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Malo si sí, malo si no

No la renuncia de Gómez Mont al PAN, sino lo que significa, me parece preocupante para el país. Para empezar destapó una cloaca que muestra que los partidos políticos están descompuestos, podridos, apestan, fueron capaces de pactar un aumento a los impuestos al terminar el año pasado, perjudicando así a todos los mexicanos, a cambio de no aliarse los espurios con los legítimos en las elecciones de este año. Y al final como quiera se están dando dichas alianzas, o lo que es lo mismo, le tomaron el pelo al PRI.

En segundo lugar, según el Secretario de Gobernación no se le informó de dicho pacto al Presidente Felipe Calderón, sino hasta enero, cuando vio que el dirigente del PAN César Nava amenazaba con rajarse del trato que habían pactado y que buscaría las alianzas que habían prometido evitar.

No es creíble que el secretario Gómez Mont no le informara al Presidente de dicho pacto desde un principio, aunque explica que fue César Nava, quien traía la cola entre las patas porque no podría su partido sacar adelante el paquete económico (porque cometió la estupidez de echarle la culpa al PRI del aumento en los impuestos) el que le pidió que hiciera algo, lo que fuera, que pactara lo que tuviera que pactar para conseguir el apoyo del PRI; y que le pidió además, dice, que no le informara a Felipe Calderón.

No es creíble, repito, pero como dicen los abogados, aceptando sin conceder que así haya sido, ello significaría que en el gabinete cada quién hace lo que se le pega la gana sin enterar siquiera al Jefe del Ejecutivo, mucho menos pedirle permiso u opinión, ¿entonces quién manda?

Lo preocupante, por lo tanto, es que si el presidente Felipe Calderón sabía de ese pacto, si fue Él quien lo autorizó, malo; y si no lo sabía, malo; si no es que peor. Si lo sabía, si lo autorizó, el Presidente pactó con el PRI el apoyo de éste para aumentar los impuestos, ofreciendo a cambio que su partido no se aliaría con el PRD en las elecciones de este 2010; y luego, ya que obtuvo tal apoyo y sacó adelante su paquete económico, se rajó y autorizó a César Nava a negociar las coaliciones contra el PRI. Tendríamos, por lo tanto, un presidente rajón.

Y en la segunda de las hipótesis, si Gómez Mont actuó por su cuenta para sacar a César Nava del atolladero, sin informarle siquiera al presidente Calderón, malo, peor, ¿quién gobierna entonces? Esto de los impuestos y las alianzas entre el PAN y el PRD no eran cualquier cosa sino todo lo contrario, eran asuntos de mucha importancia que requerían de la atención del Presidente de la República, ¿qué hacía éste mientras su secretario de Gobernación y el presidente de su partido hacían cosas, de la mayor importancia repito, por su cuenta?

Y la consecuencia inmediata de este afaire es que la Presidencia de la República, el gobierno panista pues, perdió toda posibilidad de sacar adelante las reformas que tanta falta le hacen al país, porque necesita el apoyo del PRI para hacerlo y éste no está dispuesto a confiar más en quien lo traicionó y aún más, están que trinan contra las alianzas del PAN y el PRD, especialmente en Oaxaca y en Puebla (y falta el Estado de México), lo que le complicará al tricolor retener esos estados y si los pierde se le complicará también su regreso a Los Pinos en el 2012, porque son esas las entidades que más votos aportan en una elección, después del Distrito Federal.

Visto así parecería un triunfo político doble del presidente Felipe Calderón y de su partido, se salió con la suya aumentando los impuestos y va en alianza con el PRD para sacar al PRI de varios palacios de gobierno en los estados; pero no deja de ser preocupante que nuestro presidente se haya aliado primero con el PRI, para jodernos a todos, y ahora con el PRD para joder al PRI, sin importar que ese partido del Sol Azteca no lo reconozca como presidente legítimo y que le llame espurio.

Alguien que es capaz de aliarse hasta con el diablo y luego de rajarse, no es confiable para mí. Y menos alguien que debería de gobernar y no lo hace, por eso, creo, está todo de cabeza.

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1 Comentarios

  1. En esta esquina, los ganadores: PRI, PAN, PRD y demás partidos; en esta otra, los perdedores: los ciudadanos. Si al PAN no le importó aliarse con el PRI para aumentar los impuestos, al partido tricolor le importó menos, puesto que ninguna reforma se hubiera logrado si no era con el voto priísta, pero no cabe duda, hay partidos que aparentan no aparentar y son cuchillitos de palo: no matan pero como...friegan.

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