+ ¿Prohibido hablar en contra de ell@s?
+ Y qué harán dos papás con dos penesGustavo González Godina ¿Deben las iglesias católica, evangélica y ortodoxa callarse ante el tema de los matrimonios entre homosexuales y la adopción de niños por parte de estos?, ¿debe el conductor de Televisa Esteban Arce pedir perdón y salir del aire porque preguntó si ser homosexual era normal?, ¿Debo yo abstenerme de decir que los niños adoptados por parejas del mismo sexo van a ser pervertidos por sus padres putativos, y callarme también?
Si hay alguien que así lo crea -y no dudo que habrá más de uno- le pregunto: ¿Entonces la libertad de expresión es ahora exclusiva de las minorías como la comunidad TPMV (homosexual), y la mayoría ya no tenemos derecho a opinar?, ¿ya está esto de los valores, las creencias y las costumbres, como el clima, de cabeza? Porque ya está todo al revés, nos estamos congelando en el trópico y se están descongelando los glaciares en los polos; hay sequías en el verano e inundaciones en invierno. Ahora los raros somos nosotros, los heterosexuales, porque ser homosexual está de moda. Pero... la libertad de expresión, por lo menos, ¿no debería de ser para todos?
Esto porque la Iglesia Católica cuestionó esta semana a quienes le piden que se calle, concretamente ante los señalamientos del PRD, arremetió -decía la nota de El Universal- en contra de todos aquellos que le quieren prohibir "hablar en nombre de Jesucristo", al referirse a la adopción de niños por parte de parejas homosexuales y el casamiento entre personas del mismo sexo. Esto durante la homilía dominical en la catedral metropolitana de la ciudad de México, en la que estuvieron presentes integrantes de las iglesias Evangélica y Ortodoxa para respaldar así a la Católica en este tema.
Lo que son las cosas, las iglesias evangélicas o protestantes y la católica eran irreconciliables en muchos otros temas, pero éste, puesto en la mesa de la discusión por los poderes del infierno representados en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, las está uniendo. Y esto de "los poderes del infierno" no crea usted que es una exageración mía, en todo caso lo sería del cardenal Norberto Rivera, quien en su mensaje dominical terminó agradeciendo a los feligreses por su apoyo y muestras de solidaridad en la defensa de la fe, la familia y de los niños, y les pidió "mantener presente la promesa del Señor, de que los poderes del infierno no prevalecerán contra ella (contra la Iglesia)".
Si no es usted creyente, identificar a los poderes del infierno con los legisladores locales del PRD y del PT en la ciudad de México le parecerá no sólo un despropósito, sino algo absurdo y hasta ridículo, pura fantasía para mentes infantiles; pero si va usted (sin ser creyente) a cualquier templo católico, o cristiano de cualquier otra religión evangélica, y observa la seriedad, la veneración y el fervor (y la convicción) con que los católicos y cristianos en general escuchan al sacerdote o al pastor hablar del cielo y del infierno, ya no le parecerá cosa de broma y de fantasía y estará de acuerdo conmigo en que dichos partidos políticos van a perder muchos votos en las próximas elecciones.
Porque la gente de la iglesia, de las iglesias, no se va a callar. En su comunicado el cardenal Rivera dijo: "Nos quieren prohibir hablar en nombre de Jesús, predicar su doctrina, cumplir el mandato del Señor de anunciar la buena nueva, defender el vínculo sagrado del matrimonio. No, no podemos callar, pues podremos librarnos de los tribunales de los enemigos de Cristo, pero no evadiremos el tribunal supremo de Dios, quien nos pediría cuenta de nuestra cobardía por avergonzarnos de su nombre y por no defender al rebaño del lobo que mata y dispersa a las ovejas".
Y para que le quede bien claro a todo mundo, aseguró que los pastores del pueblo de Dios no pueden obedecer primero a los hombres y sus leyes, antes que a Dios, pues la ley suprema y perenne es la de Dios. "Toda ley humana que se le contraponga (como ésta, que permitirá a los homosexuales casarse y adoptar hijos) será inmoral y perversa, pues al ir contra su voluntad termina por llevar a la sociedad a su degradación moral y su ruina".
