Siete Días: Llegaron los matones



Llegaron los matones

Nos sentíamos a gusto en Jalisco por no tener en nuestra tierra hechos protagonizados por los principales y más poderosos grupos delictivos del país. De vez en cuando aparecía por ahí alguna narcomanta, algún ejecutado, algún funcionario amenazado y hasta pequeños enfrentamientos, pero aún así nos sentíamos relativamente a salvo en nuestro terruño.

Pero de unos días para acá la cosa ha cambiado, los hechos anteriormente mencionados se han intensificado y para colmo, el Secretario de Seguridad Pública del Estado ya dijo que ellos no son capaces de enfrentar a los sicarios y poco faltó para que dijera que de plano mejor se abrían como las granadas.

Nos queda la Procuraduría de Justicia, aunque la labor de sus elementos es más bien investigar los crímenes, aunque no por eso le sacan al parche y hasta ahora el procurador no ha salido con que ellos también se abren.

Las policías municipales difícilmente le atorarán al asunto, como ya se vio el jueves pasado en Yahualica. Y es que la mayoría de las corporaciones municipales de Seguridad Pública, sobre todo en el interior del Estado, trabajan con muchas carencias, con armamento inservible y obsoleto, patrullas escasas y más correteadas y deterioradas que nada, a diferencia de los narcos que andan en vehículos último modelo y de grandes prestaciones, así como armas de alto poder y un gran número de parque para abastecerse.

Si en verdad los grupos delictivos ya extendieron sus enfrentamientos a Jalisco, el panorama es difícil para los cuerpos de seguridad estatales y municipales, por lo que irremediablemente se tendría que recurrir a fuerzas superiores como las federales o incluso el ejército, quienes sí tienen los recursos para hacerles frente a los grandes mafiosos.

Aún así a nadie se le antojaría ver estos enfrentamientos por mucho que diga el Gobierno Federal que el crimen organizado se las está pelando.

Es indudable que la guerra es entre los mismos sicarios de diferentes organizaciones y contra el gobierno, no contra el pueblo, pero cómo estar tranquilos si los madrazos se dan en plena vía pública, en centros de reunión, etcétera, a cualquier hora del día.

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