Las dos Teresas

Por Miguel Ángel Pérez Magaña

La primera se festejó el día 1 de octubre, es francesa y se le llama "Santa Teresita del Niño Jesús". La segunda es española y se festejará el próximo día 15 de octubre.
Teresita del Niño JesúsNació el 2 de enero de 1873, en Alencon, en Normandía, fue la menor de nueve hermanos, de los cuales, cuatro murieron siendo niños. Cuando Teresita tenía cinco años perdió a su madre. En 1877, el padre, con sus 5 hijas, se fue a vivir a Lisieux.A los 15 años de edad, Teresita pidió que la admitieran en el Carmelo de Lisieux, donde ya habían ingresado dos de sus hermanas. Al principio se rechazó su petición, pero finalmente fue aceptada en mayo de 1888. Ella misma manifestó el motivo principal de su entrega total a Jesús: salvar almas y particularmente, pedir por los sacerdotes. Su vida diaria consistía en seis horas y media de oración y meditación, cinco horas de trabajos manuales y el resto del tiempo repartido entre las comidas, el descanso, el recreo y las actividades personales. Era una vida austera que no tenía nada que ver con aquel falso romanticismo que a veces representan las imágenes de la santa.La superiora trató de romper el aparente orgullo de la marcada personalidad de esta joven novicia, con humillaciones y regaños. Teresita conocía bien su pequeñez y, por su buena formación bíblica, quiso refugiarse en los brazos paternales de Dios, precisamente como un niño con todas sus deficiencias. De acuerdo con ella, la perfección no existía en lo extraordinario ni en ofrecer muchas obras a Dios, sino en la aceptación humilde de la vida ordinaria. Pero esta vida ordinaria no debía ser egocéntrica sino cristocéntrica y misionera: salvar almas por medio de una vida crucificada.Al iniciarse el año en que murió, el de 1897, dio un nuevo testimonio de la dimensión eclesial de su entrega total a Cristo. "En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, quiero ser amor". Ofreció sus penas espirituales y físicas para que la misericordia divina pudiera derrochar corrientes de gracia en la obra misionera de la Iglesia. Poco antes de su muerte, declaraba: "El cáliz está lleno hasta los bordes. Yo no me hubiera creído capaz de sufrir tanto. Sólo por mi gran deseo de querer salvar almas, me explico que todavía pueda soportar".Murió el 30 de septiembre de 1897 a los 24 años de edad. Sobre la cruz de su tumba se encuentran las palabras: "Mi ocupación en el cielo será seguir ayudando en la tierra".El papa Pío X estimó a Teresita como la santa más grande de su tiempo. Pío XI la declaró santa en 1925 y además, junto con Francisco Javier, "patrona de todas las misiones". En 1944, los obispos franceses la eligieron, junto con santa Juana de Arco, patrona de Francia.Teresa de Jesús es célebre por sus encumbradas obras místicas, escritas en purísimo castellano clásico. Pero pocos saben, acaso, de cuántas luchas estuvo colmada su vida para cumplir fielmente con su vocación contemplativa. Llevó al cabo grandes obras, como fueron las fundaciones de numerosos centros de vida contemplativa y logró, tras difíciles oposiciones, la reforma de la orden del Carmelo, y sin embargo pudo gozar de la quietud que reclama la más alta contemplación.
Nació Teresa Ahumada el año 1515. Fueron sus padres Alfonso Sánchez de Cepeda y Beatriz Ahumada. Recibió muy cristiana educación, pero en la adolescencia se dejó ofuscar un tanto por los atractivos del mundo; más pronto emprendió una vida más comprometida con Cristo e ingresó, contra la voluntad de su padre, al monasterio carmelitano de Ávila, España.Al principio fue religiosa muy cumplida y fervorosa, pero los enemigos del alma luchaban encarnizadamente contra ella y lograron que cayera en la mediocridad durante algunos años, hasta casi los cuarenta de edad.Finalmente, resolvió, de una vez para siempre, entregarse a una vida más cumplida y de perfecta contemplación, sin entrar nunca más en componendas con la mundanidad.Tan generosa resolución la hizo avanzar rápidamente por los caminos de la oración hasta alcanzar, entre los años de 1555 y 1557, éxtasis místicos.El año de 1562 logró fundar el primer convento reformado, y con el tiempo, no sin tener que superar grandes oposiciones aún de personas buenas pero mediocres, llegó a fundar hasta diecisiete conventos más, entre los años de 1567 a 1582.Con la generosa ayuda de san Juan de la Cruz, logró que su reforma se extendiera también a la primera orden del Carmelo, a fin de formar "padres contemplativos", que supieran guiar sabiamente a las religiosas de las fundaciones teresianas en su plena consagración a la contemplación. Cuando se trató de la reforma de los varones, las dificultades fueron aún mayores, hasta el punto de que el mismo general de la orden, se opuso a la reforma teresiana en el periodo comprendido entre 1570 y 1579 e impuso a la gran santa que se encerrara en su convento y se mantuviera callada.Pero Teresa no perdió la paz ni la tranquilidad: su espíritu se mecía en las altas cimas de la más pura contemplación, que lejos de obstaculizar su apostolado de reforma, lo hacía más eficaz y persuasivo. Antes de morir tuvo la dicha de ver aprobadas sus constituciones de reforma (1581).

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