Las tres carrozas empantanadas



Por el padre Miguel Ángel
padre.miguel.angel@hotmail.com

Cierto día un grupo de peregrinos que viajaban por un camino estrecho, se encontró con tres carrozas llenas de bultos y empantanadas en el lodo.
El que dirigía la primera carroza se había dedicado a rezar para poder sacarla de allí, pero no hacia nada por echarla hacia fuera. El conductor de la segunda carroza estaba sudando, tratando de empujar la carroza para sacarla de entre el barro, pero no rezaba ni pedía ayuda a Dios, en cambio el dueño de la tercera carroza se esforzaba con todas sus fuerzas para sacarla de entre el lodazal, pero mientras tanto rezaba con fervor pidiendo a Dios que le ayudara a salir de aquél mal momento.
Los peregrinos dijeron: ¡A cuál de los tres ayudamos? Y llegaron a la siguiente conclusión: “al primero no, porque solamente reza sin esforzarse, sin poner de su parte ningún trabajo, al segundo tampoco, porque solamente se esfuerza y trabaja, pero no reza ni pide ayuda al cielo. Ayudemos al tercero, porque a la vez que hace lo que puede por solucionar su problema, eleva también oraciones a Dios para que venga a su socorro”. Todos pusieron el hombro y sacaron el carro atascado. “Haz lo que puedas, pide a Dios todo lo demás” decía el antiguo refrán.
El cristiano de hoy puede emplear dos modos de comportarse: el racionalismo: el imaginarse que con sus solas fuerzas logrará vencer. Vivirá en angustias y terminará en fracaso total. O la actitud de fe: Despertar a Dios. Creer que Dios viaja con nosotros. Decir a Jesús: “Mira que nos hundimos” y conseguir que El siga haciendo milagros en nuestro favor.
En nuestra vida de todos los días nos vamos encontrando con diversas dificultades, unas muy sencillas y otras más complicadas, pero lo importante es siempre tener fe de que Dios nos ayuda a salir adelante.

Sin embargo El nos pide nuestra sencilla colaboración como lo pidió a los sirvientes en las bodas de Caná que le acercaron agua, simplemente agua y la convirtió en sabroso vino; a un muchacho le pidió tan solo 5 panes y dos pescados para convertirlo en una gran cantidad de comida con la cual se saciaron más de cinco mil personas.

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