Manolo



No hay que llegar primero, hay que saber llegar…
 Este lunes se publicará la convocatoria para que los priístas elijan a su candidato a presidente municipal de Tepa.
 Será la formalización de la dedocracia a la que ese partido está acostumbrado.
Ahí imponen hasta al que le nombran líder, pero que no opera más que como gerente en turno de los deseos tapatíos.
 En el escenario local, fueron “bajados” dos o tres aspirantes legítimos para contender. La mano tersa de la alcaldesa tepatitlense, con ese tacto sutil que le caracteriza en sus decisiones públicas, limitó a uno sus gallos.
 De hecho, esta semana podría ya definirse la candidatura del doctor Manolo Martín del Campo, dejando de lado a la empresaria Nena de Anda y al abogado Oscar Navarro.
 Para nadie es un secreto que el mejor posicionado de los tres ha sido, no de ahora, desde hace 20 años, el médico Manolo. Pero tampoco es un secreto que la alcaldesa lo ha secuestrado como si fuese de su propiedad, como si Manolo no trajera carrera propia.
 El doctor Manolo no requiere de manipuleos internos para alcanzar la candidatura. Muchos años se la ofrecieron y él no la quiso. Ahora que se decidió a participar, deberían dejarlo ir solo, sumando él mismo a su equipo, sin que parezca que le quieren imponer gente o que lo quieren imponer a él mismo.
 En este proceso priísta se han entrampado por haber aprobado hace un mes la forma de elegir a su abanderado. En diciembre dijeron que saldría de una elección entre sus militantes y simpatizantes. Y entonces el dirigente del PRI, Gustavo Gutiérrez, dispuso del aparato oficial para “fotocredencializar” de forma masiva, allanando el camino a la alcaldesa y sus decisiones.
 Luego, al comenzar el año y con la estrategia de la empresaria Nena de Anda, de aparecer y posicionarse entre la población con su Movimiento tecnológico Universitario, les movió el tapete a los oficialistas de Gustavo-Cecilia, metidos en aprietos por los alegatos de Oscar Navarro.
 Debieron ser llamados los tres aspirantes a Guadalajara, donde les pidieron lo que los Timbiriches de los ochentas: “ser uno mismo”. No les convencieron por la percepción de imposición que se tiene en Tepa del doctor Manolo.
 No tuvieron más opción los dirigentes priístas, estatal y local, que dejar que lleguen los tiempos, lanzar convocatoria y esperar a que haya acuerdo, pero ya sólo entre aspirantes y, de hecho, sólo entre Nena y Manolo, pues Oscar Navarro, con todo respeto, no trae pólvora para la contienda interna (menos para la constitucional).
 Esta semana pues, dependerá más del manejo que el médico Manolo tenga, ya como líder de su propio proyecto, para convertirse en el mejor candidato de la contienda del 1 de julio próximo.
 Si los priístas no creen que las imposiciones afectan, que les pregunten a los panistas tepatitlenses, donde vienen padeciendo los resultados del “yo aquí traigo el poder”, a pesar de tener extraordinarios elementos para competir electoralmente.
 No hay dudas que Manolo es un buen candidato. No hay dudas que no necesita de manos que le columpien, pero tendrá él mismo que convencer a Nena de Anda de ello y no dejarle la tarea al cuestionado Comité local, donde se sabe que la alcaldesa decide hasta qué documentos firma y en qué lugar aparecer y con quién platica el líder.
 El reto de Manolo es convertirse en el candidato oficial del PRI y no en el oficialista candidato.

Publicar un comentario

0 Comentarios