peje). A los candidatos poco les importa si votan un millón o uno nomás; esto es como el futbol, para ganar lo mismo basta quedar 1-0, 10-0 ó 100-99, sólo se necesita tener un voto más que el adversario y a disfrutar del presupuesto por tres años tranquilamente, a menos que se obtuvieran cero votos pero para eso hay que convencer al “viejito de la Villa”, a “doña Chonita”, que no voten esta vez, que alguien les explique eso del voto blanco, nulo y abstención.

El partido hace fuerte al medio

Una creencia más, fabricada por las desesperadas mentes de los candidatos y sus equipos de trabajo, es la de pensar que ellos tienen el poder de enaltecer a un medio de comunicación a base de billetes, que el medio en cuestión no era nada hasta que ellos se fijaron en él.

Esta estrategia consiste en tomar un medio de poca penetración y arraigo para promover la imagen del partido, pensando que de esta manera aumentará su “rating” y se posicionará entre la gente. Por lo general son impresos, que buscando la manera de sobrevivir y dar por algunos días sentido a su insípida existencia, hacen tratos con algún partido y se convierten por algún tiempo en vocero de algún candidato.

El candidato hasta paga ejemplares extras para distribuirlos entre la gente, claro que con la información previamente pagada y que le favorece. Ambos piensan, tanto medio como candidato, que de esta manera ambos se benefician y cobrarán notoriedad… Pobres, no saben que la gente lo que menos quiere saber es de política y si un medio no es aceptado normalmente no lo será en tiempos de campaña; fuera de esos 100, 200, 1000 o más ejemplares extras que compre el candidato para repartir, esos impresos pasarán sin pena ni gloria y quizá hubo 100, 200 ó 1000 personas que se enteraron del candidato y pudiera ser que algunos se decidan a votar por ellos, ahora nomás falta de convencer a 40,000 votantes más.

En fin…

Ya veremos la noche de mañana que tan efectivos resultaron esos mitos que los mismos partidos fabricaron con la esperanza de obtener algunos votos. Allá ellos.

Lo triste es ver que todavía existe mucha ignorancia entre la gente. Me tocó escuchar a dos personas decir que desconocían que en un cabildo por lo general hay regidores de dos o más partidos, pensaban que sólo había gente del partido que había ganado las elecciones. También en esa misma plática salió a relucir que ignoraban que se celebraran sesiones de cabildo…

Lo peor de todo es que muchas de esas personas son gente allegada a los candidatos. ¡Uta!

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