El otro mercado

Por Juan Flores García

Desde su construcción, nuestro ya desaparecido Mercado "Centenario" y ahora con una nueva fisonomía el actual, albergó en su interior a los primeros comerciantes en verduras, todos ya desaparecidos. Con cuánta paz y tranquilidad caminábamos por su interior donde abundaban aquellas pilas de fruta y verduras que estaban a la vista y que se vendían casi todas sin pesar, es decir, dos centavos de jitomate, un puño, otro de cebollas, otro más de tomates y chile de árbol, otro puño de fruta también por uno o dos centavos.

Aquellos rústicos, puestos, eran atendidos por sus dueños, cada uno como hoy, tenía su clientela, manejaban su mercancía con gran cuidado. El regateo al comprar era muy usado, en aquellos tiempos para todo pedíamos pilón. A los chamacos nos la daban de uvalanas o un pedazo de mezcal, una guayaba, un puño de arrayanes, o en fin, de lo que más nos gustaba o fuera de temporada.En un alcatraz de papel periódico, si no se llevaba canasto, nos servían lo que comprábamos, cada quien acudía con el que daba más. El señor don Eulogio Córdoba, ayudado por sus hijos, atendía a sus clientes con aquella bondad muy suya, daban un pilón abundante. Don Lucio Gómez, de carácter más serio, que tenía uno de los puestos mejor surtidos y que también vendía queso y cajeta de leche. Don Victoriano Sánchez y después su hijo Juventino. "Don Panchito" Cruz, que también tocaba en la Banda de Música Municipal, Don Francisco Gómez, Juan Ruvalcaba "El chote", Don Meregildo Martín.

Todos ellos fueron los primeros que se instalaron en este mercado cuando se terminó de construir, allá por el de 1923 o 1925, posteriormente en el año de 1942 se remodeló y lo inauguró el Gobernador del Estado, licenciado Silvano Barba González, el 11 de diciembre.Con la ampliación de su interior, se colocó aquella pileta e el centro donde se ubicaron todos los que vendían la nieve raspada, tan consumida y saboreada por todos, ya que para esta fecha, los locatarios ocuparon otros espacios, entre ellos nuestro buen amigo Trino Córdova y su esposa "Chana" con su puesto de fruta y otro de losa de Vidrio que instaló, o sea, que en Tepa fue el primer negocio de cristalería.En ese tiempo fue lo que yo llamaría la "época de oro" del negocio de la nieve y después de los chocomiles.

También Don Meregildo tenía abundante clientela con sus famosas tortas. Todo era alegría al entrar a ese mercado, los domingos y días festivos, cuando los campesinos venían con el famoso sombrero ancho sobre su cabeza, en las entradas del mercado, nos estorbaban el paso a los que no lo usábamos, porque al emparejar con ellos, si eran bajitos de estatura, nos pasaba la falda del sombrero, por el cuello y sentíamos que nos dejaban sin cabeza, ¿o no? Con todo y eso, qué bonito era ese trajinar para llegar o salir, pero... lo mismo de siempre, hoy tenemos que modernizarnos, todo aquello que estamos mencionando se borró, las personas ya desaparecieron, nos esperan en la gloria, dejaron a sus herederos en el negocio, pero en otro mercado, que supongo no les gustaría, porque ellos fueron los primeros que estrenaron aquél edificio de acuerdo a su época, a sus costumbres, a su modo sencillo de vivir. Ellos que, con pocos pesos surtían sus puestos. No vendieron por kilos que hoy pagamos con miles de pesos. Por eso decimos que así fue Tepa en el tiempo.