Mamás y papás: nuestros héroes

+ Comprender el tiempo,
entender nuestra vida

Por Oscar Maldonado Villalpando

Pasamos buena parte de nuestra existencia cultivando estos paradigmas o modelos. Hasta que un día el padre héroe comienza a musitar cosas para sí, como distraído todo el tiempo… protesta en bajito y habla sin sentido.
La heroína del hogar comienza a tener dificultades en terminar las frases, se le olvidan las cosas, repite y empieza a enojarse con todo el mundo.
¿Qué hicieron papá y mamá para envejecer de un momento a otro?
Envejecieron… es la triste realidad. Nuestros padres envejecieron. Nadie nos había preparado para esto.
Un bello día ellos pierden la compostura… se vuelven más vulnerables y adquieren unas manías raras.
Están cansados de cuidar de los otros y de servir de ejemplo: ahora llegó el momento para ellos… de ser cuidados y amados por nosotros. Tienen muchos kilómetros andados y saben todo tantas cosas…

Han pasado de moda

Ahora se dedican a pequeñas aventuras, ¡como comer a escondidas lo que el médico les prohibió! Y a disfrutar cada momento de su vida.
Tienen manchas en la piel. De repente están tristes, no por eso están caducos: caducos estamos los hijos que rechazamos aceptar el ciclo de la vida. Es complicado aceptar que nuestros héroes y heroínas ya no están en el control de la situación. Son un poco más frágiles y un poco olvidadizos… tienen ese derecho, para no seguir exigiendo de ellos la energía de antes. No admitimos su flaqueza, su tristeza. Hemos de aceptar con serenidad el hecho que, con el paso de los años, adoptan un ritmo más lento; simplemente nos irritamos porque han traicionado nuestra confianza. La confianza de que serían indestructibles como los superhéroes.
Provocamos discusiones y nos enojamos con nuestra insistencia para que todo siga como siempre fue. ¿Miedo de perderlos? Miedo de que también nosotros dejaremos de ser lúcidos y joviales?
Con nuestros enojos solo provocamos más tristeza a aquellos que durante años solo procuraron darnos alegrías. ¿Por qué no buscamos ser un poco de lo que ellos fueron para nosotros?
¿Cuántas veces estos héroes y heroínas estuvieron noches enteras cuidándonos en aquellas enfermedades, calmando fiebres?
Y nos enojamos cuando ellos se olvidan de tomar sus medicinas… o cuando nos dicen una que otra verdad que nos incomoda, o al darnos consejos que creemos que no necesitamos… y al pelear con ellos los dejamos llorando, tal cual criaturas como las que nosotros fuimos un día. No tenemos compasión de su dolor… no consideramos lo hirientes que podemos llegar a ser, quizás sin querer, pero sin pensar en que ellos también sufren por culpa nuestra… porque solo desean nuestro bien. Creemos que por ser superhéroes, no tienen derecho a sufrir y que las únicas víctimas somos nosotros.
El tiempo nos enseña a sacar provecho de cada etapa de la vida… pero es difícil aceptar las etapas de los otros. Mucho más cuando los otros fueron nuestros pilares… aquellos a los cuales siempre podíamos volver y sabíamos que estarían ahí con los brazos abiertos; esos mismos que tarde o temprano estarán dando señales de que un día partirán sin nosotros.
Hagamos por ellos hoy lo mejor… lo máximo que podamos. Para que mañana cuando ellos ya no estén más… puedan irse tranquilos, felices de haber compartido su vida a nuestro lado… para que nosotros podamos recordarlos con cariño, podamos acordarnos más de sus sonrisas de alegría y no de las lágrimas de tristeza que ellos hayan derramado por causa nuestra.
Al final, nuestros héroes de ayer… ¡serán nuestros héroes eternamente!

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