Panorama de Arandas


Por Rubén Arias Barajas


Se acabaron las fiestas... ¿qué sigue?

Vaya para Ustedes el saludo semanal de costumbre.

Pues bien, se acabó la fiesta de Septiembre. Saldo, pues se puede decir que blanco, porque los pequeños incidentes ocurridos, significan nada comparado el asunto con los miles de personas que a caballo, en vehículo o a pié, estuvieron participando de tantos eventos tradicionales de las Fiestas Septembrinas.

Sin lugar a dudas que esto debe reconocerse y hasta agradecerse a la Sociedad, a las personas que venidas de otros lugares y a los locales, pusieron de su parte los ingredientes necesarios para que se pudiera convivir y “conbeber” con sensatez, prudencia, tolerancia y demás, es innegable tal cosa.

Es cierto que se pidió apoyo a corporaciones policiacas venidas de otros lugares, para hacer presencia y apoyar a la Autoridad Local a mantener el órden y el control en la conducta de la gente, pero todo parece indicar que nadie se desbordó. Por el contrario, se festejó con alegría y las grandes aglomeraciones que se dieron, cosa normal en ésta fecha, no produjeron incidentes graves que lamentar.

La crisis económica que se vive en el Pais, por supuesto que se reflejó a nivel local, pues la gente se apreció menos participativa en comparación con otros años, sin embargo, al parecer el número de turistas venidos de otros lugares se incrementó notablemente y eso beneficia desde luego a nuestro Municipio por la derrama económica que significa en la ocupación hotelera y en el consumo en los restaurantes y otros servicios; bienvenida pues dicha derrama.

Comienza pues a partir de éste momento, la cuenta regresiva para las Autoridades Municipales, que en el presente trienio, tal y como se acostumbra, irán preparando maletas para entregar las riendas y el manejo del Municipio a las nuevas Autoridades electas que deben estar trabajando con ahinco para enterarse de la A a la Z de las circunstancias que prevalecen en el Municipio en cuanto se refiere a los compromisos existentes y los que habrán de enfrentar al inicio del año, pues aunque estamos en el noveno mes del año, la verdad es que siempre Septiembre ha sido el mes límite para que se “sienta” la inminencia del cambio de estafeta.

Por el momento, existen graves problemas que deberá enfrentar la actual administración municipal aún cuando se conoce se carece de recursos económicos, pues hay cosas que no se pueden posponer, especialmente en cuanto se refiere a los servicios públicos, pues existen numerosos reportes de los vecinos de diferentes colonias, en cuanto a que las luminarias del alumbrado público, se encuentran fundidas y necesitan ser reemplazadas.

Los numerosos y enormes baches surgidos por doquier, a lo largo y ancho de la ciudad, ameritan la intervención y la inversión de las Autoridades, para corregir éste problema que se nota por cualquier parte de la ciudad. Como si esto fuera poca cosa, es normal que también se tenga que atender prioritariamente la circunstancia de tener que hacer el pago, a fin de año, del aguinaldo que la Ley concede como derecho a los trabajadores del Ayuntamiento, así que entre éste gasto y el mantenimiento de los servicios básicos, sin duda se hace una cantidad que preocupa a la Autoridad Municipal cómo resolverlo, pues los recortes de las partidas presupuestales a los Municipios, son ampliamente conocidas.

Hay programas u obras que se pueden cancelar, se pueden posponer o se pueden continuar con base en los dineros que se tengan, pero hay servicios que no se pueden dejar para después. Se tienen que cubrir a como de lugar, por ello es que el cierre del trienio, no será fácil en ésta ciudad y en muchos otros Municipios por supuesto.

Si a eso le agregamos que existe el alto riesgo de que resurja otro brote de Influenza A-H1N1, pues ya se han documentado varios casos en la zona urbana de Arandas, pues la cosa está para pensarse muy seriamente, pues el clima comenzará a cambiar al frío en unos pocos días y entonces las condiciones pueden ser idóneas para que dicho virus se reproduzca más fácilmente y pueda provocar una situación de emergencia como las que ya hemos pasado no hace mucho tiempo, y eso empeoraría el panorama de por si lúgubre que se vislumbra.

Y no es que quiera ser fatalista. Más bien la pretensión es ser realista y por supuesto que espero que tal escenario no se produzca, pero de que el riesgo es algo, lo es. Los números o estadísticas son frías y así lo indican. Ojalá que no.

Nos leeremos en la próxima entrega.

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