Los abusos panistas en la apertura de los Panamericanos


Por Ana Paula de la Torre Díaz

Muchos de los que tenemos allegados o conocidos panistas nos dimos cuenta de que para la apertura de inauguración de los juegos panamericanos se regalaron boletos a militantes de ese partido no de forma austera, sino al por mayor.

Además de que los boletos se terminaron y gente que quería ir no pudo hacerlo, hubo quienes entre nosotros resultamos indignadísimos por tan semejante acto cínico. En primera porque no fue por debajo de la mesa, el regalo de boletos lo hacían público gustosos muchos de los panistas beneficiados (que no dudamos que también haya regalado boletos algún otro político de la zona metropolitana de otro color de partido). Me refiero a hacerlo público al contestar abiertamente de dónde habían sacado los boletos algunos entrevistados panistas de todas partes de la república para diversos medios de comunicación. En segunda porque no pasaba por sus mentes la gravedad del asunto, (claro porque se sienten de una realeza merecedora de ese tipo de regalos), estaban felices, en la foto, sin importarles la carga simbólica que para la mayoría de los ciudadanos tienen este tipo de prácticas.

Los panistas a lo largo de su historia y por su nacimiento ciudadano han criticado el autoritarismo, los simulacros, la impunidad. El regalo de boletos a miembros de este partido para la apertura de la fiesta panamericana, además de representar una ofensa para todos aquellos que terminamos pagándolos (porque hasta donde he investigado no los pagó ningún político de su bolsa, para después regalarlos), representó una prueba contundente de lo que múltiples voces han señalado sobre todo en los últimos tiempos, el PAN es un partido que ha adoptado prácticas que históricamente criticó, una de ellas la simulación, convirtiendo la apertura de los juegos panamericanos en un acto seguro en donde ambos, el presidente de la república y el gobernador del estado, no peligraran recibiendo abucheos por parte de los presentes en el evento en un grado que pudiera proyectarse internacionalmente un repudio generalizado.

Simulación, abuso de autoridad (mediante el privilegio de gozar de boletos gratuitos), son sólo dos de las características priístas que siempre criticaron, además del autoritarismo que representa el asegurarse de que no existiera la pluralidad necesaria en el estadio como para arriesgarse a quedar mal internacionalmente.

Urge que les quiten el poder, pareciera que ellos mismos orillan a los ciudadanos a creer que los autoritarismos que también sigue representando y practicando el PRI ya no son sólo de ellos, sino de todo el aparato panista que poco a poco ha ido perdiendo piso, por lo menos así parece.

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