Sumario


Las comadres

Se pelean las comadres y salen las verdades. Se enojaron tanto los priístas porque el rajón y poco hombre (literalmente) César Nava no cumplió con el pacto -que ahora se sabe era incluso por escrito y lo había firmado junto con el secretario de Gobernación, éste como testigo- de no aliarse con la izquierda en las elecciones de este año por lo menos en Oaxaca y el próximo en el Estado de México, que se dijeron en la Cámara de Diputados cosas terribles, hasta de lo que (políticamente) se van a morir.

Lo de menos fue recordar el PRI que Felipe Calderón no ganó la elección del 2006, que se robó la presidencia y gritarle: ¡Espurio, espurio, espurio!, ellos, que reconocieron que fue gracias a un pacto que hicieron con el PAN que el actual presidente de la República pudo tomar posesión del cargo; ellos, que fueron los únicos que lo legitimaron, como en 1988 el PAN legitimó a Carlos Salinas de Gortari que también perdió la elección, éste ante Cuauhtémoc Cárdenas, como ahora Calderón ante López Obrador. Amor con amor se paga y el PRI simplemente pagó el favor.

Pero le digo, eso fue lo menos. Entre el ir y venir de insultos entre panistas y priístas, atizado el fuego por los perredistas, se dijeron cosas tan graves como insinuar que el presidente de la República es un borracho, que tiene que tomar decisiones, si es que las toma, por la mañana, porque ya por la tarde toma otra cosa para olvidar y todo se le olvida. Y que Enrique Peña Nieto, dijo la diputada panista María Elena Pérez de Tejada, está acusado de haber matado a su esposa.

Confieso que de lo primero ya tenía yo noticias, se ocupó del asunto la revista Proceso al publicar una carta que le envió Carlos Castillo Peraza a Calderón en la que le reclamaba que se la pasara chupando… y hace unos días, al comentar en Veracruz la imposición de Miguel Angel Yunes Linares como candidato a gobernador por parte de la señora Margarita Zavala, la persona con quien platicaba yo me dijo “pues no ves que ella lo acompaña a todas partes que va, porque al mediodía empieza a beber y ya se chingó la cosa, es ella la que tiene que tomar la batuta y las decisiones…”

“Ahora sí borracho Huerta…” dice un corrido de la Revolución. A propósito de estas versiones, rumores o insinuaciones respecto a la posibilidad de que el Presidente de la República sea un alcohólico, que ciertas o no le causan mucho daño a la imagen presidencial.

De lo otro, de la barbaridad que dijo la diputada panista -para no quedarse atrás si de decir barbaridades se trataba- confieso que ningún antecedente tenía yo de tal acusación tan fuerte, aunque por lo mucho que se ha ventilado la relación de Peña Nieto con una actriz de Televisa -de la que no recuerdo su nombre-, confieso también que personalmente me había preguntado ya cómo había muerto su esposa. Incluso se lo pregunté a alguien pero me dijeron que de una enfermedad…

Tan grave y tan destructivo un señalamiento como el otro. Tanto daño le causó al presidente Calderón la insinuación de que es un borrachales; como al gobernador priísta que quiere ser presidente el que se dijera que asesinó a su esposa. El dicho causó una irritación tal que se paralizó por momentos el debate y hubo amenazas de provocar ingobernabilidad, todavía más…

Esta es parte de la crónica legislativa de este miércoles:

“María Elena Pérez de Tejada dijo que su entidad no necesita un gobernador light, y se siguió de largo cuando buscaba responder al señalamiento de que el ex alcalde panista de Atizapán golpeó a su esposa:
-Yo no estaba enterada, pero si así fuese, cualquier mexiquense exigiría se investigue el dicho de que Enrique Peña Nieto mató a su esposa.

La denuncia en tribuna generó un gran movimiento entre los 40 diputados de la bancada del Estado de México.

El hecho motivó que el vicecoordinador Jorge Carlos Ramírez Marín se acercara a ellos, mientras el resto de los legisladores priistas se incomodaba y comentaban lo sucedido.

