Una grabación de dudosa procedencia fue
suficiente para que más de alguno pataleara, vociferara y se pusiera verde y
afirme que el narco intervino en las elecciones de Michoacán y que por lo tanto
deberían ser anuladas.
Sin duda el PRI, en especial el candidato
de Tuzantla y el comité en aquel municipio, deberá demostrar con pruebas
fehacientes que no tuvieron que ver con dichas grabaciones, pero el tema en sí
no es lo bastante fuerte para anular unas elecciones de una alcaldía y mucho
menos tumbar las de todo el estado.
Tampoco es como para descalificar al PRI
a nivel nacional. Si se le quiere ganar al tricolor, deberán pensar en otra
cosa los otros partidos, lo cual ya lo captó el Peje, que se renovó a sí mismo
y ya no es el de hace seis años. Este cambio sí va a funcionar y en una de esas
hasta le alcance para ganarle a Peña Nieto.
Pero tratar de matar al PRI con estas
piedritas de mucha risa, así como lo de la falsificación de documentos para
conseguir un multimillonario préstamo para el gobierno de Coahuila.
Volviendo a lo de la grabación, no creo
que llegue tan lejos la cosa, cualquiera puede amenazar a los votantes,
decirles que voten por tal partido o si no se los llevará la chingada, pero si
las autoridades encargadas del perseguir al crimen organizado, muchas veces
fracasan y quedan libres aquellos supuestos mafiosos, al no poder
comprobárseles nada, menos podrán el IFE o el Instituto Electoral de Michoacán.
A lo mejor, para aparentar que sí hay
castigo y que se sienta un precedente, se dictamina que se repitan las
elecciones en Tuzantla, pero, ¿y si la Familia Michoacana vuelve a amenazar a
los votantes?
O los electores, si no estaban
amenazados, quizás piensen que lo mejor será no arriesgarse y votar por el PRI,
aunque en la pasada lo hayan hecho por otro partido.
En este episodio narcoelectoral, a
diferencia de los pendencieros del PRD y sus paleros de algunos medios de
comunicación, María Luisa "Cocoa" Calderón se mostró más cuerda,
posiblemente más serena luego de digerir la amargura de la derrota; la panista
dijo que si el PRI pactó con el narco, como gobierno se deberá someter a lo que
digan los capos. Nada más, una frase elegante y sin rebajarse al nivel de los
comunistas ardidos.
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