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Ya tenemos el ejército, nomás falta la batalla

Sabemos que esta semana viene Emilio González a Tepa.

Sería la primera visita formal del gobernador con la actual administración.

Las señales que envió Emilio al cierre del anterior Ayuntamiento fueron contundentes: Antonio Muñoz para el tercer informe y Leonardo García para el cambio de poderes. Esos son sus Generales para la batalla en Tepa.

Esta sería una visita de cortesía y marcaría la ruta que Emilio busca trazar con la alcaldesa Cecilia González. Actos de buena voluntad. Políticamente correcto para explicar, a propios y extraños, que el Gobernador sí quiere con Tepa, que tiene con qué querer a Tepa, pero que dependerá de los oficios de los tepatitlenses para contar o no con el respaldo (presupuesto pues) del Ejecutivo.

Como nunca antes en la historia moderna, Tepatitlán tiene hoy día a un incontable número de burócratas. Hay gente en todas las estructuras del gobierno; en el federal, en el estatal, en los municipales, en los organismos descentralizados, en el Ejecutivo, en el Legislativo, en el Judicial. Un ejército de tepatitlenses que nos permiten sentirnos orgullosos por tener como nunca representación en las esferas del poder.

¿Y qué hemos logrado con semejante ejército?

Bueno, los resultados hablan por sí mismos. No me atrevería yo a enumerarlos.

Emilio verá esta semana cómo van las obras donde aportó dinero estatal. Podrá escuchar las propuestas de las autoridades para mejorar la infraestructura y el equipamiento urbano. Temas como el acueducto, la trillado ferrovía que nomás no llega, la recuperación del Núcleo de la Feria. Las obras, calles y avenidas que le faltan a Tepa. De eso escuchará Emilio ahora que esté de nuevo en Tepa.

También podríamos apovechar para mostrarle la cartera de proyectos productivos, las intenciones que tiene el Banco de Alimentos para consolidar su edificio. Para pedirle mayor apoyo a la educación (sí, aún más); podemos hablar con él sobre las prácticas deportivas previas a los Panamericanos de Guadalajara-Zapopan. Acá también debería hacer aire.

Podríamos hablar de apoyos a la Seguridad Pública, de sistemas de alumbrado, de apoyos a la separación de basura y disposición correcta de la basura (caso basurero de San Bartolo). Podríamos hablar con Emilio de una Casa de la Cultura, de un Teatro para la cabecera. De los caminos que aún no llegan a las rancherías. Del apoyo para que el Centro Universitario de Los Altos tenga un ingreso digno, o una conexión directa con la mancha urbana vía Los Viveros.

Hay una larga lista de temas de los que Emilio el Gobernador podría conocer cuando esté por Tepa.

Lástima que vendría con el tiempo muy apretado, con los presupuestos muy amarrados, con los tiempos encima.

Lo bueno es que, ahora que esté en Tepa, se dará por enterado que nos sentimos muy contentos con todo ese ejército de funcionarios y empleados de los gobiernos que salen cada mañana de sus casas en Tepa para entregarle su vida a la función pública. Que nos damos por enterados que por plazas para los tepatitlenses no ha quedado. Que ahora como nunca Tepa tiene posiciones en el gobierno. Se dará por enterado pues, que ya sabemos que tenemos el ejército de tepatitlenses burócratas listo y presto, que sólo nos falta saber qué batalla libraremos y dónde está el enemigo a vencer. Por gente ya no debemos padecer la ignominia de los poderosos, el desprecio de los gobernantes del Olimpo Metropolitano y el desdén de los presupuestos.

Ya tenemos suficientes voceros, Generales y Comandantes del poder, suficientes tenientes y coroneles. También tenemos oficiales rasos. Sólo debemos escuchar las trompetas, para enfilar la ruta de la batalla.