¡Que astuto es Satanás!

Por el padre Miguel Ángel
padre.miguel.angel@hotmail.com

En las heladas regiones de la América del Norte un indio hacía un caminito por entre la nieve. ¿Qué estas haciendo? – le preguntó un amigo que acertó a pasar por ese lugar.

Una trampa para conejos respondió el indio. Pero, ¿dónde está la trampa? ¡Ah! Respondió el indio sonriente. La trampa no la pondré sino hasta dentro de dos semanas.

Primero arreglo el caminito de modo que los conejos se acostumbren a él. Por ejemplo, hoy por la noche vendrán y tendrán temor de pasar por el caminito; pero mañana se acercarán más, y poco tiempo después uno de ellos lo cruzará, después caminará por él. Pocas noches después se familiarizarán con el camino y lo usarán frecuentemente sin ningún temor.

Entonces pondré la trampa en medio, entre las ramas… después comeré conejo todos los días. Ya veo, contestó el amigo pasajero, estas usando la misma táctica que Satanás usa con los cristianos: Primero los atrae a algo que da la impresión de que “no es malo ni bueno”, y cuando adquieren confianza él los atrapa y destruye.

Dios te ha dado la capacidad para decir no y no permitir que seas arrastrado sutilmente y caigas en la trampa.

En una lectura del primer domingo de la cuaresma escuchábamos que el demonio se presentó en el paraíso terrenal en forma de serpiente y logró convencer a nuestros primeros padres para que desobedecieran a Dios, en cambio en el Santo Evangelio de ese mismo domingo escuchamos que también a Jesucristo se le presentó la tentación, pero no logró su objetivo, pues Nuestro Señor dijo terminantemente: “Retírate Satanás”.

Es lo que nos hace falta a nosotros, tener el empeño de rechazar las tentaciones, pero necesitamos estar fuertes espiritualmente por medio de la frecuente oración bien hecha y además por medio de la penitencia mortificando nuestro cuerpo y no dar todo lo que nos pide.

Como conclusión, lo que nos gastamos en nuestros gustos, hay que utilizarlo en obras de caridad.

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