El famoso pintor



Un famoso artista insatisfecho, caminaba por la ciudad buscando un nuevo motivo para su pintura que debería ser la Obra-Maestra de su vida.

Se encontró con un sacerdote:

-Padre, ¿qué es lo más bello del mundo?

-Lo más bello del mundo es la fe. Nuestra fe en Dios que ilumina toda nuestra vida. Nuestra fe en la vida, que es el regalo más precioso que hemos recibido. La fe realiza milagros y hace obras-maestras. La fe es el sol de nuestra vida.

Más tarde se encontró con un obrero:

-¿Qué es lo más bello del mundo?

-Para mí lo más bello del mundo es la esperanza. La esperanza de ganar mañana un salario mejor, de vivir una vida digna, de conquistar un lugar en el sol; la esperanza de hacer feliz a una mujer y ser padre en un hogar unido. La belleza de la vida está en la esperanza que da sentido a mi lucha. La esperanza es mi compañera inseparable.

Más adelante vio a una niña en el banco de un jardín, a la que su padre y su madre abrazaban.

-Para ustedes ¿qué es lo más bello del mundo?

-Lo más bello del mundo es nuestro amor, nuestro sueño hecho visible en el rostro de nuestra hija. Ella es nuestro aliciente para vivir, nuestra alegría y nuestra felicidad.

Aquella misma noche empezó su obra maestra pintando algo muy bello, una niña en los brazos amorosos de sus padres.

Todo niño es una novedad incomparable, es una señal de que Dios renueva siempre la esperanza del mundo, de que cree en la fuerza invencible de la vida y de que nos ama incondicionalmente en la mirada de cada niño”.

El sacerdote en su opinión sobre la fe en Dios, el obrero con su gran esperanza en tantas posibilidades en la vida, y los esposos con inmenso amor hecho realidad en su pequeña niña; todos juntos contribuyeron para que el famoso artista realizara su pintura que tanto deseaba.

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