Martirio de Miguel Gómez Loza


Hace 91 años fue asesinado por las fuerzas federales, en el rancho EL LINDERO, cerca de la delegación de San Francisco municipio de Atotonilco, el licenciado MIGUEL GOMEZ LOZA.

Posiblemente algunos se preguntaran quién es este personaje o qué hizo, espero que con lo que aquí se escribe  conozcamos un poco la trayectoria de este hombre alteño, defensor de las libertades fundamentales del ser humano.

Nació el día 11 de agosto de 1888, en Paredones hoy EL REFUGIO municipio de Acatic, quedo huérfano de padre a los dos años por lo que su madre se hizo cargo del hogar con sus dos hijos, MIGUEL y ELIAS, como agradecimiento a la gran labor hecha por la señora, invirtieron sus apellidos, colocándose en primer lugar el de la señora.

Desde pequeño demostró tener cualidades de líder defensor de sus ideales, lo que hacía con arrojo y convicción como podemos verlo con sus acciones.

En Paredones se estableció una escuela laica. Los maestros adornaron el salón principal con la foto de Benito Juárez a la misma altura de una imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe. El muchacho no pudo tolerar semejante desacato y arrancó el cuadro de Juárez y huyo con él ante los aplausos de sus compañeros.

Por su celo e insistencia, MIGUEL logró con las firmas de todos sus paisanos, que su pueblo cambiara de nombre de Paredones por el de EL REFUGIO, ya que la patrona era Nuestra Señora del Refugio.

A los 22 años tomó parte con entusiasmo en el Partido Católico Nacional y fue su representante en las casillas de su pueblo. Una vez, a la hora de hacer el recuento de los votos, se dio cuenta que sus adversarios políticos se preparaban para un fraude electoral, Miguel organizó a sus amigos para que llevaran las urnas a Tepatitlán a fin de que se hiciera el recuento legal. Este gesto le costó una golpiza de parte de sus adversarios. Miguel entendió que con la fuerza no se podía hacer nada y tomó la resolución de estudiar leyes para defender con la fuerza del derecho los intereses del pueblo.

Se trasladó a Guadalajara y enseguida entró en contacto con los principales líderes católicos de la capital tapatía: Miguel Palomar y Vizcarra y Anacleto González Flores. Al dejar su pueblo Miguel había establecido ahí una caja rural, una cooperativa de consumo y una botica cooperativa.

En 1919 como presidente de la Sociedad Cooperativa de consumo La Popular, organizó un Congreso Nacional de Trabajadores Católicos, que al año siguiente se llamó oficialmente Confederación Católica del Trabajo que incluía a los obreros de la industria, los empleados del comercio y los trabajadores agrícolas (con esta organización se dio inicio al sindicalismo mexicano).

El 1° de mayo de 1921, los bolcheviques colocaron la bandera rojinegra en el asta de la catedral tapatía, Miguel fue el primero en abrirse paso entre la turba, ascender la escalinata que conduce a la bóveda de la catedral, retirar la bandera del asta y hacerla pedazos en presencia de sus adversarios.

Varias veces fue golpeado y encarcelado (cincuenta y ocho)  por arrancar de las paredes de la ciudad la propaganda anti clerical, por organizar mítines de protesta contra el gobierno; pero la cárcel no lograba otra cosa que acrecentar su temple admirable y su alegría por haber merecido sufrir por la causa de Cristo y de la Iglesia.

En 1922 Miguel presentó el examen final en la Escuela de Jurisprudencia del Estado, logrando la aprobación de los jueces sinodales, sin embargo por orden de las autoridades nunca pudo obtener la firma del gobernador para que le entregaran su título. Ya como abogado se trasladó a vivir con su esposa a la ciudad de Arandas, donde hizo amistad con los líderes de esa población entre los que se encontraba el fundador de la Adoración Nocturna, Luis Magaña Servín.

Fue expulsado por las autoridades de Arandas sin que mediara orden judicial alguna, refugiándose en Jalpa de Cánovas, Guanajuato.

Entre los años de 1924 -1926 el gobierno de Plutarco Elías Calles y de J. Guadalupe Zuno en Jalisco, clausuraron el Seminario Mayor Diocesano, varios colegios particulares, conventos y la casa de la ACJM, y quienes encabezaron las marchas de protesta entre otros fueron Anacleto González Flores y Miguel Gómez Loza, quienes además acudían a los tribunales a solicitar el amparo y protección de la justicia.

Ya en plena gesta cristera, a la muerte de Anacleto González Flores, Miguel se convierte en el gobernador civil de los cristeros en el estado de Jalisco, estableciéndose en la Presa de López municipio de Arandas.

El domingo 30 de octubre de 1927, en Palmitos municipio de San Julián organizó entre los cristeros la celebración solemne de la fiesta a Cristo Rey, donde fijó su nuevo centro de operaciones, y en el mes de marzo de 1928 se estableció en una ranchería próxima a Atotonilco llamada El Lindero. Desgraciadamente su paradero fue descubierto y el 21 de marzo, una avanzada de federales se apostó entorno a la finca donde él estaba con su fiel secretario Dionisio Vázquez, y cuando se dieron cuenta de la presencia de los soldados ya era demasiado tarde, intentaron huir pero fueron acribillados.

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