Por Rubén Arias Barajas
Vaya para Ustedes el saludo semanal de costumbre.
No cabe duda que hasta el momento son pocas las acciones que se han llevado a cabo en relación a los problemas de encharcamientos e inundaciones que año con año se dan por diferentes rumbos de la ciudad de Arandas. Parece ser que tanto las autoridades como los habitantes tenemos una memoria de corto plazo, pues al muy poco tiempo se nos olvida la vulnerabilidad de algunas zonas y paran las exigencias de que las autoridades hagan algo al respecto.
Se necesita que llegue el periodo de lluvias para que nos enfrente con la realidad a la cual no se ha dado la debida atención y no sabría decir si es por falta de recursos o por falta de voluntad o posiblemente ambas cosas, pues lugares como Blanca Flor, Infonavit Lagunitas, Santa Rosa, son algunas de las colonias que tan pronto como empieza el temporal de lluvias, son víctimas de inundaciones con el natural desasosiego de los habitantes que nuevamente retoman sus quejas, como cada año, esperando que la autoridad por fin destine recursos económicos suficientes para atender los problemas que tienden a agravarse con el tiempo.
La zona de la Central Camionera y de la Secundaria Cuauhtémoc, reciben grandes volúmenes de agua en donde se encuentra la salida a Tepatitlán, procedentes de varias colonias ubicadas al noroeste de la población y se sabe que cada día hay más calles que fueron pavimentadas, por lo que no se absorbe o mina el agua de lluvia y entonces ésta corre con mayor fuerza y volumen.
Es hora, supongo, de que se tomen en serio las cosas y se haga algo por fin para solucionar este problema, destinando recursos para la construcción de colectores que con visión futurista, deberán ser de diámetro muy amplio para que desalojen el agua de zonas que en poco tiempo se verán habitadas por numerosas personas en estas áreas, pues nuevos fraccionamientos se tienen planeados para esta zona y si ahora son insuficientes los drenajes, pues ni qué decir en un futuro cercano cuando se incremente el caudal de aguas domésticas y de las lluvias que cada vez son más intensas.
Estoy seguro de hablar por cientos de personas que ven amenazado su patrimonio y se santiguan cada vez que llega el temporal de lluvias y con no poca razón, así que ojalá que la sensibilidad de las autoridades aflore y de una vez por todas hagan algo al respecto.
Nos leeremos en la próxima entrega.
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