…dame buenas razones
Ahora que se viene Septiembre, entraremos
en triple festejo en la ciudad. Bueno, de hecho serán cuatro.
El primero es el 174 aniversario del
hallazgo de la imagen del Señor de la Misericordia. El barrio del Santuario
tendrá por ello su fiesta.
Luego seguirán las fiestas Patrias. Para ello,
como cada año, se preparan los castillos, las verbenas, las pachangas. La gente
ya se prepara para echar gritos.
Pasando esas fechas, la ciudad cumplirá
130 años de haber sido elevada a rango de municipalidad. A veces hacen
pachanga, a veces no. Según quién esté al mando de las festividades de la
ciudad.
La
cuarta fiesta, por lo menos para los regidores, será el Primer Informe de
Gobierno que rendirá el presidente municipal Jorge Eduardo González Arana.
Esta ceremonia será el jueves 12 por la noche.
Luego del acto protocolario, seguramente habrá convivios (o con bebidas).
En
las tres primeras fechas, la fiesta la hace el pueblo. Son ocasiones para
reunirse con los amigos, con la familia, con el resto del pueblo. Orar por “El
Encueradito de Tepa”; Vitorear a los héroes que nos dieron Patria y, recordar
la fecha en que fuimos importantes para los diputados de hace un Siglo.
Del acto de rendición de cuentas, dependerá
del propio alcalde que se convierta en una fiesta. De él y de su equipo depende
que el pueblo haga suyos los dichos, las cifras, las estadísticas, las
inversiones, las obras.
Hay quien asegura que Jorge Eduardo no tiene
nada qué decir, nada qué informar.
También hay quien defiende al panista,
por su trabajo en las Delegaciones y en algunas rancherías.
Pero más allá de filias y fobias, el alcalde
de Tepa debe ponerse a trabajar sobre las frases que colocará en sus textos del
informe. Deberá ser muy cauto, para evitar caer en triunfalismos que desaten
las ácidas críticas de sus opositores. Pero también deberá ser puntual en
señalar cuáles han sido sus logros.
Para unos sectores sociales, Jorge Eduardo no
ha podido gobernar porque sus amigos panistas no lo han dejado. Para otros le
ha faltado gestionar obra pública. Para otros, ahí la lleva, luego de las
herencias priístas.
Para el grueso de la población, la forma de
medir a un presidente es a través de las obras que les ha hecho llegar a sus
comunidades.
Si
se hizo obra, será aplaudido; si sólo se planeó, se proyectó, se platicó; no
pasará nada, ni para el pueblo ni para el alcalde.
Pero es el primer año, de una administración
con un enorme equipo de gente con vasta experiencia, que no tiene pretexto para
dar resultados y que, por ahora, pareciera que no ha podido ese equipo,
entregarle flores al alcalde para que las lance el próximo 12 de septiembre.
Dice un dicho, y dice bien, que Obras son
amores…
Y
este Ayuntamiento le debe mucho amor a su pueblo.
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