No, no existe la palabra de nuestro encabezado.
Pero tampoco existe la transparencia.
Pero sí existe el entrampamiento.
Con el asunto de que los Ciudadanos por Municipios Transparentes (CIMTRA) evaluaron a varios municipios jaliscienses y Tepa, junto a otros alteños, salen más que reprobados en sus indicadores. A alguien en el gobierno de Tepatitlán se le ocurrió hacerle el favor a la alcaldesa de meterle, oficialmente, más ruido a su opacidad y recalcar su fallida estrategia para hacer callar a quienes simplemente piden transparencia y rendición de cuentas.
El martes amanecimos con la noticia, difundida en Guadalajara, sobre la pobre calificación (20 de 100%) que obtuvo Tepa en sus indicadores de transparencia.
No es la primera ocasión que sale el tema a relucir. Tampoco es un tema que vaya contra la integridad o la imagen de la alcaldesa de Tepatitlán. No, es un ejercicio que hacen académicos del ITESO donde establecen con claridad cómo funciona eso de rendirle cuentas a los ciudadanos. Y para no sesgar la opinión, toman parejo a varios municipios de Jalisco. Los evalúan sobre los mismos temas, con la misma vara. Entonces no, no es un asunto para “pegarle” a un político en particular. Es además, un ejercicio que se hace desde, por lo menos, hace cinco años, cuando los hoy gobernantes no estaban ahí o formaban parte de otra nómina.
Como respuesta a las observaciones de ese corporativo ciudadano de Guadalajara (difundido por varios medios en esta región), la autoridad decidió salirse por la puerta más fácil, aclarar lo que no debe, soportando un boletín informativo (muy extraño verlos a menos que no salga la alcaldesa en ellos), con lo que dicen que dice la Ley de Transparencia. Como si el asunto fuera explicar la letra legal.
En el escrito enviado a los medios y publicado en su portal de internet, hace alusión la administración que aquí si funciona la Unidad de Transparencia, y hacen constar nombres y apellidos de quienes integran ese grupo que “cataloga” la información que les solicitan a través de Infomex u otras herramientas que exigen a la autoridad a transparentar sus datos.
En su boletín, la autoridad se entrampa al presumir que sí, que sí entrega información cuando se le solicita, pero no dice nada de lo observado por CIMTRA en cuanto a la opacidad de sus cuentas públicas, de los contratos, de las compras, de las asignaciones, del manejo del dinero. Se van con la finta de intentar engañar al ciudadano sobre terminologías que ya son ley y no sobre lo que debería hacerse para cumplir con esa ley.
La transparencia tiene un elemento sinónimo: el agua.
El tema de la transparencia debe tener las mismas propiedades del agua: incolora, inodora e insípida.
Ya que cada ciudadano le ponga el color, el azúcar o el aroma de su antojo. La autoridad debe entregar cuentas, igual que el agua.
No es necesario explicar cuál es la composición química del agua, si proviene del Oxigeno y del Hidrógeno. Ese es otro tema.
Les cuestionan la opacidad de la administración, no si saben o desconocen la legislación de transparencia.
Estos si que se “entramparentaron”.
Tan bella que es el agua zurramos.
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