Por Luis Arturo Martín Franco
Los tiempos cambian y las
formas también.
Creemos que uno de los
problemas mayores de productividad de la región se refiere al crédito bancario.
Qué curioso que en este tema
todos cumplen, pero el beneficio es el mínimo. ¿Por qué decimos esto?, porque
hay más crédito, pero menos beneficios.
A raíz del Fobaproa (1995),
aquella estafa entre funcionarios bancarios, políticos y malos empresarios,
entre ellos algunos que en estos tiempos son galardonados como “grandes
empresarios”, se requería un marco legal para la Banca, mismo que no existía,
pero creemos que se fueron al otro extremo, donde en estos momentos detienen a
muchos créditos viables y necesarios para esta Región.
Según nos comentó un
expresidente Nacional de Coparmex, cuando visitó Tepatitlán para la toma de
protesta de uno de nuestros Consejos, cuando el Gobierno vendió los bancos, los
entregaron al 2.3 y hasta 3 veces mayor al valor real en ese momento. Con la
inconveniencia para el pueblo mexicano, con algunas prerrogativas para que
recuperaran esa inversión.
Dentro de esas ventajas,
estaban cobrar comisiones por muchas actividades y servicios que antes no se
cobraban, por ejemplo, el cobro por expedir un cheque, independientemente de
cualquier cantidad.
Pero lo más malo no fue eso,
sino que en este momento es más fácil conseguir crédito para tarjetas de
consumo, carros y casas que para un proyecto productivo o capital de trabajo o
crédito revolvente para que una empresa produzca y genere empleos y más dinero.
Si les preguntamos al Gobierno
Federal y a los banqueros, nos dirán que sí hay créditos y están conformes. Si
les preguntamos a los empresarios, industriales y comerciantes, nos responderán
que hay muy poco crédito.
Los Bancos cumplen sus metas,
pero no son, no están siendo el motor de la productividad como lo eran antes.
Las regiones dependen cada día más del gobierno, cuando debería depender más de
las actividades productivas de los empresarios, los industriales y los
comerciantes.
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