Vuelta de tuerca



Luego de que hace más de un año, las autoridades municipales convocaron a una rueda de prensa para informar de ciertas irregularidades halladas en las arcas municipales, realizadas presuntamente por funcionarios de la pasada administración priista, no se volvió a tocar el tema de manera oficial, aunque off the record los temas de falta de dinero salían de vez en cuando en los pasillos de la presidencia.

Llamó la atención aquella vez lo de las irregularidades en los panteones y acordándome en estos días de eso y aprovechando que había una cita con el alcalde para entrevistarlo de algunos temas, pregunté en qué había parado el asunto del desvío de recursos en los panteones.

El presidente explicó que se había promovido una demanda, la cual aún no se resolvía (quizás por eso ya no se había vuelto a tocar el tema por parte de las autoridades) y agregó que los casos siguen saliendo y al momento hay unos 138 usuarios afectados, que no se les puede otorgar una gaveta en el cementerio, aunque tengan su título de propiedad, ya que, de acuerdo con Jorge Eduardo, no fue expedido legítimamente el documento al no haber un pago que lo ampare, ya que los funcionarios de la administración pasada sólo emitían un simple recibo por “mantenimiento y limpieza de criptas” por un valor de 300 o 400 pesos.

De hecho, según el alcalde, algunas personas y funerarias compraron no sólo uno, sino varios títulos, a fin de revenderlos.

Ahí paró la entrevista y la nota de ello sale publicada en esta misma edición en la página 3, aunque pusimos un adelanto de la misma en la edición web de 7 días desde el pasado miércoles, generando ciertas reacciones.

Llama la atención lo de una persona, que se comunicó a la redacción para decir que es uno de los afectados en este tema de los títulos de propiedad de los panteones, pero no por los funcionarios priistas de la administración pasada, sino por los actuales del PAN.

La persona explica que el título es totalmente legal y prueba de ello es que el ayuntamiento actual perdió una demanda en contra de aquellos que tenían un documento expedido por la anterior administración y que los nombraba detentores de un espacio en cementerio.

Y a pesar de haber perdido la demanda -continúa el afectado-, las actuales autoridades siguen negándose a otorgar una gaveta en los panteones, por lo que, concluye la persona, aquí el culpable no son los funcionarios anteriores, sino los de ahora, que en su afán de desprestigiar al PRI, se andan llevando entre las patas a aquellos que de buena fe compraron un espacio para el descanso eterno y ahora resulta que no tienen nada.

“Ellos nos dicen que vayamos con quien nos dio el título y nos expidió el recibo y le exijamos que nos devuelvan nuestro dinero, pero nosotros no tenemos ninguna culpa de las broncas del ayuntamiento y mucho menos tenemos por qué ir a un domicilio particular a arreglar lo que se originó en la presidencia”, finaliza la persona.

Sin embargo se le preguntó que cuánto había pagado por el título, cosa que dijo no recordar, pues había sido hace dos años cuando lo adquirió (!) y al cuestionarle del por qué le preocupaba la acusación que hacía una autoridad sobre otra, respondió que porque muchas gavetas que fueron adquiridas han sido traspasadas a terceras personas y el temor sería que al momento de que aquella otra quisiera hacer uso de la propiedad y viera que la autoridad se lo impide, se daría cuenta de que sólo había sido timada.

Este último párrafo da una vuelta total de tuerca al asunto panteonero, ¿cuándo se decidió vender “paquetes” de tumbas y a quiénes? ¿Son más baratas por mayoreo y por eso se pueden revender en otro precio y sacarles ganancia? ¿Era nomás para los cuates esas gavetas en promoción o el que se enteró fue por buena suerte y el que no se enteró pues se jodió?

Ciertamente no tienen la culpa los compradores y si adquieren algo y luego lo revenden para sacarle algunos centavos, es totalmente válido siempre y cuando la ley lo permita o simplemente no lo prohíba.

Y es verdad también que los tenedores de títulos no tienen por qué ir con un particular a su casa a cobrarle lo que le dio cuando era funcionario, el municipio debe responder siempre, aunque haya sido otro ayuntamiento el que hizo la operación en su momento.

La actual administración quizá debería sensibilizarse un poco más y ponerse en el lugar de los compradores, no demandarlos, negarles el servicio y mucho menos enviarlos a cobrar a alguien más, pues esa es la chamba de los funcionarios municipales.

Dice el alcalde que habrá una mesa de atención para aquellos que se han visto afectados por el asunto de la tumba falsa (como la canción), pues ojalá sea así y se acabe la pena de todos los compradores, que muchos de ellos se dieron cuenta de la peor manera que no tenían espacio en el panteón, el día en que se les murió un familiar y no tuvieron donde enterrarlo.

Y en cuanto a los funcionarios de la pasada administración y que tendrían responsabilidad en el asunto, sería muy bueno que explicaran bien el asunto y a ver quién tiene la razón.

Rompiendo reglas

Hay una regla, no sé si escrita o es simplemente un pacto verbal, en el PRI y posiblemente en otros partidos, si no es que en todos, de que el presidente del comité no puede lanzarse de candidato a algún cargo popular, pues para eso hay que renunciar con tiempo de anticipación.

En el tricolor, pese a que los aspirantes han prometido llevar la fiesta en paz, algunos no ven con buenos ojos que Alejandro González pretenda ser candidato a la alcaldía de Tepa y siga siendo presidente del partido a nivel municipal.

Apelan a la regla ya mencionada, pero aseguran no ver claro en esta situación.

Me acuerdo que por menos que eso, a Oscar Navarro quisieron comérselo vivo un grupo de cecilistas, es más, uno de ellos interpuso una denuncia ante el Ministerio Público por lesiones supuestamente causadas por gente del entonces dirigente capillense.

Al final no pasó nada, pero sí fue un buen show y además sirvió para distinguir a los cecilistas de aquellos que no simpatizaban con ella, fue como si se hubieran pintado una raya imaginaria entre ambos grupos.

El buen Alejandro González, tocayo mío de nombre y apellido, seguramente sabrá renunciar con tiempo a una u otra cosa y no perjudicar al partido de sus amores, al que es tan fiel como a su Atlas.

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