Públicos


Qué lata son los organismos públicos descentralizados; el gobierno debe darles dinero, dinero de los contribuyentes, pero no se les puede exigir cuentas, pues no están obligados a ello y cuidado con que a alguien se le ocurra insinuar que se andan chingando la lana.

Están también organismos no públicos pero que igual hay que darles dinero público, como los comités deportivos olímpicos, que al año maman y maman cualquier cantidad de recursos, para producir unas tres o cuatro medallas cada cuatro años en las olimpiadas. ¿Alguien ha hecho cuentas? Cada medallista olímpica le cuesta al país cientos de millones de pesos. El actual director de la Comisión Nacional del Deporte, dependiente de la Secretaría de Educación Pública, ha decidido poner un hasta aquí, dejar de tirar dinero en federaciones deportivas que ni producen nada y fiscalizar los recursos…

Pero ya dichas federaciones pusieron el grito en el cielo y amagan con el cuento de que México podría quedar sin ir a las Olimpiadas si el gobierno sigue metiéndose, pues los comités son supuestamente independientes e intocables, aunque reciban dinero público.

Eso de que México podría quedar sin ir a las Olimpiadas es una verdad a medias, pues los atletas podrían ir a competir sin ningún problema, aunque no sea representando al país y la verdad, es preferible que dejen de gastarse millones de pesos en algo que no produce nada y solo sirve para que los federativos del deporte vayan a pasearse con dinero público y sin rendir cuentas a nadie, ¿y los deportistas? Bien gracias.

Y eso se replica a nivel local. Cada año el ayuntamiento en turno destina una cantidad de dinero, no muy abundante pero sí decente, para apoyar el deporte municipal, sin embargo cuando un atleta o entrenador requiere apoyo para ir a competir a otra ciudad, ya ni se diga comprar equipo o contar con mejores instalaciones, en el mejor de los casos se otorga un vale de gasolina de apenas 300 pesos o con suerte una camioneta que muy apenas funciona para hacer el traslado.

¿A dónde se va el dinero que el municipio destina para el deporte? Pues casi todo a sueldos, papelería y ligas de fútbol local y al que no le guste el fútbol pues va a batallar para conseguir apoyo del municipio.

Y por último, hablando de entidades que reciben dinero nuestro y que se lo gastan en lo que quieren y si no les alcanza pues exigen más, están los organismos autónomos, como el INE o las universidades públicas.

Son escandalosos los presupuestos que se aprueban para el INE, aún en años no electorales. Uno se imaginará que con tanta lana habrá servicios de primera, pero no, tramitar una simple credencial de elector lleva semanas o meses, eso si se vive en un municipio que cuente con módulo permanente para obtener dicho documento, pues si vive en una comunidad como Cañadas de Obregón, hay que esperar meses o hasta años para que vaya un vehículo de este instituto a “credencializar” a todos sus habitantes.

Entonces, ¿a dónde se va toda esa lana que le dan al INE cada año?

Y las universidades es algo parecido, jóvenes que no alcanzan a entrar en listas porque no hay cupo o aulas con computadoras o material inservible, ¿pero qué tal los sueldazos de los rectores, sus choferes, guarros, carros blindados de gran lujo o imponentes construcciones como el auditorio Telmex donde se hacen millonarios conciertos que en nada benefician a la educación?

No todos los organismos públicos descentralizados o independientes son un barril sin fondo poco productivos, está por ejemplo el INEGI, una de las entidades más eficientes del país y posiblemente a nivel mundial; ofrece una amplia variedad de servicios en línea y gratuitos y puntualmente entrega los resultados de sus censos.

Y para no ir tan lejos, en Tepa que cuenta con dos organismos públicos descentralizados (OPD’s) municipales, Astepa y el DIF, son dos historias diferentes.

El primero recibe una gran cantidad de dinero al año, vía el cobro del servicio del agua potable y derechos de conexión (cuando un usuario construye o compra una cosa y solicita el servicio por primera vez). También tiene muchos gastos, como mantenimiento de vehículos y pagos de derechos federales a la Conagua.

Y es verdad que Astepa tiene muchos “clientes” que no pagan y esa morosidad afecta mucho a la manutención del organismo. No alcanza lo que se cobra por agua potable y cada mes el ayuntamiento le tiene que inyectar cierta cantidad de recursos a algo que debería mantenerse solo.

Pero también es verdad que Astepa es un buen patrón, sobre todo para sus directivos y funcionarios de primer nivel, pues les paga unos sueldos fabulosos, mejores que los del ayuntamiento, además es generoso con el resto de sus trabajadores, pues organiza unas súper fiestas para ellos, de más de 80,000 pesos para apenas 200 empleados…

Y el DIF, pues casi no tiene ingresos, cobra pequeñas cantidades por sus servicios y no todo mundo las paga por falta de recursos; también hay que meterle lana del municipio, pero al menos hace más por la comunidad y con menos lana que Astepa.

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