Largo y sinuoso camino

Por Georgina González Ontiveros
Desde ESPNdeportes.com


En un rato de ociosidad gogleé "largo y sinuoso camino" para saber si era verdad que así se conocía en español a la canción de los Beatles o era un recuerdo de niña inventado y en realidad se llama "largo y ventoso camino", que sería la traducción literal. Qué bien: mi memoria infantil no me traicionó.

La frase es tan buena que todo mundo se la ha pirateado o la ha utilizado para hablar de miles de temas que no tienen nada que ver con los Beatles. En google hay 61 mil 800 resultados y yo no voy a ser la excepción. Todos sabemos la historia de The Long And Winding Road: Paul McCartney llevó al productor Phil Spector al estudio para que arreglara algunas canciones cuando los Beatles grababan Let It Be, y Phil Spector, que siempre ha estado un poco loco y ahora está en problemas por haber sido acusado de matar a una actriz, tomó la canción y la hizo empalagosamente cursi. A ninguno de los Beatles les gustó pero igual la lanzaron como sencillo y, por ser de los Beatles, pegó. Muchos años después lo que quedaba de los Beatles corrigió el error y lanzó la versión de The Long And Winding Road sin violines, que es muchísimo mejor que la de Phil Spector.

¿Qué tiene eso que ver el futbol? Nada, en realidad... pero si seguimos en plan ocioso se me ocurre, guardando una prudente distancia, que si los Beatles fueran el América, entonces la directiva sería Paul McCartney, Ramón Díaz sería Phil Spector y The Long And Winding Road sería el plantel. Entonces sí tendría sentido: La directiva intentó arreglar a las Águilas y trajo al Pelado Díaz a dirigir, pero el Pelado tomó el equipo y no supo qué hacer con él, terminando la temporada peor de lo que ya estaba aunque sin perder afición porque el América es el América (así como los Beatles son los Beatles y serían exitosos así canten la cumbia de Mario Bros). Seis meses después la directiva intenta corregir el error lanzando una nueva versión del América basada en una vieja fórmula de estrellas-refuerzos que, esperamos, sea mucho mejor que el primer intento de Ramón Díaz.

Así, el América se está armando bien y bonito. Castillo, Valenzuela, Ortiz, Reyna, Pável Pardo... más las estrellas que ya tenía con Cabañas, Insúa y Memo Ochoa. ¡No hay manera de perder! O tal vez sí, uno nunca sabe qué tan bajo puede caer un equipo (o un grupo de rock, ¡saludos, Jaguares! –no los de Chiapas-), pero la idea es que las Águilas revivan, que los refuerzos funcionen, que Ramón Díaz cumpla su promesa de hacerlo campeón, que no se conforme con los 3 millones de dólares, que no importa qué tan largo y sinuoso esté resultando el camino del club para reencontrarse con las buenas rachas, siempre y cuando lleguen, y pronto, en el siguiente torneo.

Pero lo que más debe cuidar el América es que no se encuentre con una Yoko que termine de descomponer lo que ya estaba mal. Alguien dígale al River que tiene prohibido acercársele al Pelado, porque el América is just a jealous guy...

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