Pórtico: Apartidista

Apartidista

El pollo no renuncia al cascarón antes de que le salga el pico 


Lo que esta semana planteó a los medios en Guadalajara el diputado panista Ricardo García Lozano suena agraciado y congruente con lo que muchos mexicanos pensamos: “que haya candidatos ciudadanos a puestos de elección popular”.

Deberíamos aplaudirle a Ricardo García que ponga sobre la mesa el tema, pues políticamente es correcto.
Sin embargo (esos periodistas que sólo ponen “peros), la idea, en principio no es auténtica. El diputado del PAN salido de este distrito plantea, como vocero de sus compañeros de partido en el Congreso local que su propuesta es similar a lo que Felipe Calderón ya planteó en diciembre pasado a los diputados federales. Aquí es donde comienzan los peros para tan encomiable propuesta.

¿Para que un diputado local presenta una propuesta en Jalisco que ya planteó a nivel federal el macizo Calderón?

¿Por qué un político, que surge de un partido político, que pertenece a un grupo partidista (muy sólido por cierto, pastoreado con pulcritud por Toño Muñoz) plantea que a los ciudadanos se les dé oportunidad de competir?

Imaginemos el escenario político para el 2012: Ricardo García es candidato del PAN a diputado federal por el tercer distrito. Es ahora diputado local y tiene un sueldo de 80 mil pesos (no tengo certeza de ello). Tiene viáticos y es apoyado por el gobernador Emilio González en su carrera política. En el otro lado, está Omar Hernández Hernández, líder del PRI en Arandas, con las simpatías del líder estatal de su partido, diputado local con las mismas carácterísticas presupuestarias que Ricardo García; ambos con aspiraciones, con ganas de seguir en San Lázaro en dos años. Ambos serán candidatos de sus respectivos partidos. En un tercer espacio, Juan Pueblo, (comerciante, profesor, obrero, albañil, un “simple mortal”), con sueldo de 6 mil pesos mensuales, con familia de 5 integrantes, interesado en participar con propuestas y con el mismo prestigio que los dos actuales diputados, sin padrinos partidistas ni del gobierno. Sin permisos para faltar a su chamba, so pena de que le reduzcan su dieta o lo corran por ausentismo.

En este escenario imaginario, tendríamos a tres aspirantes a diputado federal.

¿Quién ganaría?, ¿Quién aparecería más en medios de comunicación?, ¿Cuánto dinero tendría cada aspirante para gastar en campañas?, ¿Podrían recibir financiamiento de empresas?, ¿Cuánto dinero, a cambio de qué?, ¿Nomás iría comprometido el candidato ciudadano o también los diputados locales aspirantes a diputados federales?

Estos escenarios nos obligan a pensar en que la propuesta de Ricardo García Lozano (o cualquiera que la presente al pleno del Congreso) no tiene futuro.

Los políticos no cederán sus espacios, sus prerrogativas a los ciudadanos, son su competencia electoral. ¿Ricardo le cedería su lugar como candidato a un ciudadano sin partido para candidato a diputado federal en el PAN?, la estadística nos dicta que no.

Quiero aclarar que lo planteado en este espacio no significa (no debe tomarse como) una ofensa u oposición a la propuesta, mucho menos a la persona del diputado que plantea el tema. Estamos compartiendo con el lector nuestra idea sobre el tema, tras leer la declaración en la prensa “estatal”.

Ricardo como legislador tiene un gran compromiso con sus electores, con Arandas que le dio mayoría, con su distrito. Tiene derecho y obligación de presentar iniciativas de reforma (para eso es diputado, válgame), lo que nos parece fuera de lugar y de tiempo es el tema, no la persona.
Aclaración anticipada, para evitar reacciones alérgicas.