Adiós




Cómo nos hará falta

 Es la última semana.
Para algunos es una bendición. Para otros es una maldición.
Si fueron de los beneficiarios con un empleo, sentirán nostalgia o hasta rencor.
Si fueron desplazados o no integrados en los cargos, sentirán alegría y esperanza.
 Pero para el grueso de la población, para “los simples mortales” esta será una semana más.
 Sí, esta es la semana del adiós, la despedida de un régimen político-partidista que llegó hace 18 años, periodo que dio cobijo a algunos que se decían, hace ya una generación, que las cosas serían diferentes, que con ellos sí, que con con honradez se haría más.
  Esta semana cierra un ciclo de tres sexenios de gobiernos panistas en Jalisco.
 El mejor balance lo tendrá el público, el pueblo. La historia, que la hacemos los ciudadanos con nuestros comentarios y compartiendo las experiencias, ha dado su veredicto: No más panistas en el gobierno.
 Ello no significa que los priístas sean mejores. Simplemente tendrán una nueva oportunidad para demostrar que se pueden hacer mejor las cosas y, hacerlas mejor para la población, porque también los priístas se han empeñado en demostrar que el poder  corrompe, aunque pasen 15 o 18 años sin estar en la administración pública.
 En estos días leí en las redes sociales (¡ah que Facebook!), que un grupo de ciudadanos estarían organizando una misa para dar gracias a Dios que ya se va Emilio.
 Será broma, será en serio, lo cierto es que en Los Altos de Jalisco el último sexenio panista del estado pasó sin dejar huella. O de hecho, pasó dejando un hondo resentimiento contra el gobernante por su cinismo, por las mentiras, por la falta de compromiso para con los habitantes de esta zona.
 Si alguien duda que la imagen del gobernador está por los suelos, que le pregunten a los de Temaca, a los de Capilla, a los de Arandas, a los de Tepa, a los sanjuanenses, a los de San Miguel.
 A todos los alteños les ofreció algo el gobernador, pero no le alcanzó el tiempo ni la voluntad para cumpirle a Los Altos.
 Por eso, esta semana, al margen de las bromas y de las frases en redes sociales, Los Altos deberán prepararse para decirle adiós a 18 años de panismo en el gobierno.
 Adiós a la arrogancia, a la altanería, al cinismo, a los negocios particulares con dinero del pueblo. Adiós al desdén por no ser parte de la cofradía, del “grupo”, de la feligresía.
 Adiós, pues, a los gobiernos que le quedaron a deber mucho, mucho a Tepatitlán y a los municipios de Los Altos de Jalisco.
 El veredicto está dicho: perdieron hasta su “bastión” más preciado en las elecciones pasadas.
Es cosa juzgada.

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