Importancia del silencio

Por el padre Miguel Ángel
padre.miguel.angel@hotmail.com


Había una vez una joven pianista que daba su primer concierto. El público en silencio y con fervor escuchaba la música que brotaba de sus dedos disciplinados. Todos tenían los ojos clavados en la joven pianista. Al final del concierto todos los asistentes puestos de pie aplaudieron por mucho tiempo y con muchas ganas. El manager se acercó a la pianista y se deshizo en alabanzas. Y le dijo: Mira, todos están de pie aplaudiéndote, menos ese viejito de la primera fila. La pianista entristecida le contestó: “Sí, pero ese viejito es mi maestro”. Sólo el maestro podía juzgar la actuación de su discípulo con autoridad.

Hoy seguimos a muchos modelos de nuestra sociedad de la música, de las modas, del cine, gente que consideramos famosa por lo que hace y tiene, sea con dinero o con poder. Pero sólo el Maestro con mayúscula Jesús, puede juzgar a nosotros y no lo hace, nos ofrece bondad, perdón, vida. Sólo El es, como cristianos, nuestro modelo de vida y nuestra felicidad. La fe es una persona, Jesús.
Para saber lo que pasa en el mundo tengo la televisión y el periódico. Para saber de Dios tengo que acudir al Maestro. Sólo El me lo puede dar a conocer. Cuando nos reunimos lo hacemos para escuchar a Jesús. Siempre seremos discípulos que quieren estar con El.
¿Es Jesús el mejor maestro de nuestra vida? ¿Ha dejado huellas profundas en tu vida? El señor nos invita a cambiar el corazón ya que nunca terminamos de convertirnos y a cambiar el corazón de los demás.
La conversión siempre tiene que empezar por uno mismo. “El árbol bueno, se le conoce por sus frutos buenos”. El discípulo de Jesús se reconoce por sus obras, no por sus palabras que dicen si uno cree o no, si uno ama o no, si uno espera o no. La boca habla de la abundancia del corazón.

Es muy importante estar atentos apara escuchar a Jesús, porque no es lo mismo oír, que escuchar.

Cuando oímos algo, puede pasar desapercibido, pero cuando nos detenemos a escuchar, entonces podremos darnos cuenta de muchas cosas buenas que nuestro señor quiere decirnos, por eso es muy importante saber buscar tanto el silencio exterior como el silencio de la mente y del corazón.

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