Por el padre Miguel Ángel
padre.miguel.angel@hotmail.com
Un anciano caminaba por las playas del inmenso Atlántico brasileño, cuando observó a un joven que continuamente se agachaba, algo tomaba de la arena y lo tiraba al mar.
-¿Qué haces, hijo? Preguntó el anciano.
-Salvar estrellas de mar, que se han quedado varadas en la arena durante la noche.
-Pero, hijo, el litoral se extiende más de 10,000 kilómetros, nunca vas a terminar. No vale la pena.
El joven miró la estrella de mar que tenía en sus manos y contemplando la inmensa costa, movió afirmativamente su cabeza, dando la razón al anciano.
-No vas a cambiar nada, hijo, hay millones de estrellas en estas interminables playas, repitió el anciano convencido.
El joven miró otra vez la estrella que tenía en su mano, la lanzó al mar y respondió:
-Pero para ésta, ya todo va a ser diferente…
Si no te es posible cambiar el mundo entero, sí te es factible cambiar el mundo de una persona. Una palabra, una sonrisa, tu presencia, una palmada en la espalda, consigue transformar la historia de una estrella de mar.
Como consecuencia, no deberíamos despreciar las cosas pequeñas, porque éstas tienen la posibilidad de crecer y dar fruto maravilloso, sin que sepamos cómo. Muchas veces no percibimos cómo está creciendo el bien, pero sabemos que está madurando.
Nuestra confianza nos motiva a seguir propagando la semilla de la vida, la justicia y la paz a nuestro alrededor, sabiendo que nuestro trabajo en el Señor no es vano.
Por eso, el mismo Jesús nos habla a cada uno de nosotros.
Amigo y amiga
Tienes en tus manos una estrella de mar que puedes tirar al mar, para que tenga la oportunidad de vivir, destruirla en tus manos o ignorarla en la inmensidad de las playas. Tú y sólo tú decides lo que quieres hacer con ella.
No puedes cambiar todo el mundo, pero ciertamente sí puedes cambiar, para bien o para mal, el mundo de tu esposa, tus hijos, un amigo y hasta un enemigo.
Mujer embarazada: Eres capaz de ser promotora de la vida que está en tu vientre o cancelar una vida inocente e indefensa.
Empresario: De ti depende instaurar el orden y el progreso de tus empleados o simplemente buscar tus ganancias personales.
Joven: Tienes en la manos la estrella de mar de tu vida. ¿Qué vas a hacer con ella?
Yo, Jesús, también tengo una estrella en mi mano. Tú eres mi estrella de mar y sabes bien lo que hice contigo.
Tú no puedes cambiar todo el mundo, pero puedes cambiar el mundo de una persona.
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