No puedo estar muerto

Por el padre Miguel Ángel
padre.miguel.angel@hotmail.com

Tener una familia es una gran bendición de Dios. No debemos desesperarnos cuando se presentan algunos contratiempos como le sucedió a un amigo mío que decía:

“Estoy harto de la vida… Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos los días, llego a la casa y mi esposa sirvió lo mismo de la comida para cenar, la cual no me gustó mucho que digamos y tengo que comer la comida que no me gusta.

Voy a entrar al baño y mi hija de apenas un año y medio no me deja, porque quiere jugar conmigo; no entiende que estoy cansado y quiero entrar al baño. Después, tomo mi revista para leerla en mi sillón y mi hija nuevamente quiere jugar y que la arrulle entre mis brazos.

Yo quiero leer mi revista y sale mi esposa con su ¿qué tal me veo?, me arreglé para ti… le digo que bien sin despegar los ojos de mi revista, para variar; se enoja conmigo porque dice que no la comprendo y que nunca la escucho. No sé por qué se enoja si le pongo toda mi atención; es más, aún viendo la TV le pongo atención, bueno, siempre y cuando haya malos comerciales.

A veces quisiera estar solo y no escuchar nada, yo sólo quiero descansar. Suficientes problemas tengo en el trabajo para escuchar los de mi casa.

Mi padre también me molesta, algunas veces y entre clientes, esposa, hija, padre, me vuelven loco, quiero paz.

Lo único bueno es el sueño. Al cerrar mis ojos siento un gran alivio de olvidarme de todo y de todos.

-Hola, vengo por ti.

-¿Quién eres tú?¿Cómo entraste?

-Me manda Dios por ti, dice que escuchó tus quejas y tienes razón, es hora de descansar.

-Eso no es posible, para eso tendría que estar…

-Así es, sí lo estás, ya no te preocuparás por ver a la misma gente, ni por caminar, ni de aguantar a tu esposa con sus guisos, ni a tu pequeña hija que te moleste. Es más, jamás escucharás los consejos de tu padre.

-Pero…¿Qué va a pasar con todo? ¿Con mi trabajo?

-No te preocupes, en tu empresa ya contrataron a otras persona para ocupar tu puesto y por cierto, está muy feliz porque no tenía trabajo.

-¿Y mi esposa y mi bebé?

- A tu esposa le fue dado un buen hombre que la quiere, respeta y admira por sus cualidades, que tú nunca observaste en ella, y aceptar con gusto todos sus guisos sin reclamarle nada, porque gracias a Dios y a ella, tiene algo qué llevarse a la boca todos los días, a diferencia de otras personas que no tienen nada qué comer, y pasan hambre hasta por meses; y además, se preocupa por tu hija y la quiere como si fuera de él, y por muy cansado que siempre llegue del trabajo, dedica tiempo para jugar con ella. Son muy felices.

-No, no puedo estar muerto.

-Lo siento, la decisión ya fue tomada. -Pero… eso significa que jamás volveré a besar la mejillita de mi bebé, ni a adecirle “te amo” a mi esposa. Ya no veré a mis amigos para decirles lo mucho que los aprecio, ni a darle un abrazo a mi padre. Ya no volveré a vivir, ya no existiré más; me enterrarán en el panteón y ahí se quedará mi cuerpo, cubierto de tierra. Nunca más volveré a escuchar las palabras que me decían: ¡Hey amigo, eres el mejor!; hijo mío, estoy orgulloso de ti; cuánto amo a mi esposo; hermano mío, que bueno que veniste a mi casa; papito…

-NO, ¿NO QUIERO MORIR, QUIERO VIVIR! Envejecer junto a mi esposa!, ¡NO QUIERO MORIR TODAVIA…!

-Pero es lo que querías, descansar, ahora ya tienes tu descanso eterno, duerme para SIEMPRE.

-NO, NO QUIERO, ¡NO QUIERO, POR FAVOR, POR FAVOR, DIOS…!

-¿Qué te pasa, amor?, ¿Tienes una pesadilla? –dijo mi esposa despertándome.

-No, no fue una pesadilla, fue otra oportunidad para disfrutar de ti, de mi bebé, de mi familia, de todo lo que Dios creó.

-¿Sabes?, estando muerto ya nada puedes y estando vivo puedes disfrutarlo todo. Una vez cerrando tus ojos, nadie te garantiza volver a abrirlos.

Recuerden que despertar a cada día es maravilloso.

¡QUE BELLO ES VIVIR! HOY LO LOGRÉ, MAÑANA, MAÑANA DIOS DIRÁ!. Aunque las cosas no vayan nada bien, Dios nos da la oportunidad de despertar y disfrutar la vida…mientras estés vivo.”No pongas un punto, donde Dios puso una coma”.

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