Así




Las diferencias se diluyen en un vaso de diálogo…

Como lo publicamos la semana anterior en este mismo espacio, la Seguridad Pública es un tema primordial.
 La percepción en la política es -en ocasiones- más importante que la propia realidad.
Los hechos registrados en la ciudad con el respectivo aderezo de la “opinión pública” sobre lo que me dicen que dicen que pasó en tal colonia, sumió a la población en una psicosis de inseguridad como hacía mucho tiempo no se había registrado en Tepatitlán.
 Será el cambio de gobierno municipal, el próximo cambio en el gobierno estatal; los exámenes de confianza aplicados a los policías, la crisis económica, el sereno o hasta la chiripiorca, pero el tema de la inseguridad ronda los espacios más íntimos de la sociedad.
 Ante esos escenarios, algunos colonos de Tepatitlán, como los del fraccionamiento Guadalupe, convocaron a una reunión donde hubo presencia de las autoridades, la semana pasada. Dialogaron, discutieron, se escucharon y pactaron una segunda reunión.
 Se dio la segunda ronda del encuentro, como aportaciones, los colonos se conformaron como Comité de  Vecinos y la autoridad mandó patrullas al fraccionamiento.
 Dicen los colonos que, “Gracias a Dios ya se paró la robadera”.
 Entonces sí, la mano Divina intervino, sí, pero también la voluntad de los colonos y de las autoridades fue importante. Cada parte puso su porcentaje de solución ante un problema complejo, compartido y, afortunadamente en cuestión de días, la percepción de los vecinos de ese fraccionamiento cambió, hoy, es otra percecpión, tienen otra opinión de la estrategia de seguridad en la ciudad.
 Ese ejemplo debería cundir, eso es lo que debe seguir haciendo la autoridad, provocando reuniones, encuentros con vecinos donde se sienten inseguros. El camino está trazado: diálogo y acercamiento; voluntad y acciones; estrategia y decisión.
 Que cada parte haga lo correspondiente: los vecinos cuiden su patrimonio, las autoridades hagan rondines de vigilancia, el Ministerio Público sus averiguaciones y los jueves fallen contra los delincuentes. Ese es el camino, así debería funcionar.
 Cuando hace unas semanas escuchamos a los vecinos del fraccionamiento Guadalupe quejarse, preocuparse, nos quedamos ahí, compartiendo los miedos. Cuando les vimos sosteniendo reuniones con la autoridad, compartimos la esperanza. Ahora que nos platican de sus logros, compartimos la confianza en que así siga, que se replique el ejemplo, la estrategia.
Si hay que enviar patrullas a otras colonias y “plantarlas” unos días o unas noches en lugar específico, ¡pues hagámoslo!; si hay que provocar encuentros, diálogos o hasta debates, ¡pues hagámoslos!
 Todos queremos –en nuestro sano juicio- soluciones a los problemas. Entones ya sabemos el camino.
 Así se ha solucionado, así como pasó la tormenta en el fraccionamiento Guadalupe, así como llega el amanecer en ese mismo espacio. Así, así sigamos…

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