Este gobierno federal está cometiendo burradas igual o más graves que el anterior, y la mayoría de los seguidores del actual presidente están muy contentos y ni cuenta se dan de lo perjudiciales que son varias de las decisiones que ha estado tomando la actual autoridad.
La oposición y los seguidores de López Obrador han emprendido una campaña similar a la que hicieron el Peje y los chairos cuando este no era presidente aún.
La campaña le funcionó muy bien al Peje, tan bien que ahora es el presidente, aunque se tardó 12 años en lograrlo, 12 años de descalificar lo que hacían Calderón y después Peña Nieto, sin importar que el país verdaderamente creció -no mucho- en ese tiempo. Ahora lo único que se sabe es que no hay perspectivas de crecimiento y que los dueños del dinero han dicho que mejor no le entran (y si le entraran soltarían el dinero con intereses mucho más altos).
¿Por qué nadie se escandaliza con las pifias de López Obrador? ¿Por qué sigue siendo supuestamente muy popular?
Me parece que, en primer lugar, López Obrador identificó y moldeó muy bien a ese sector de la población denominada “pueblo bueno” que ahora está con él. Y no sólo eso, dejó bien claro que el PRI y el PAN no están con ese pueblo bueno, o incluso que está en contra de él y todo lo que hagan esos partidos será para chingar a la raza.
AMLO les metió ese par de ideas en la cabeza a sus seguidores, que ellos son buenos, buenos como Él, y los otros son malos. A todo mundo le gusta oír que es bueno.
Al PRI y al PAN, y a cualquier otro partido que no esté con Morena, les será muy difícil revertir esta idea que durante años el Peje les implantó. No sólo tendrían que estar doce años o más señalando los errores de la izquierda, además tendrán que convencer a cada fanático del Peje de que de este lado también hay gente buena.
La otra cuestión es que ahorita la gente está feliz con AMLO porque algunos ya están recibiendo dinero, o porque se enteran en las noticias de que López Obrador anda diciendo que va a combatir a los corruptos, los que supuestamente hundieron al país.
El dinero es limitado y tampoco hay magia para crearlo (a excepción de Venezuela que le ha dado por imprimir más y más billetes), y si una muchachita de una preparatoria pública de Veracruz recibe 1,600 pesos del gobierno federal, esos 1,600 ya faltaron en algún otro lado.
Y no, no sale ese dinero de la venta del avión presidencial, pues éste sigue sin venderse y cuesta dinero tenerlo parado, así como comprar pasajes de avión para 40 personas varias veces por semana.
Tampoco sale el dinero de la venta de los carros “machuchones”, pues aunque sí salió una buena lana de ellos tampoco es para tanto.
¿Qué tal si sale el dinero de otros programas sociales que ya han sido cancelados o de los trabajadores federales que ya fueron despedidos?
Además, la cancelación del aeropuerto, la baja calificación que dan organizaciones internacionales al país y cosas por el estilo tienen sin cuidado a la gente que es feliz escuchando todas las mañanas decir que se combate a la corrupción -aunque no hay nadie en la cárcel por ello- y recibiendo algunos una lana por no hacer nada.
Va a ser difícil revertir y tumbar al presidente de moda.
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