Sumario



¡Autoridad moral!


Le platico de dos panistas: de Miguel Angel Yunes Linares y de Felipe Calderón Hinojosa. El sitio veracruzenred.com publicó el 20 de febrero lo siguiente: “Saca la espada Yunes Linares. El virtual candidato del PAN a la gubernatura (de Veracruz), Miguel Angel Yunes Linares anunció que vigilará las acciones de la actual administración; advirtió que si el gobernador mete las manos en el proceso electoral “se le quemarán”... Dijo que en el PAN hay hombres respetuosos de la ley y que en este proceso electoral "vamos a ir mucho más allá de la simple denuncia periodística y la simple protesta, vamos a pedir que se aplique la ley a quien la viole e iremos a todas las instancias, esa comisión que hemos integrado estará checando cada paso que den, cada peso que gasten y cada servidor público que indebidamente participe en alguna actividad en horario de trabajo, utilizando un vehículo o recursos".

Dos días después, el Diario Reforma publicó el 22 de febrero en su página 6 de la primera sección lo siguiente: “Arranca Yunes la marea azul. Boca del Río.- Personal y vehículos oficiales del ayuntamiento de Boca del Río, Veracruz, encabezado por el panista Miguel Angel Yunes Márquez, trabajaron desde el sábado pasado para montar el escenario donde ayer Miguel Angel Yunes Linares, padre del Alcalde y candidato del PAN a la gubernatura, se reunió con miles de priístas”.

Pregunté yo en el periódico de Xalapa donde escribo: ¿Va a denunciar Miguel Angel Yunes Linares a su hijo Miguel Angel Yunes Márquez?, o lo tendrá que denunciar el PRI, o el PRD o cualquier otro partido… Bueno -dije-, por lo pronto lo denuncio yo, aunque no faltará alguien que, como Él (como Miguel papá) vaya mucho más allá de la simple denuncia periodística y acuda a todas las instancias a pedir que se aplique la ley a quien la viole.

Eso para hablar de la calidad moral de un destacado panista que estamos padeciendo en donde vivo, de su autoridad moral para decir lo que dijo. Y tres días después alguien me recordó la calidad moral de otro panista más importante aún, del que se supone que gobierna este país, y me recordó también que Dios los hace y el viento los amontona. Para que tenga usted una idea de la calidad moral de Felipe Calderón, le transcribo a continuación una carta abierta que publicó este jueves en el periódico Notiver el ex dirigente nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, para decir lo que no lo dejaron decir (porque no lo dejaron hablar) el pasado 18 de febrero en la reunión del CEN del PAN, cuando designaron a Yunes candidato único a gobernador de Veracruz. Ahí narra Espino que Calderón no quería ni ver a este personaje en el 2006, que le pidió que evitara a toda costa que fuera candidato a senador, y que si no lo podía evitar, no lo quería cerca de Él durante la campaña presidencial en Veracruz. Pero de un día para otro cambió de opinión, ¿por qué? A continuación el texto de la carta:

"Estimados ciudadanos y amigos panistas de Veracruz: Es convicción panista que por encima de los intereses particulares deben estar los de nuestro partido, y que sobre estos debe estar el bien superior de nuestra nación. Honrar este precepto es dar dimensión ética a nuestra militancia. Por ello al habérseme negado expresar lo que considero de interés para los panistas de Veracruz y que el CEN debía conocer antes de designar precandidato único para el gobierno del estado el pasado 18 de febrero, decidí compartirlo con ustedes:

Al CEN y a la comisión que por igual calificó como excelentes a los aspirantes a la candidatura a gobernador -integrada por María Elena Alvarez, Jordy Herrera y Marco Adame- les quise preguntar si sabían, y qué opinión les merecía, que en 2006 Miguel Angel Yunes no fue candidato al Senado de la República por Acción Nacional, porque antes de la elección interna fue vetado por el entonces candidato presidencial Felipe Calderón Hinojosa, bajo el argumento de que cuando Yunes fue secretario de Gobierno con Patricio Chirinos se distinguió por su desempeño corrupto, así como por golpear, perseguir y difamar a los panistas.

