Las diferencias entre AMLO y Alfaro



• El primero recibe respeto y contesta con insultos

• Al otro lo consideran abanderado de la resistencia

No tengo ninguna simpatía por Enrique Alfaro Ramírez. Ni falta que le hace, a Él le basta su banquito para verse más grande. Pero menos aún por Andrés Manuel López Obrador, con quien nunca podré simpatizar porque yo aprecio mucho la inteligencia en las personas y Él demuestra todo lo contrario.

Aclarado ese punto debo decir lo siguiente: Aunque no me caiga bien ninguno de los dos, me es notable la diferencia entre ambos. Alfaro es prepotente, autoritario, altanero, arrogante, pero no es pendejo y por lo que se ve tampoco es un cobarde. AMLO también es prepotente y autoritario, no es altanero ni arrogante, pero en cuanto a lo demás es todo lo contrario de Enrique Alfaro.

Parecería que el Presidente trae un diablito en el hombro que le dice constantemente al oído “di una pendejada, di una pendejada” y las dice. Y en cuanto al valor que está mostrando Alfaro para enfrentarse a la Federación, López por el contrario no se atreve a tomar decisiones y a enfrentar las posibles consecuencias, así que se inventa consultas patito para que sea el pueblo bueno el que cargue con la responsabilidad.

O sea que en lo inteligente no se parecen y en lo valiente tampoco. Lo cual no significa que esto sea necesariamente bueno para Jalisco, le puede ir mal al Estado que gobierna Enrique Alfaro y sobre todo a los municipios, cuyos alcaldes ya están protestando por el recorte que ordenó López Obrador que se le hiciera al presupuesto, como represalia a la rebeldía del Gobernador que se niega a que gobierne aquí el candidato perdedor Carlos Lomelí como súper delegado.

Leí recientemente una frase -que al parecer tiene su origen en el medio deportivo, en España concretamente- que dice: “Si luchamos podemos perder, pero si no lo hacemos ya estamos perdidos”. Eso pensó tal vez Enrique Alfaro, que si se enfrenta al autoritarismo y caprichos de López Obrador puede perder, pero si no lo hace ya está perdido. Incluso podría ganar, Él personalmente, tal vez el Estado salga perdiendo, pero si éste resiste y Él persiste, y si la resistencia aumenta y se extiende, podría ser muy redituable políticamente para Enrique Alfaro Ramírez.

¿Por qué? porque fue el primero que le dijo NO a López Obrador en su afán de nombrar virreyes en los estados. Cómo va a gobernar en Jalisco Carlos Lomelí como súper delegado, siendo Él quien maneje todo lo relativo a los programas sociales, cuando perdió la elección como candidato de Morena a gobernador. La mayoría de los votantes de Jalisco eligieron a Enrique Alfaro, no a Lomelí, y en ese aspecto aunque no simpatice yo con Alfaro lo tengo que decir, le asiste la razón.

¿Y qué podría ganar? Bueno, casi nada, ser la opción en el 2024 como candidato a la Presidencia. Leí ya en un par de medios internacionales que se empieza a considerar a Enrique Alfaro como el abanderado de la resistencia contra López Obrador. Cuando en otros tiempos Jalisco era llamado con desprecio “el gallinero de la República”, porque sus políticos eran marginados y nunca peleaban, ahora, en estos tiempos de cambio, de transformación y de refundación, resulta que el Gobernador del Estado está marcando la pauta de la resistencia.

Y como todos los estados tienen el mismo problema de la imposición de súper delegados, tras de Alfaro brincaron otros como el de Tamaulipas, y luego otros como los de Guanajuato, Aguascalientes, Durango y San Luis Potosí, y luego otro más bravo que es el de Chihuahua. Y no acababan de conciliar este conflicto entre la Federación y los gobernadores (López Obrador aceptó que no intervinieran en la seguridad pública los súper delegados), cuando fue presentado el presupuesto de 2019 en la Cámara de Diputados, en el que les toca menos dinero a los municipios.

Y nuevamente Enrique Alfaro tomó la iniciativa (por algo es considerado el abanderado) y se anunció una protesta de los alcaldes de Jalisco en contra de este recorte en el presupuesto, y al día siguiente de realizada ésta en la Glorieta Minerva de Guadalajara, muchos otros alcaldes de todo el país se apersonaron frente al Palacio Nacional para exigir que el presidente Andrés Manuel López Obrador les dé una explicación acerca de esta agresión contra los municipios.

Ahí la lleva Enrique Alfaro. Puede ganar o perder pero así es esto, cuando se apuesta se pierde y se gana. Su apuesta me parece muy alta, pero si cunde el pánico por esto del presupuesto y aumenta la inconformidad entre cada vez más gobernadores y alcaldes tendrá que recular López Obrador, como ya lo hizo en el caso del recorte al presupuesto de la educación superior, bastó con que los estudiantes de la UNAM anunciaran una manifestación de protesta en el Zócalo frente al Palacio Nacional, para que el Presidente, enojado, dijera que había sido un error y que las universidades tendrán lo que les corresponde, o sea más dinero, ¿de dónde? sepa la ch… una vez aprobado al presupuesto, aunque sea con errores así se queda. Pero bueno… ese ya es problema de López Obrador.

Como tantos otros, como el de Texcoco, como el de su Tren Maya en la península de Yucatán, donde grupos de indígenas mayas se oponen a que sea deforestada la selva. Por algo dijo López Obrador que estaría listo en 5 años, pero exhortó a que se trabajara “sin bloqueos”, porque ya sabe de qué lado va a mascar la iguana. Entre los mayas y otros grupos nativos como los de Chiapas que se levantaron en armas en 1994 y que no quieren el dichoso Tren Maya (así lo aseguró el sub comandante Marcos que ahora se llama Galiano), no va a ser nada fácil su construcción, aunque ya la Madre Tierra le haya dado permiso al Tlatoani. Pues sí, la emborracharon…

Y como esas… Otro ministro (SCT) dice que los aviones no chocan en el aire, que se repelen; otra (SFP) expresa que también las empresas deberían bajarles el sueldo a sus empleados; otro, el de la SEP dice que ahora se vale copiar en los exámenes. Y así, cada día alguien del nuevo gobierno sale con alguna pendejada y López Obrador la reafirma, la más reciente fue la del Secretario de Seguridad Pública, que amenazó a los diputados con que si no aprueban la reforma constitucional para la creación de la Guardia Nacional, va a retirar a los militares de la vigilancia, y luego lo reiteró AMLO. Como si se pudiera…

En fin. Una última diferencia entre Enrique Alfaro y López Obrador: Mientras que el Gobernador de Jalisco se ha dirigido al Presidente con todo respeto, enérgica pero respetuosamente, el Sr. Presidente de la República dice del Gobernador de Jalisco que “Alfaro es demagogo, falso, corrupto, simulador, sin principios, politiquero y maleante”. No recuerdo yo a ningún presidente de la República que se haya expresado así de ningún Gobernador. Esa me parece la diferencia más notable, la educación y la ausencia total de ésta.

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