¿Votar o botar?



No voy a decir que los argentinos somos ejemplo de cómo escoger a los candidatos, la mayoría de las veces terminamos votando al menos peor, como en el caso de Kirchner – Menem, por no votar al Turco o por botarlo, no sólo ganó en aquella oportunidad Néstor Kirchner sino que luego, gracias a los subsidios a desempleados, cajas con despensas, vales por comidas, dinero, materiales para construcción, y una que otra obra en barrios de escasos recursos, se logró que su esposa Cristina Fernández de Kirchner, llegara a ser presidenta, y domingo pasado, en las elecciones legislativas, Néstor quedó como senador.

Dicen que por eso estamos como estamos, pero bueno, el propósito de esta crónica es que se dieran una idea de cómo es el sistema electoral allá.

Para comenzar les cuento que el voto es individual, secreto y obligatorio. Y la democracia es del tipo republicano, para evitar la concentración del poder en una persona, grupo o partido político. ¡Ja! No puedo evitar reírme cuando unos párrafos antes mostré cómo todo es al revés.

Volviendo al tema del voto, llegado el día de las elecciones, la gente debe ir a votar con su DNI (Documento Nacional de Identidad, que es físicamente similar a un pasaporte).

Días antes debe verificar dónde estará su mesa, es decir, en qué mesa y de cuál escuela le va a tocar votar. Las mujeres votan en unas escuelas y los hombres en otras (no sé por qué) pero siempre son escuelas cercanas al domicilio que figure en el DNI.

Por lo general es proceso rápido dependiendo del presidente de mesa y de los fiscales de cada partido, porque al llegar piden el DNI y el presidente dice a los fiscales: “Bustamante, Flavia Mariela, domicilio tanto” y ya todos buscan en la misma lista y lo tachan.

Al mismo tiempo le dan a uno un sobre sellado y con la firma de todos los integrantes de la mesa, para entrar al “cuarto oscuro”. No es que sea literalmente oscuro, sino que es un aula donde uno se queda solo y escoge a su/s candidatos.

En este punto hago un paréntesis para comentarles que por ejemplo, cada partido tiene su boleta, es un papel donde figura el nombre del partido, el nombre del candidato y todos los que van detrás de él. Si es en las elecciones para gobernador e intendentes, que generalmente se superponen, en una misma lista aparecerá el nombre del candidato a gobernador y el del candidato a intendente, ya uno decide si quiere poner toda esa boleta o hacer lo que se llama “cortar boleta” que como la palabra lo indica, uno puede cortar la boleta y poner de gobernador a un partido y de intendente a otro.

Total que uno entra al cuarto oscuro, se encuentra con muchísimas boletas y ahí uno pone dentro del sobre el que quiera, sale del cuarto oscuro y se deposita el sobre cerrado en la urna que una caja de cartón con fajas de seguridad y el presidente de mesa le devuelve el DNI que fue sellado para evitar que la misma persona vote dos veces y listo.

Cosas que a veces suceden antes, durante y después de las elecciones:

• Un día antes, no recuerdo desde qué hora, ya no venden bebidas alcohólicas a nadie, el chiste es comprarlas antes.

• Los lugares públicos cierran temprano, eso incluye lo más importante, los boliches (acá les dicen antros o discos).

• Se compra la carne para hacer el asado, no está comprobado científicamente pero votar abre el apetito.

• El mismo día a uno le da pereza ir a votar, como es domingo si uno quiere ir en la mañana está la excusa del sueño, si es por la tarde que porque estoy lleno por haber comido el asado, pero igual uno va, protestando, pero va. No falta el que le importa un carajo todo y no va. Es común eso también.

• Que cuando nos juntamos a comer llegue un primo o un tío (recordemos que los hombres votan separados de las mujeres) contando que un travesti de casi dos metros de altura, fue a votar con una súper minifalda y con zapatos del 43 (allá usamos otras medidas de calzados).

• Que pase un loco gritando “¡Viva Perón, carajo!” (más vale que Perón no resucite porque se vuelve a morir cuando vean lo que hicieron de su partido).
• Votar y volver a esperar los resultados.

• Seguir el proceso por la radio y estar pendiente de las actualizaciones de los resultados de acuerdo a la encuesta en “boca de urna”, a veces, no me ha tocado pero a mi mamá sí, una persona le pregunta por quién votó sin dar otra respuesta más que esa.

• Si uno se encuentra a más de tantos kilómetros de la mesa donde debe votar y no puede estar allí, entonces debe ir a la comisaría más cercana para que le den un certificado de por qué no pudo ir a votar.

• Festejar o lamentarse.

• Después de las elecciones seguir lamentándose aunque sea por las dudas, total ningún candidato electo va a cumplir lo que prometió en campaña.

• Si no votó y pidió su certificado, debería llevarlo al Tribunal Federal Electoral para justificar su falta, o sea nunca. Si bien es obligatorio votar, no he sabido de que efectivamente hayan cobrado multas por no hacerlo.

• Si su candidato perdió, y apostó con un amigo, pagar el asado, la Coca Cola, la cerveza o el Fernet (una bebida muy consumida en Argentina, principalmente en Córdoba).

• Si estuviera en edad escolar, seguramente no iría a clases porque a veces se suspenden para limpiar las escuelas.

• Escuchar por la radio o en los noticiarios a los presidentes de mesa que cuentan cómo al abrir los sobres para contar los votos se encuentran con papeles con insultos, votos destruidos, sobres vacíos (votos en blanco), preservativos con leyendas como “si me van a romper el culo por lo menos que no me peguen enfermedades”, insultos, sobres en los que en vez de votos hay un pedazo de papel higiénico con materia fecal y mil cosas más.

En fin, es todo un show, a veces pienso que nuestros votos sólo sirven para validar las trastadas que se mandan los políticos, sin embargo considero (y lo hago) que hay que votar. En el caso de Argentina es una obligación pero también es un derecho, es la oportunidad de elegir pero también de exigir y no quedarse callado cuando las cosas no vayan por su rumbo.

Creo que si ellos no cumplen sus promesas es porque permitimos que eso pase, o porque apenas somos una minoría los que sí exigimos.

Cuando un político asume un mandato le toman juramento y le dicen algo más o menos así: “Fulanito, juráis sobre estos Santos Evangelios, bla bla bla… -Sí, juro, dice Fulanito. Y el otro continúa: “Si así no lo hiciereis, que Dios y la Patria os demande”.

¡Ja! Dejemos a Dios de lado, ¿y la Patria? ¡Ja, ja, ja! El que votó por el que ganó le importa un comino, el que votó por el que perdió tampoco exige y el que no votó (típico de ellos) se queja.

Igual hay que votar, es una forma de mantener viva la esperanza de que todo puede mejorar algún día. Yo que usted iría a votar mañana para ver si alguna vez llegamos a tener el gobierno que nos merezca.

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1 Comentarios

  1. Pues ese es el dilema votar o botar aquí en nuevo león en las pasadas elecciones pues "botaron" el 52% del padrón elecorl estatal, y es que cuando hacen sus comerciales de votar para "exigir" ¿exigir? ¿a quién? ¿al gobierno? quien sabe pero eso de que tu voto cambia las cosas funcionaria en el casoque los mismos cuidadanos elegieramos a los candidatos o que existiera tambien la candidatua independiente como e algunos Estados de E.U pero no siempre nos dan a votar por candidatos que no convencen y hay que elegir al "menos peor" en sin como quieren que votemos, pero bueno saludos y visiten nuestra nueva web ademas del nuestors blog´s.
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