Siendo yo presidente nacional del PAN, Felipe Calderón me advirtió que si Miguel Angel Yunes llegaba a ser candidato, lo rechazaría públicamente y no aceptaría su compañía en actos de campaña en Veracruz. Me exigió evitar que el ex priista fuera candidato por Acción Nacional. Consciente de no poder "bajar" a un precandidato porque sería un atropello violatorio de los derechos ciudadanos, opté por intentar que Yunes permaneciera en el gobierno, como en efecto ocurrió.

Cuando Felipe Calderón integró su equipo de gobierno e incorporó a Miguel Angel Yunes me causó enorme sorpresa, pues quien meses atrás había vetado a Yunes con severas acusaciones, ahora lo hacía titular de una importante dependencia del gobierno: el ISSSTE.

Al paso del tiempo se especuló que dicho nombramiento -como otros- era el pago de algún favor político a la profesora Elba Esther Gordillo, versión que me confirmó el propio Yunes cuando, antes de ser candidato único por el CEN, me dijo que en 2006 él había apoyado a Felipe Calderón desde la contienda interna del PAN porque así se había negociado con "la maestra".

Me quedó claro que el entonces candidato presidencial sólo había recurrido a mí para para que yo pagara el costo de no hacer candidato a senador a Miguel Angel Yunes, como así lo hizo saber a "la maestra", quien en algún momento de aquella campaña me reclamó que no estaba yo concediéndoles las candidaturas acordadas con "el candidato", refiriéndose a Felipe Calderón.

En efecto, pese a la negociación de Calderón, que yo desconocía, me negué a darle al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) las quince candidaturas plurinominales que encabezan las circunscripciones y cuya designación recae en el CEN, así como algunas candidaturas al Senado de la República.

Me pareció innecesario y de alto riesgo político conceder esas posiciones a alguien que no nos garantizaba un respaldo seguro para ganar la Presidencia de la República. Era como traicionar al PAN. Además no estuve de acuerdo en la insistencia de Felipe Calderón de que yo formulara la propuesta, como iniciativa propia, a los miembros del Comité Nacional.

En la última sesión del CEN quise recordar este episodio y proponer que se acordara, antes de designar precandidato único, preguntar al presidente Calderón las razones por las que cambió su posición frente a Yunes al grado de hacerlo un destacado funcionario de su gobierno, que se le preguntara si la "línea" y presión ejercida a algunos miembros del CEN para que se votara a favor de Yunes, obedecía a otro compromiso con "la maestra" hecho a espaldas de los veracruzanos y de los militantes del PAN.

Cuando solicité el uso de la palabra y expresé mi preocupación porque fuera designado Yunes sin antes hacer algunas aclaraciones, en forma inusual y "por mayoría de votos" me fue negado el derecho a hablar ante el pleno del Comité Nacional. Asumí, como pude corroborar con algunos miembros del CEN, que la línea era designar a Miguel Angel Yunes.

No acepto que el gobierno siga tomando las decisiones que corresponden al partido. Tampoco que nuestra dirigencia sustituya a los militantes para elegir candidatos y dirigentes. Ambas actitudes atentan contra nuestra trayectoria democrática y contra nuestras convicciones. Por lo antes dicho me deslindo de la decisión tomada por el Comité Ejecutivo Nacional de mi partido.

Invito a los panistas de Veracruz a retomar el sendero de nuestra mística de servicio honesto y a represtigiar al PAN con acciones congruentes con lo que somos y pensamos. Estamos a tiempo de volver a empezar, pues no se trata de ganar el gobierno y perder los principios.

25 de febrero de 2010. Respetuosamente Manuel Espino Barrientos."

Hasta ahí la carta. ¿Por qué cambió de opinión Felipe Calderón de un día para otro?, vaya usted a saber... Pero así como está traicionando a los panistas veracruzanos, lo está haciendo con los de Aguascalientes, los de Oaaxaca, de Puebla y de todo el país. No ha ganado el gobierno, pero ya casi perdió a su partido. La que gobierna, dicen, es su esposa Margarita Zavala. Por si extrañaba usted a la tal (por cual) Marthita Sahagún.

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