Panorama de Arandas

Pararon a los cabalgantes 

Por Rubén Arias Barajas 


Vaya para Ustedes el saludo semanal de costumbre.
Como bomba les cayó la noticia este miércoles a los cabalgantes, la determinación del Presidente Municipal de Arandas J. Guadalupe Tejeda Vázquez, de suspender las cabalgatas de los jueves por el centro histórico y diversas calles céntricas de ésta ciudad.

Fue una determinación que la mayoría de la gente ya esperaba en virtud de que el asunto de los paseos a caballo por la ciudad todos los jueves, ya había causado muchos problemas con las autoridades de policía municipal, policía vial y con algunas personas, además claro, de muchos conductores de vehículos afectados por el entorpecimiento del flujo vial por parte de los cabalgantes.

Ya hacía yo un pronóstico aquí hace un par de semanas, en el sentido de que la tolerancia y privilegios concedidos a los cabalgantes con la elaboración de un reglamento en donde les permitían recorrer la ciudad los jueves de cada semana, podría echarse abajo por culpa de ellos mismos, no de todos claro, pero sí de un grupo numeroso que se condujo con nula responsabilidad, haciendo desmanes inclusive a altas horas de la noche, lo que molestó mucho a gran parte de la ciudadanía y ésta elevó sus quejas ante la Autoridad Municipal para poner freno a ésta actividad que se estaba desbordando.

Y es que creo que se equivocaron algunos cabalgantes. Respetar el reglamento era de lo más fácil y lo más sencillo. Las reglas fundamentales consistían en que circularan por donde quisieran, pero haciéndolo en fila india pegados a la banqueta para no estorbar el flujo vehicular. Que respetaran los semáforos para evitar accidentes. Que no anduvieran bebiendo montados a caballo y que a partir de las l0 de la noche, comenzaran a retirarse para guardar sus caballos. Nada de lo que se les pedía era difícil ni fuera de lo normal, sin embargo, por unos pocos, resultaron perdiendo muchos, pues no respetaron tales reglamentos y ahora las consecuencias están a la vista.

Este jueves un poco después de las diez de la mañana, algunos cabalgantes se organizaron y pegaron sus remolques a sus vehículos y se estacionaron desde 2 cuadras antes de la Presidencia Municipal, por la calle principal Av. Obregón, casi desde el Parque Hidalgo y hasta dar vuelta y bloquear, ahí si totalmente, el paso por la calle Francisco Mora en donde se encuentra ubicado el Palacio Municipal.

Con pancartas en vehículos y en mano, mostraron su descontento con la decisión del Presidente Municipal de cancelar los paseos de los jueves a caballo y estuvieron prácticamente toda la mañana haciendo o tratando de hacer labor de convencimiento para buscar revertir tal decisión, pero se supone que no hubo arreglo, porque esta noche de Jueves, no se vió circular a ningún caballo por ninguna parte de la ciudad, dado de que fueron advertidos de que se haría uso de la fuerza pública para retirarlos en el caso de que persistieran en su intento de desacatar dicha orden.

Y es que para reforzar tal medida tomada, el Presidente Municipal dio a conocer a través del perifoneo y otros medios, que había pedido el apoyo de las corporaciones policiacas de los Municipios vecinos para enfrentar cualquier incidente que se pudiera dar con los caballistas, ante los intentos frustrados y hasta cierto punto violentos que en días pasados se dieron con personal de la Policía y de Vialidad de éste Municipio.

Ahora, sólo se les permitirá participar en el Desfile del l6 de Septiembre y en el combate de flores del mismo día por la tarde y que se celebra en la zona centro de la ciudad, en donde se esperaba para éste año, la participación de aproximadamente mil quinientos cabalgantes.

Otro día que se les permitirá, será en el tradicional día de campo del l7 de Septiembre, pero eso será en la zona del campo, en el Puente de Guadalupe, lo cual también se considera una tradición que tiene más de 80 años de llevarse a cabo y desde luego que las reglas no han cambiado, pues se les exige respeto con la gente y en la conducción de sus cabalgaduras.

Esperamos pues que no vaya a haber violencia, que se acaten las órdenes de las autoridades a este respecto, y que se negocie de otra manera, pues si los cabalgantes ya se habían ganado la animadversión de la mayoría de la gente por los atropellos de algunos, ahora con el bloqueo del tráfico, sólo se escuchaban el ruido de los claxon y alguna que otra mentada de desesperados conductores que no podían avanzar con la velocidad requerida y permitida, y su imagen terminó por deteriorarse aun más a los ojos de la Comunidad.

Nos leeremos en la próxima entrega.

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