Cerrando
La suerte está de su lado.
Su condición de mujer le ayuda. Su estilo desenfadado también.
Tomó una papa caliente, una verdadera bomba, allá a principios de año.
A Susana, la alcaldesa de Tepa, se le han dado las cosas a pesar de iniciar a contracorriente. La gente le acepta por ser dama, por ser franca, por no tener grandes aspiraciones, por no traer una trayectoria apantallante y, en especial, por ejercer el poder de una forma diametralmente opuesta a su jefe político.
Susana ha tenido muchos factores a su favor. La oposición en el Ayuntamiento se diluyó. Juan Carlos Castellanos se fue de camapaña y los demás, los demás regidores son solo eso: los demás.
A Susana también le llegó la "Buena estrella" de caer en "gracia" de Paco Ramírez. Susana recibió como premio a su interinato, dinero; suficiente para hacer obras y, además, el aval para hacerlas directas, sin que le observen la falta de transparencia y la nula licitación en la obra pública.
A Susana le tocará cerrar un trienio que era pésimo. No lo será al cierre, porque lo encabeza ella, por ser mujer y porque ha sabido torear los problemas.
La alcaldesa de Tepa es aceptada por el pueblo. A la gente le resulta simpática y, para ella, eso será suficiente. Comparada con su antecesor, la alcaldesa es un exitazo.
Ya se van, están cerrando las cuentas y los cuentos. El minitrienio de Susana será bien recordado por la mayoría de la población. Por lo menos los de la cabecera municipal y algunas delegaciones.
A partir de enero, no importará que haya sido un año opaco. No importará que no se haya resuelto ni Capilla, ni San José de Gracia, ni el palenque, ni el desempleo, ni el periférico, ni el abasto de agua. No importa, a Susana se le recordará gratamente. Por lo que hizo y porque fue diferente a su jefe.
Porque cumplió un compromiso asumido al tomar el mando: "será lo mismo pero diferente", sentenció al ser electa alcaldesa interina.
Susana será recordada por ser la presidenta que le cambió el rostro a un gobierno falso, convenenciero, arrogante y de beneficio para la familia gobernante.
Susana le imprimió un tono cordial, de diálogo, tolerante, aunque no pudo evitar el beneficio de ser una familia gobernante.
Susana tuvo una gran virtud: Ser mujer y ejercer el poder en una sociedad matriarcal como la nuestra.
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