Carnadas



El alumno es un recurso no renovable…

 Da mucho coraje que nos taponen las vialidades.

 Da mucho coraje que los líderes utilicen a las masas, “sus masas” para fines opacos o sin fundamento.

 La Universidad de Guadalajara, cuyo lema es “piensa y trabaja”, sacó de las aulas a sus alumnos esta semana, dos días, para llevarlos a manifestarse por la desaparición de los normalistas del estado de Guerrero y por la muerte de un estudiante de Lagos, ocurrida en Guanajuato.

 La manifestación, por sí misma, es encomiable, resulta una vía de expresión social que debe utilizarse cuando las otras vías -como el diálogo- se han agotado.

 Pero acá, los alumnos del CUAltos o de las Prepas, ni sabían, ni supieron, ni platicaron, mucho menos dialogaron sobre qué o para qué les llevaron a la Capital a “manifestarse”.

 Pareciera una actividad inocua, una anécdota; sin embargo, resulta preocupante que se siga utilizando a los estudiantes como carne de cañón para hacer presión ante los gobiernos por temas que, son altamente preocupantes, pero que los alumnos alteños no entienden, no conocen y no hay nadie quién les informe ni les explique.

 Hoy es por los desaparecidos de Guerrero, por el joven que murió en un festival en hechos no muy claros y que, entre otras cosas era estudiante de CULagos. La manifestación social es entendible, pero y si mañana a algún líder se le ocurre tratar de presionar a las autoridades (cualquiera que fuese su nivel), para alcanzar metas personales o particulares?, y si mañana fuese necesario marchar para alzar la voz por una necesidad sentida, auténtica de la comunidad alteña, ¿tendría la misma validez?

  Es imperdonable la macabra historia de los normalistas de Ayotzinapa; es lamentable la muerte del joven de Lagos, son reprochables los excesos y abusos policíacos y militares contra la población civil. No se vale.

 Pero tampoco se vale que usemos, como carnada, la ingenuidad de estudiantes que se van de “pinta oficial” con gastos pagados a mentar madres o exigir al Estado lo que no comprenden.

 No se vale utilizar a los estudiantes para fines ajenos a la preparación académica, deportiva, cultural. No se vale sacar a los alumnos de las aulas para engordar caldos que ni le entienden.

 El alumnado es uno de los principios fundamentales de la existencia del sistema educativo de nuestro país, ¿para qué queremos escuelas y profes si no hay alumnos?, ¿para qué se hace el gran esfuerzo de pagar escuelas de gobierno si les preparamos para gritar, para recriminar lo que no se entiende, lo que está descontextualizado para los propios alumnos?

 Hoy son los de la Universidad de Guadalajara los que se usan para marchas, para marchas nobles. ¿Y si mañana se usa a otros estudiantes, igual de nobles, para otros fines?

 La cultura de la marcha porque sí, la marcha por la marcha, no ha dejado buenos resultados. Veamos lo que ocurre con agrupaciones tipo “anarcos” y otros movimientos, que ni logran metas, ni piden soluciones y sí dañan al prójimo; retando al Estado, a la sociedad, al que sí quiere trabajar y que, también sin deberla ni temerla, debe bajar la cortina de su negocio o cerrar la puerta de su casa porque “Ahí vienen los manifestantes”. Como si fuera un pecado manifestarse en la vía pública.

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