Orejones y pendejos




Ya falta una semana para estrenar gobierno estatal y así termina el ayuno de cinco meses de varios priistas tepatitlenses, tiempo en el que fueron despegados de la ubre municipal.
Para otros priistas la espera ha sido cómoda, que no perdieron el puesto o bien encontraron uno en la presidencia como "oposición" y nunca dejaron de vivir del erario, a pesar de haber propiciado la derrota del partido en las pasadas elecciones, donde en casi todo Jalisco hizo el carro completo menos en Tepa.
En cambio para los panistas, que vivieron 18, 12 o 6 años despreocupadamente gracias al puesto estatal, ahora deberán ver dónde encuentran chamba. Los que son del grupo cercano al alcalde y los "pumas", pues ya más o menos saben a dónde apunta su camino de regreso, pero los que no, pues, ya no hay chamba en el gobierno federal, quizás vuelvan a dar clases, como hacían hace años, cuando el PAN no era gobierno.
¿A cuántos y con cuánto premiará Aristóteles a los priistas de Tepa que le hicieron perder un montón de votos en este municipio y que se fueron a Alfaro? No muchos, al parecer. Ni siquiera ha venido a Tepa a pesar de las invitaciones que le hicieron una y otra vez los tricolores; eso sí, fue a Arandas, donde seguramente habrá más bendiciones estatales que con los tepatitlenses.
La señal más clara del disgusto de Aristóteles con los del PRI de Tepa ha sido la de no pararse por acá luego de las elecciones, luego de haber venido varias veces como alcalde de Guadalajara, precandidato y candidato a la gubernatura.
Eso habla de la poca cooperación que habrá entre el próximo gobernador y la diputada federal y los regidores de oposición y esa tensión quizá afecte (por enésima vez) la relación entre un gobierno del estado y el ayuntamiento de Tepa.
Entonces es probable que Jorge Eduardo González tenga que pagar los platos rotos de la poca simpatía que habrá entre el nuevo gobernador y los políticos de su partido en este municipio. Pagará con pocos apoyos a Tepa, pocos recursos y escasas visitas a esta tierra de parte de las autoridades estatales y federales.
Y es así que el futuro del municipio no parece que sea muy halagador con el cambio de gobernador, a menos que se contente éste con los de Tepa. ¿Y cómo se podría contentar? Pues que los priistas locales, sobre todo aquellos que siguen sintiéndose iluminados por Dios, pongan los pies en la tierra, tengan humildad y reconozcan que la regaron y dividieron al partido y lo hicieron perder; que dejen de pensar que lo merecen todo y rápido y en cambio ofrezcan trabajar, ponerse el overol, ensuciarse las manos.
A ver si se les quita la soberbia y dejan de ver a los demás como el Señor a los conejos: orejones y pendejos.

Rapidez

Me vi en la necesidad de buscar telefónicamente al alcalde de Tototlán y su director de Seguridad Pública y se me hizo rarísimo poder encontrarlos a la primera, sin mayor trámite ni demora. Ya no sabía que fuera de Tepa y los municipios grandes, es fácil encontrar a los funcionarios.

¿Por qué?

¿Por qué, cuando alguien muere, muy estúpidamente decimos que ya está con Dios, en un mejor lugar o en el cielo? ¿Qué tal si se fue al purgatorio en vez del paraíso? ¿O al mismo infierno? Poco sabemos de la vida de los demás, como para juzgarlos y decir muy a la ligera que ya descansa en paz.

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