Chino


Lenguaje no hace idioma

En el argot político se dice que la forma es fondo.

Y en la forma de plantear el asunto del convenio entre Tepatitlán y el Gobierno de Jalisco sobre la Fuerza Única Regional se muestran muchos fondos.

El Fiscal General, lanzó desde Guadalajara una señal flamígera sobre el alcalde de Tepa, le acusó de actuar sospechosamente ante la negativa de sumarse a la estrategia aristotélica de vigilancia. El alcalde respondió con otras declaraciones, en medios de la Capital, que el tema no es sólo echarles la bolita a los municipios cuando la idea y el compromiso es del Ejecutivo Estatal.

 Y es que todo iba bien negociado en materia de seguridad y finanzas, en lo laboral, en lo político, antes de que partiera Arturo Zamora Jiménez de la Secretaría General de Gobierno. El excandidato a Gobernador tendió varias veces la mano a Jorge Eduardo González, en amplios temas, entre ellos el tema de los dineros para el municipio.

 En el proceso de negociación entre Tepatitlán y el Gobernador, hubo cambios en la Secretaría de Gobierno. Salió Zamora y entró Roberto López Lara, conocido en el medio político como “El Chino”.

 Y el diálogo se tornó monólogos, uno de ida y otro de vuelta. Sin acuerdos, sin conciliación, sólo exigencias de ambos lados. El Secretario exigiendo la firma; el alcalde exigiendo apoyos.

 Han pasado varias semanas desde que se lanzó la estrategia política-policíaca del Gobernador y Tepa sigue sin entrar a ese esquema. La gente del gobierno ha lanzado muchas señales y no pocos “interlocutores”, lo que ha enturbiado el proceso de negociación.

 El alcalde González Arana, se dice, le ha propuesto al Gobierno que no le quite 31 elementos de la policía que ya tiene certificados; que sean menos, unos 20. La respuesta es no.
El alcalde ha propuesto pagar las 31 plazas, pero no poner a los elementos; poner dinero, pero no gente. La respuesta es la misma.
Jorge Eduardo ha sugerido entonces permutar el costo económico que le representará esa aportación de 31 elementos (se dice que alcanzaría los 5 millones de pesos por año), por inversión estatal en infraestructura, en obra, en apoyos. La misma respuesta.

  Tepatitlán tiene ya un compromiso qué cumplir en lo administrativo: rendirle cuentas al Comisionado Nacional de Seguridad por el subsidio que recibe (Subsemun); con la Fuerza Regional serían dos compromisos administrativos con los gobiernos estatal y federal, pero ninguno de los dos rangos de Ejecutivo le responderían a Tepa por la policía preventiva. Es decir, el alcalde –el actual y los futuros-, deberán atender el reclamo social de más y mejor vigilancia policíaca. El dilema del alcalde –parece- está en responder adecuadamente a la sociedad o al gobierno.

 En el argot de la política la forma es fondo. Aquí la forma de exhibir a Tepa por no sumarse a la Fuerza Regional nos habla del fondo político partidista que traen los nuevos negociadores del Estado.

 Tepatitlán necesita políticos de primer nivel, en la ciudad y en la Capital. Pero lo que más requiere y reclama son políticas públicas de prevención, de atención a los delitos, de combate a la delincuencia, al margen de si los funcionarios hablan español, o chino…

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