Hay que saber dar


Por el padre Miguel Ángel
padre.miguel.angel@hotmail.com

El Mar muerto, localizado entre Israel y Jordania es famoso por ser el punto más bajo de la superficie terrestre.

¿Te has preguntado alguna vez por qué le denominan Mar Muerto? Diferente a la mayoría de los grandes lagos, este no tiene salida. El río Jordán fluye hacia el Mar Muerto pero no hay circulación a la inversa. Sin compartir lo que recibe, muere. Lo mismo se aplica a los seres humanos, cuando no ofreces de ti mismo a otros una parte de tu ser, muere. Cuando recibimos algo, podríamos pensar que al compartirlos con otros, quedaría menos para nuestro disfrute personal, pero al contrario se multiplica, pues el Señor no se deja ganar en generosidad.

Hay cosas maravillosas que se hacen por vanidad, por ganar dinero o fama. Hay gente que busca llamar la atención haciendo cosas difíciles, extrañadas o arriesgadas. Jesús, no es el orgullo, la vanidad o por ganar dinero o fama, se nos revela hoy: es la compasión. “Siento lástima”, dice, e impulsado por el amor desea no sólo saciar hambre física sino hambre de Dios, pues al dar pan en el desierto estaba revelando también el poder y la compasión de Dios, que puede vencer todo obstáculo. Es importante notar también que es el amor, ese amor de compasión, el que finalmente ha logrado abrir caminos.

Si Dios no se dejó ganar en generosidad, eso nos anima verdaderamente a no ser tacaños en hacer obras buenas que ayudan a los demás.

Ya muchas veces he comprobado que si doy algo a otras personas que de verdad lo necesita y lo doy con buena voluntad, no pasa mucho tiempo cuando estoy recibiendo la recompensa al doble o triple de parte de alguien y estoy seguro de que Dios se encarga de recompensar abundantemente.

Es muy satisfactorio experimentar que se consigue más alegría en dar que en recibir y ojalá que cada papá y cada mamá inculquen en sus hijos la virtud de la generosidad y así evitemos ser egoístas y cerrados en nuestros propios intereses.

Nuestra tarea de hoy en adelante es parecernos al lago de Galilea y no al Mar Muerto para que nuestra vida siempre sea alegre y llena de bendiciones.

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