Con esos amigosPara qué quiere enemigos el presidente Felipe Calderón, sus asesores, su equipo, su gente desempeña esa función de hacerle daño, no sé si por ineptos o si hay incluso entre ellos alguno que otro traidor, porque sencillamente y de buena fe no se puede ser tan pendejo para hacer algunas de las cosas que han hecho quedar muy mal al Presidente de la República en los últimos días.
Le decíamos aquí hace menos de una semana que el Presidente Calderón efectivamente necesita un pacto, pero básicamente entre Él y sus amigos que integran su gabinete para que se comprometan éstos a hacer lo que deben y a no hacer tanta pendejada. A quién se le ocurre, por ejemplo, convocar a los diputados electos, sin haber tomado aún posesión de sus cargos, es decir, sin ser diputados en funciones, para dirigirles un mensaje presidencial alusivo a su tercer informe de gobierno, ocho horas antes de presentar oficialmente (a ellos mismos) su tercer informe de gobierno...
La ley dice que los nuevos diputados deben tomar posesión de sus cargos el día primero de septiembre a las 5 de la tarde, fecha y hora en que da inicio el primer periodo de sesiones del Congreso de la Unión; y dice también que el presidente de la República debe presentar un informe por escrito precisamente al inicio de dicho periodo de sesiones, por lo tanto se entiende que la presentación del informe debe ser en esa fecha y a esa hora, no antes ni después. Si el presidente quiere dirigir un mensaje a los diputados y a la nación con ese motivo, tendrá que hacerlo a continuación, o después, un día después o en la fecha posterior que mejor le parezca, pero no antes.
Sin embargo, algún estúpido le sugirió al Presidente Calderón que citara a los diputados (electos, no en funciones aún) para dirigirles un mensaje el día primero de septiembre a las 9 de la mañana en Palacio Nacional, y así lo hizo la Presidencia, los convocó a esa hora pero no sólo eso, sino que los trató como a simples ciudadanos, inferiores, invitados, indicándoles que deberían asistir de traje, con una identificación oficial y presentarse una hora antes del inicio de la ceremonia.
Claro, los diputados se indignaron, lo mandaron al carajo y obligaron al presidente a cancelar dicha ceremonia y a posponerla para el día siguiente, dando la impresión así de que en lo sucesivo serán los diputados del PRI los que mandan en este país y no el presidente de la República. En la fotografía que publicó la revista Proceso en su primera plana se ve a un Felipe Calderón patético, derrotado, da lástima... Y no debiera ser así, es sólo una triste imagen presidencial que quizás no corresponde del todo a la realidad, pero en el contexto en que fue presentada, de derrota por la suspensión de esa ceremonia y mensaje a la nación, pareciera que ya no gobierna al país don Felipe Calderón.
La periodista Denisse Maerker opinó que fue por pura estupidez, que aquí no hubo malicia posible, que los mal llamados operadores del presidente lo dejaron expuesto al convocar "al tercer Informe de Gobierno en Palacio Nacional a las 9:00 de la mañana del 1 de septiembre".
Yo no estaría tan seguro de que fue por pura estupidez. Estoy seguro más bien de que no se puede ser tan estúpido y estar tan cerca del Presidente de la República a la vez. Más bien me parece que se planeó eso de mala fe, que lo hizo algún traidor para exponer al Presidente al escarnio.
Los priístas -agrega Denisse- "simplemente aprovecharon el banquete que les servían, y de entrada, sin mediar ni un día de la nueva Legislatura, demostraron dónde está la experiencia, el cuidado de los detalles, el poder. Y conste que no es un halago". En eso sí estamos de acuerdo, lo aprovecharon y se lucieron.
"El error del equipo del Presidente es de una torpeza pasmosa: la hora es inadecuada -antes de que el Congreso se instale formalmente-, la convocatoria no estaba garantizada -no se planchó previamente la asistencia de las bancadas-, la redacción es provocadora -no se puede invitar al tercer Informe, a lo mucho a un mensaje con motivo de…-, y el envío insultante -vía internet", concluye la periodista.
¿Le parece a usted que todo esto fue por pura estupidez?, ¿que sólo fue una torpeza pasmosa del equipo del Presidente?, a mí no.
Y menos aún cuando la "estupidez" y la "torpeza" se repiten una semana después. Este lunes el presidente Felipe Calderón anunció, entre otros, el cambio de titular en la PGR diciendo que va a poner en lugar de Eduardo Medina Mora a Arturo Chávez Chávez, sin cabildear antes este nombramiento en el Senado de la República, aun sabiendo que éste lo tiene que aprobar.
Ahora ese nombramiento está en riesgo, no sólo porque Chávez se la debe a la sociedad, porque cuando fue procurador de justicia en Chihuahua durante el gobierno de Francisco Barrio, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Amnistía Internacional y hasta la ONU y otros organismos nacionales e internacionales pidieron desde su renuncia hasta que fuera enjuiciado por desacato a varias recomendaciones por los homicidios de mujeres en Ciudad Juárez (los gobiernos de México, de Chihuahua y de Ciudad Juárez fueron exhortados en varias ocasiones con culpa de él), sino porque el Senado (en el que no tiene mayoría el PAN) no fue consultado antes de tomar esa decisión. ¿Cómo el titular de un poder nombra a un procurador sin consultarlo con el otro poder que lo tiene que aprobar?.
Eso puede pasar en una entidad federativa, en la que no trasciende a nivel nacional el rechazo de un nombramiento por parte de los diputados locales, y donde el gobernador es tan hábil que finalmente se sale con la suya y pone al procurador que quiere; pero no en el gobierno de la República, donde el rechazo por parte del Senado sería un escándalo, nacional e internacional, que reflejaría, como dice la Maerker, la estupidez y la pasmosa torpeza, pero no del equipo del presidente, sino del presidente, porque las noticias en el mundo dirán que los senadores rechazaron al procurador que propuso el presidente, no los estúpidos colaboradores y asesores del presidente.
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