Tocó al diputado del PRI, también por el Estado de México, Rodrigo Reina Liceaga, hacer la defensa del mandatario mexiquense:

-Quiero pedirle que, con base en el artículo 107, retire lo que ha dicho porque no tiene prueba alguna -se dirigió a la panista María Elena Pérez. Del argumento que yo le di hay pruebas (de que el exalcalde panista golpeó a su esposa) y hay una denuncia. Que lo retire la diputada y ofrezca una disculpa pública por una acción que no tiene por qué llevar a cabo.

El presidente de la Mesa Directiva, el panista Francisco Ramírez Acuña, exhortó a la legisladora:

-Está solicitando el diputado Reina que retire usted el término que utilizó hace unos momentos. Le pregunto: ¿lo retira para que no quede en el acta correspondiente?

-Voy a contestar presidente -respondió María Elena Pérez-. Bien dije yo que no lo digo sólo yo, sino que lo dicen los medios. Les voy a seguir contestando, permítanme… Conocí a la señora y fue una dama, y por ella lo retiro, no por el gobernador.

-¿Acepta usted que se retiren esos términos? -insistió Ramírez Acuña.

-Por ella, por Mónica Pretellini sí. Por el gobernador (Peña Nieto) no.

-Acepta la diputada que se retire. Le pido a la secretaria, en los términos del artículo 107, no aparezcan en el acta correspondiente.

-Sin embargo, el hecho no satisfizo a los priistas, por lo que el vicecoordinador Ramírez Marín pidió la palabra:

-Presidente, además de que se retire, que quede constancia que el tema no era materia de debate en este momento. Es una expresión estrictamente personal de la diputada.

Entonces reviró Ramírez Acuña:

-Es una intervención de la diputada y hay un reclamo correspondiente. Ese reclamo ha aceptado la diputada que no aparezca en el acta. Lo que usted nos solicita no es procedente, diputado.

La panista María Elena Pérez continuó entonces haciendo uso de la palabra, para sostener que Peña Nieto tiene que dar cuentas claras a las víctimas de la delincuencia… y siguió.

No satisfechos con esa salida, los priistas insistieron, pero ahora tocó el turno al legislador mexiquense José Adán Rubí Salazar:

-Que retire las palabras que acaba de pronunciar en contra del señor gobernador del Estado de México, licenciado Enrique Peña Nieto, a efecto de que podamos tener, y escuche lo que le voy a decir, condiciones en este Poder Legislativo de gobernabilidad, de viabilidad en los acuerdos que se están requiriendo. Si no es así, reitero subrayadamente, las condiciones de ingobernabilidad van a seguir creciendo el mismo día de hoy en adelante. Le pido a la diputada que retire esas palabras, son calumnias, es una difamación que no puede permitirse en el seno del Poder Legislativo.

La panista María Elena Pérez de Tejada respondió: Sí lo hice y lo puedo volver a decir, presidente, si usted así lo quiere.

Y le volvió a preguntar Ramírez Acuña si retiraba la acusación en contra de Peña Nieto.

-Sí estoy de acuerdo, ya lo había mencionado -atajó Pérez de Tejeda.

El capítulo sobre la acusación en contra de Peña Nieto, de haber matado a su esposa, no prosiguió en la tribuna, pero al término de la sesión los panistas Javier Corral y Carlos Pérez Cuevas se acercaron a la curul del coordinador de la bancada priista mexiquense, Emilio Chuayffet, a quien le dijeron que los priistas también habían echado mano de los insultos.

-Pero nada que ver con la acusación de asesinato -les respondió Chuayffet.”

Así las cosas. Este asunto no va a terminar aquí por tratarse de lo que se trata y de quien se trata, por tratarse de una acusación de asesinato y por tratarse de Enrique Peña Nieto, hasta ahora el más enfilado a la candidatura priísta por la presidencia de la República. Claro que no se va a quedar esto así, se va a hinchar… Cierto o no, ¿recuerda usted la versión de que Carlos Salinas de Gortari mató a una sirvienta de su casa antes de llegar a la Presidencia de la República?

¡Ah la política mexicana! y los políticos… Esto es una mierda.

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