Pórtico

Titulares

Por Ramón Muñoz

No basta con ser, hay que parecer

Los medios viven de las noticias. Si eres noticia estás en los medios. Hay noticias buenas y malas.

En estricto apego al oficio, a un periodista no le importa (no debe importarle) si las noticias son buenas o malas. Su obligación es darlas a conocer.

Contrario a la función del periodista, el funcionario público debe dar noticias reales, sean buenas o malas.

El político mexicano (incluimos a los de Tepa) está acostumbrado a que las noticias de los medios deben ser buenas –para los políticos claro-; so pena de ejercer presión para que los periodistas sean limitados, separados o hasta despedidos por exponer la cosa pública.
Lo que muchos políticos, al margen de su filiación partidista, no entienden es que la gran mayoría de los periodistas, sobre todo los reporteros, viven de la noticia, no del salario. Del salario comen, claro; pero no es lo mismo.

Creo que me salí del tema principal de mi comentario, pero quise puntualizar estos conceptos para que, el lector, especialmente el político (el que se va y el que viene), entienda (o intenten) que la vida de los medios de comunicación es la noticia no sólo la publicidad.

Si el pueblo no sabe, no se entera de los millones de pesos que se invierten en obras, en servicios, en las “buenas” del gobierno, no es culpa de los reporteros, para eso hay un equipo junto al gobierno que se encarga de la comunicación y la difusión.

Si el pueblo no sabe quién viene de funcionario. Si el ya nombrado no es aceptado, si el futuro jefe o funcionario es cuestionado, no es asunto del reportero, mucho menos del medio de comunicación. Si la gente quiere saber nombres de los “nuevos” funcionarios y lo busca en los medios es porque sigue creyendo en éstos, y espera que el o la responsable de dar a conocer al nuevo equipo de trabajo municipal, aunque entre en funciones hasta el 1 de enero próximo, ya debería ser conocido.

Esa es una lógica que no han aplicado las autoridades electas. Es un tema que le viene costando ya en imagen a Cecilia González.

Esa falta de información ha provocado, por ejemplo que se especule que van a correr a la mitad de los empleados, lo que es falso. Por lo menos suena ilógico, pues nadie mutila su cuerpo cuando aspira a correr.

Los empleados municipales –no los jefes-, quieren saber si seguirán o no en su chamba y hasta ahora nadie les ha informado, nadie les ha orientado. Esa situación crea confusiones y temores que se reflejan en habladurías, en mitotes, en especulaciones que, aunque no lo reconozcan, le están pegando al equipo de Cecilia, porque al PAN ya no le pueden cobrar más de lo que le cobraron en la pasada elección.

Si el equipo de Cecilia o ella misma quiere serenar los ánimos de sus próximos empleados, tendrá qué lanzar ya los nombres de los futuros jefes y directores. Además, deberán establecer cuáles serán sus lineamientos y estrategias laborales.

No podrán caminar al ritmo que desean los priístas si no mandan ya señales claras de cómo trabajarán, con quiénes y a qué horas.

Los nombramientos son ya urgentes en Tepatitlán, no solo por cuestión de titulares de medios, por primeras planas, sino porque forman parte de la transición que, por cierto, comenzó aquel lejano 5 de julio, cuando la gente optó por cambiar las cosas políticas en Tepa.

En los escenarios panistas de los quince últimos años algo era seguro: casi todo seguía igual.
Ahora, con el cambio de partido en el poder… también todo sigue igual.

La diferencia no sólo está en los jefes, también en los titulares, en los titulares de la prensa.