(A los cuatro sabios conductores de Televisa que discuten acerca de todo los miércoles por la noche, les pareció un despropósito, por lo menos, lo que dijo el Cardenal de que la ley de Dios está por encima de la ley de los hombres. Ni se imaginan que la mayoría de los católicos están de acuerdo con esta afirmación).
El pasado fin de semana platiqué con un amigo, perredista notable él, quien es un médico de prestigio y muy apreciado en su comunidad, atributos estos que ya lo llevaron a ser presidente municipal por el PRD. Aunque es creyente no es gente muy de la iglesia y tocamos el tema éste de la gran controversia que ha suscitado el tema de la adopción de niños por parte de parejas de homosexuales.
"Mira -me dijo-, para empezar, yo creo que los ministros de la iglesia como el cardenal Rivera, deberían de dirigirse sólo a sus fieles, a sus seguidores, antes de criticar y de condenar deberían de aclarar que sus palabras van dirigidas a quienes creen en su religión. Pero en esto de que la ley permita a las parejas de homosexuales adoptar niños, estoy del lado de la Iglesia. Eso no puede ser, no debe ser, porque el ejemplo que va a recibir el menor va a fomentar en él una orientación homosexual, que se convertirá a continuación en una preferencia sexual por persona de su mismo sexo, crecerán condicionados en este sentido, con una influencia homosexual y en eso no estoy de acuerdo".
De acuerdo con él, le platiqué lo que escribió un lector de El Universal en un foro sobre el tema: "Dos homosexuales adoptan a un niño y a una niña, conforme van creciendo estos y como hacen todos los padres, les tendrán que hablar de la biología, y al llegar al tema de la sexualidad les explicarán que el pene es el órgano reproductor masculino y la vagina el órgano reproductor femenino, y que para reproducirse, el hombre (el niño cuando sea grande) debe introducir su pene en la vagina de la mujer. ¿Y qué hacen ustedes -les preguntarán el niño y la niña a su papá 1 y a su papá 2-, que sólo tienen dos penes?"
Y coincidió mi amigo el médico con el que esto escribe, en que el PRD lo va a pagar en las urnas, si alguna posibilidad tenía Marcelo Ebrard de llegar a la Presidencia de la República, al pronunciarse en favor de los matrimonios entre homosexuales y de la adopción por parte de estos, la perdió. La iglesia, las iglesias no lo dejarán llegar.
Pregunto: ¿Tiene derecho este personaje, mi amigo médico, político, ex alcalde por el PRD, tiene derecho a no estar de acuerdo con su partido y, por el contrario, a estar de acuerdo con la posición de la Iglesia Católica en este tema de los matrimonios homosexuales y la adopción?
¿Tengo derecho yo a repetir sus palabras? En mi caso es muy probable que influya en mi ánimo mi homofobia. ¿Tengo derecho a sentir homofobia? o es un delito ser homofóbico... pregunto. ¿Pueden las leyes controlar los sentimientos de las personas?, ¿puede una ley prohibirle a alguien amar, odiar, sentir miedo o tenerle aversión a algo o a alguien? Si no puede, ser homofóbico no es un delito entonces. Lo es la discriminación y vuelvo a preguntar: ¿es discriminación llamarle joto, maricón o puñal a un homosexual?, ¿y por qué llamarle gay no lo es?, ¿porque la palabra gay les gusta y la palabra joto no?, o sea, aunque las dos palabras signifiquen lo mismo según el diccionario, ¿lo que no les guste es discriminación y lo que les guste no? Si el conductor de Televisa Esteban Arce sostiene que ser homosexual no es normal, ¿eso es discriminación y por eso lo deben de correr del trabajo y enjuiciarlo y sentenciarlo a cadena perpetua, por lo menos?
¿Todos los derechos los tiene ahora la comunidad lésbico-gay-bisexual-transexual (TPMV), y la gente normal (bueno, así nos considerábamos antes, ahora somos raros) no tenemos ninguno aunque seamos mayoría?, ¿son ell@s quienes deciden qué es discriminación y qué no?, ¿quién puede opinar y quién no?, ¿qué palabras podemos usar y cuáles no?
No pues... ahora sí que estamos jodidos todos ustedes. ¿Qué hago yo con mi homofobia?, sé qué va a hacer la Iglesia con el PRD, sé cómo les va a ir a los poderes del infierno en las próximas elecciones, pero no sé qué hacer con mi homofobia...
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