Siete Días



Esperanza tricolor

Poco movimiento en la calle a la hora que ha jugado México. Nerviosismo, decepción, frustración y demás sentimientos negativos en el juego contra Sudáfrica; alegría, optimismo, esperanza y en general buen humor luego del juego contra Francia.

El futbol, sobre todo cuando se trata de una copa del mundo, enloquece y pone de cabeza a gran cantidad de mexicanos, de manera ilógica, pero para nuestro consuelo, pasa casi lo mismo en gran cantidad de países, desde los más jodidos hasta los más poderosos.

Viene el partido contra Uruguay, que quién sabe cómo le va a ir a México en ese encuentro. Muchos ya dan por calificados a los mexicanos y uruguayos y muertos a los franchutes y a los locales sudafricanos, cuando en realidad los cuatro todavía tienen posibilidades de avanzar, aunque claro que los dos primeros, como dicen por ahí, ya tienen un pie en octavos de final.

Lo ideal sería que México calificara en primer lugar, cosa que nunca ha hecho a excepción del mundial del 86, pero para quedar en primer lugar hay que vencer a Uruguay, cosa no sencilla.

De lo contrario nos volveríamos a enfrentar contra Argentina, que no creo que se desee, a pesar de que varios digan que llegaría la revancha por lo de Alemania 2006.

En fin, el mundial trae loco a medio mundo, cuando no se pierde ni gana nada. El país -y ningún otro- se hará más rico si su selección gana la copa y tampoco quedará más pobre si no consigue nada.

Nadie tendrá mejor salud, mayor bienestar ni ningún beneficio, salvo el de un rato de alegría y pretexto para ir a festejar a la calle, a algún lugar con los amigos y faltar al trabajo o a la escuela.

Pero bueno, difícilmente México ganará el mundial y si le toca jugar contra Argentina probablemente obtenga el pase al famoso quinto partido.

Pero si sucediera sería muy chingón y un rato de alegría y gusto a nadie le hace daño.

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